La operación se realizó el martes por la tarde en el albergue Despertar Espiritual, ubicado en el municipio de Tonalá, estado de Jalisco, a raíz de la denuncia de una persona que intentó sacar del establecimiento a un familiar que había sido internado contra su voluntad.
La persona que hizo la denuncia indicó que los responsables del albergue la retuvieron durante varias horas y le exigieron un pago de 1.500 pesos mexicanos (el equivalente a unos 82 dólares) para dejarla ir.
Durante el operativo los agentes estatales encontraron en el local 111 mujeres y 160 hombres, incluyendo 43 niñas y 69 niños, el más pequeño de ocho años de edad. Los internos estaban hacinados, y presentaban señales de golpes y tortura.
Los medios de comunicación locales citan al fiscal de Jalisco, Eduardo Almaguer, quien dijo que aunque las condiciones en el establecimiento eran "infrahumanas" no se encontraron armas ni drogas, aunque sí "aparatos para torturar".
Dos personas encargadas del albergue fueron detenidas, y Almaguer indicó que la Fiscalía está tratando de confirmar abusos sexuales contra cinco menores.
Otros 13 menores presentarán evidencias de maltrato como golpes y quemaduras de cigarrillo, según los medios.
El fiscal aseguró que se iniciará una revisión de este tipo de centros en el estado de Jalisco, ubicado en el centro de la costa oeste mexicana.
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El 14 de julio de 2014 el gobierno mexicano rescató del albergue La Gran Familia, en el municipio de Zamora, estado de Michoacán, a 438 menores, entre ellos seis bebés, y 169 adultos que vivían en condiciones infrahumanas y estaban sometidos a graves castigos e incluso eran obligados a pedir limosna.