Laura Etcharren: "La Ciudad todavía no adhirió a la ley de lucha contra el narcomenudeo"

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— Esta semana estuviste muy activa informando de un mapa que estamos mostrando ahora por la pantalla de Infobae TV, donde se grafica una banda que importa cocaína de Perú, se expanden al conjunto de la ciudad y al conjunto de la Argentina. ¿Esto quiere decir que hay un problema grave que no se está atacando?

— Bueno, el tema de la inseguridad, del narcomenudeo, siempre con esta premisa de que sin narcomenudeo no hay narcotráfico y sin narcotráfico no hay narcomenudeo, seguimos arrastrando un estado de anomia en CABA que termina siendo funcional a la narcocriminalidad. Vos tenés dos líneas, la peruana y la paraguaya, que se disputan el control de la Ciudad, siempre con una base muy fuerte local de criminales vinculados al tráfico de estupefacientes.

— O sea, no boliviana.

— Hay algunas células bolivianas, pero las que operan en CABA son peruanas y paraguayas. Lo que ingresa de Bolivia en materia de cocaína es rebajado, en cambio de Perú es de pureza. Después de un largo tiempo de investigación logré confirmar que se dispararon los precios de la cocaína al resto de Buenos Aires, con fuerte repercusión en el conurbano. Mientras que la línea paraguaya maneja todo lo que tiene que ver con la marihuana, la línea peruana se ocupa de la cocaína. Desde la 1-11-14 las mayores alianzas con la narcocriminalidad están hechas hasta la 31, La Carbonilla (que está en La Paternal) y en menor medida en la villa 15, que funciona más que nada como un aguantadero o reservorio de perseguidos por las fuerzas de seguridad.

— ¿Esto se dejó crecer por responsabilidad de quién? ¿De la Policía Federal o la Metropolitana?

— Hay un estado de situación a nivel nacional que es un país atravesado por el narcotráfico. Nosotros pasamos de un estado embrionario a la consagración del narcotráfico en el 2014 y a su consolidación de sus brazos armados en el 2015 y esto es algo que sigue su curso, y no encuentra hasta el momento de continente claro de que podremos evitar el tan temido narcoestado. Estamos en la antesala del narcoestado. Hay un gobierno que tiene la decisión política de luchar contra el narcotráfico, aunque estamos en las proximidades de tener una organización criminal que funciona como un estado paralelo. Ninguna provincia está exenta del flagelo. Hay provincias que están en la desidia y otras que están intentando una contención de ese flagelo, lo que quiere decir que no siga proliferando a nivel local y que no siga ingresando a nivel nacional de lo que son las fronteras provinciales.

— ¿Y cuál es el caso de la Ciudad?

— Nunca le alcanzó a la Ciudad. Uno puede tener omisión, desidia o impericia. A la Ciudad nunca le alcanzó lo que tenía para luchar contra la criminalidad organizada en su expresión micro, lo que tiene que ver con el narcomenudeo. Podría haber adherido a la ley 23737, pero aún no lo hizo. La Ciudad pidió mucho tiempo la Federal, pero al Jefe de Gobierno tampoco le alcanzó el traspaso y aún no se adhirió a la ley, lo que provoca la anomia.

— Ahora, la ministra Bullrich sí hizo un operativo contra el narcomenudeo en la villa 31, no en la villa 1-11-14. ¿Creés que es una mala decisión?

— Eso tendrá que ver con el planeamiento estratégico que se desprende del plan de seguridad. Entiendo que será un paso primario y después se abordará con otras villas. Lo que hay que tener en claro es que la lucha contra el narcotráfico no es cuantitativa, sino cualitativa. Lo que se desprende hasta ahora es una gran exhibición lógica del secuestro de estupefacientes, pero también hay que ver que en la Argentina hay células internacionales mexicanas, paraguayas, peruanas, y encarar una política de seguridad con etapas y plazos y, mientras tanto, hay que hacer todo lo posible para que no se instale el narcoestado en el país.