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Vladimir Groisman se convirtió este jueves en el nuevo primer ministro de Ucrania tras la renuncia de Arseni Yatseniuk, quien dimitió la semana pasada en medio de duras críticas por la lentitud de sus reformas y varios casos de corrupción.
El nombramiento del funcionario prooccidental, aliado del presidente Petro Poroshenko, fue aprobado por el Parlamento ucraniano, con un total de 257 diputados (se necesitaban 226).
Con 38 años de edad, Groisman, ahora ex presidente de la Rada (Parlamento), es el primer ministro más joven de la historia del país.
Antes de la votación, prometió "acelerar las reformas europeas" y luchar contra la corrupción, que considera una de las principales "amenazas" para Ucrania.
Asimismo, advirtió que su gobierno nunca reconocerá la pérdida de la península de Crimea ni del Donbás (las regiones rebeldes del este).
"Quiero manifestar claramente mi postura, nunca reconoceremos que una parte de nuestra tierra haya sido arrancada y ya no pertenezca a Ucrania. Esta herida se curará sólo cuando se restaure la integridad territorial del país", afirmó.
Groisman también destacó que son prioridades en el nuevo Ejecutivo la recuperación económica, las reformas estructurales y la cooperación con las instituciones financieras internacionales, en alusión el Fondo Monetario Internacional.
Este es el primer cambio de gobierno desde la revuelta que en 2014 terminó con el régimen del presidente prorruso
y llevó al poder a la oposición, que apoyaba un acercamiento a la Unión Europea.
Para la designación de Groisman, las dos principales facciones parlamentarias y socios del anterior gobierno, el Bloque de Petro Poroshenko (BPP) y el Frente Popular de Yatseniuk,
hasta lograr consensuar la composición del Consejo de Ministros.
La Cámara aceptó la dimisión de Yatseniuk, que renunció la semana pasada después de
de gobierno, que le achacaban falta de voluntad para llevar adelante las necesarias reformas que demandan Occidente y las instituciones financieras y acabar con la corrupción.