En un escenario mundial débil y propenso a empeorar, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el Producto Interior Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe caerá el 0,5% durante 2016, una baja mayor a la de 0,3% publicada por el mismo organismo a inicios de este año. Uno de los motivos es la crisis que atraviesan Venezuela y Brasil
Aún más lejos quedó el moderado optimismo de octubre, cuando la institución proyectaba un 0,8% de crecimiento de la economía latinoamericana y caribeña, una región afectada de manera distinta por los grandes shocks mundiales, como la caída de los commodities y la desaceleración de China.
Este año, el desempeño económico será peor que el de 2015, cuando los países de la región se contrajeron 0,1%, indicó la entidad presidida por Christine Lagarde, que celebra en Washington su reunión anual esta semana.
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Si se concretan las estimaciones del Fondo para 2016, América Latina y el Caribe habrá tenido dos años seguidos de recesión, algo inédito desde 1982-1983, cuando la crisis de la deuda desencadenó la llamada "década perdida" para la región.
No obstante, el descenso se detendría en 2017: el FMI espera un fortalecimiento de la actividad económica en todos los países de Latinoamérica, con un crecimiento regional de 1,5 por ciento.
Afectados de manera disímil por el entorno, las perspectivas de crecimiento de los países de la región se han separado: mientras México, Centroamérica y el Caribe se benefician de la recuperación de los Estados Unidos, y en algunos casos de la caída de los precios energéticos, Sudamérica se mantiene "fuertemente afectada" por los bajos precios de las materias primas.
"Más profunda de lo esperado"
En Brasil se espera una caída de la economía de 3,8% -resultado idéntico a 2015-, a medida que la acentuada recesión y "las incertidumbres domésticas" dificultan la toma de correctivos en el gobierno de Dilma Rousseff, que paralelamente batalla por su supervivencia política.
"En América Latina, la caída de Brasil fue más profunda de lo esperado", y aunque en 2017 se espera un freno a la contracción económica en la séptima economía del mundo, el FMI indicó que sus proyecciones son objeto de "grandes incertidumbres".
Venezuela, que depende de las ventas de hidrocarburos para obtener el 96% de sus divisas, se mantendrá en una "profunda recesión" y caerá el 8% en 2016, complicada por la "incertidumbre política" y una creciente presión en sus indicadores macroeconómicos a medida que los precios del petróleo se estancan.
La inflación se espera que llegue a casi 500% a finales del año en el país con las mayores reservas de petróleo del planeta, pero sumido en una aguda escasez de productos básicos causada, según economistas, por estrictos controles de precios y divisas.
La caída del precio del crudo también sigue afectando a otros países productores de la región: Colombia deberá sufrir una desaceleración pero se mantendrá en la senda positiva con un 2,5% de crecimiento, mientras que Ecuador se unirá a los países en contracción, con una caída de 4,5% en 2016, indicó el Fondo.
En un contexto de estancamiento de los precios, esa debilidad de los exportadores latinoamericanos de petróleo y de otros commodities, unido a una desaceleración de China, influenciará en el modesto crecimiento de los países emergentes en 2016.
En la Argentina, la tercera economía de la región, las políticas de liberación económica del presidente Mauricio Macri incrementan la posibilidad de crecimiento en el mediano plazo, aunque no sin riesgos más inmediatos, indicó el Fondo.
Según el Fondo, "el actual empuje para corregir desbalances macroeconómicos y distorsiones microeconómicas en la Argentina ha mejorado los prospectos de crecimiento en el mediano plazo, pero el ajuste posiblemente generará una leve recesión en 2016", con una caída estimada del PIB del 1 por ciento.