Apple, 40 años al servicio de la modernidad

Apple renació para siempre con el iPod en 2001 y su camino ascendente jamás se detuvo. En sus 40 años, definió el modo de la vida modera vinculada a internet.

"Si bien Intel fue esencial para los procesadores e IBM para la PC, Apple fue quien tuvo la mayor influencia sobre el más amplio abanico de aparatos electrónicos para todo público", dijo Tim Bajarin, presidente de la empresa de análisis Creative Strategies.

Al igual que muchas leyendas de Silicon Valley, la de Apple comienza en un garage en la ciudad californiana de Cupertino. En ese sitio nace luego la empresa de manera oficial, el 1° de abril de 1976.

Y como muchas otras marcas del sector tecnológico, sus fundadores, el fallecido Steve Jobs, genio del marketing, y Steve Wozniak, el cerebro detrás de las computadoras Apple, abandonaron sus estudios universitarios antes de recibirse para dedicarse a transformar el uso de la tecnología.

Mucho antes de las pantallas táctiles (que Apple se encargaría de popularizar) y las aplicaciones móviles de iPhone e iPad, la primera revolución de Apple se remonta a 1984, cuando la primera Macintosh salió al mercado con el objetivo de ser accesible para las personas.

La Mac integraría un accesorio hasta ese momento desconocido: el mouse. Con este instrumento se controla la computadora. Solo basta con hacer click sobre los íconos en la pantalla. El mouse, hoy popularizado, evitaba en ese tiempo que las personas tuvieran que escribir comandos en lenguajes incomprensibles para quienes no eran programadores.

Fueron varios los intentos de Apple por popularizar sus computadoras, pero la competencia feroz de diversos gigantes inclinaron la balanza en contra de la empresa de Jobs.

Las Mac permanecieron vivas, pero solo en algunos nichos, sobre todo entre diseñadores. Apple latió en silencio por años, hasta 2001, año en que presentó el iPod.

El reproductor no solo ofrecía una gran capacidad de almacenamiento y calidad de sonido sino también iTunes, un programa desde donde mantener ordenada la biblioteca musical y además comprar nuevos álbumes. Apple bien puede ser considerada como el padre del mercado digital de música.

Ni siquiera la revolución de los celulares empantanó el crecimiento de Apple. Más bien sucedió lo contrario. En 2007, cuando apenas un solo celular de LG ofrecía una rudimentaria pantalla táctil, Jobs tomó la posta: el iPhone marcó el paso para los smartphones actuales.

A pesar de que el iPhone tenía menos poder y funciones que otros celulares de la época, el consumidor se enamoró de su diseño y capacidades táctiles. Hasta hoy, cada presentación de un iPhone domina la conversación en las redes sociales. Con críticas o no, el móvil le permite a Apple obtener ganancias millonarias mes a mes.

La siguiente revolución tecnológica llegó en 2010, de la mano del iPad. Aún late el recuerdo por las bromas sobre el "iPhone gigante" que Jobs presentaba. Nadie esperaba que ese dispositivo despertara el apetito de los usuarios por las tablets. ¿Acaso no dejamos de usar tanto la computadora?

La marca de la manzana no inventó ni el reproductor portátil, ni el smartphone, ni la tableta y ni siquiera el reloj inteligente, última categoría de productos en la que se lanzó el año pasado con su Apple Watch. Pero al poner su atención en la estética, la facilidad del uso y la funcionalidad de sus productos, el grupo creó una importante comunidad de fans que se convirtieron en verdaderos fieles. Una vez conquistados, difícilmente los usuarios de Apple se alejen de ese ecosistema tan cerrado.

Frank Gillett, un analista de Forrester, evoca "la atención obsesiva de Apple en los detalles" y sus "productos de alta gama, que para algunos son un símbolo de prestigio".

Fueron Jobs y Jonathan Ive, diseñador estrella de Apple, quienes impusieran su obsesión por los detalles en cada producto, algo que se mantiene en la actualidad a pesar de la muerte del cofundador.

"Los aparatos de Apple no solo funcionan bien, inspiran elegancia", agregó Gillet. "La marca Apple inspira pasiones", añade, y recuerda la época en la que la lealtad a Mac o a la PC podía provocar disputas en los cafés de San Francisco.

De hecho, durante años mantuvo vigente su campaña publicitaria "I'm a Mac. I'm a PC" en donde un hombre joven representaba a Apple y otro, de traje, a las computadoras con Windows, en interminables peleas sobre facilidad de uso, potencia y un sinfín de diferencias imposibles de enumerar.

Pese a que Google intentó brevemente destronarlo este año, el grupo Apple sigue siendo la empresa con el valor bursátil más elevado del mundo.

Pero el camino para llegar a eso no fue fácil. Hubo fracasos como la computadora Lisa, anterior a la Mac, o la agenda personal Newton.

Además, la empresa atravesó una crisis interna que en 1985 provocó la expulsión de Steve Jobs, quien más tarde fue recontratado para salvar a un grupo que según algunos se encontraba al borde de la quiebra.

Y ahora parece que se viene el fin de una época dado que por primera vez existe incertidumbre por el esperado retroceso este año de las ventas de iPhone, principal motor de crecimiento del grupo.

Muchos analistas dicen no obstante que Apple no muere sino que evoluciona: está pasando de ser un fabricante de dispositivos estrella a una firma centrada en los servicios (como la venta de aplicaciones, de música en línea y sistemas de pago) capaces de continuar llevándole importantes y regulares ingresos a la marca.

Apple "es un extraordinario relato de reinvención", comentó Frank Gillett, quien se pregunta si el reciente enfrentamiento con el FBI sobre el acceso al contenido del iPhone de uno de los autores de un atentado en California entrará en la lista de los acontecimientos que marcan la historia del grupo.

La tregua anunciada por las autoridades esta semana, luego de que Apple se negara a hackear el teléfono del atacante, solamente corre la arruga de una batalla judicial inevitable sobre la encriptación y la protección de los datos privados.

Sea cual sea el resultado de esa batalla, la eterna competencia con Microsoft y ahora con Samsung y Google demuestra que los 40 años de Apple marcaron la historia no solo de la informática sino también de la vida moderna. Sin dudas, una de las joyas de Silicon Valley.