Indagan a una banda de gitanos por lavado del dinero producido por varios delitos

El juez Norberto Oyarbide citó a declarar a los integrantes de una asociación ilícita dedicada a asaltos, secuestros virtuales y otros crímenes

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El caso en manos del juez Norberto Oyarbide, quien citó a indagatoria a casi 40 personas  162
El caso en manos del juez Norberto Oyarbide, quien citó a indagatoria a casi 40 personas 162

Todo comenzó con secuestro virtual. Por suerte para la familia a la que intentaron engañar, los integrantes de la banda no tuvieron éxito. Aquel llamado de una madrugada de junio de 2014 dio pie para que la Justicia identificara a unos 40 gitanos que se dedican a cometer diferentes delitos.


A partir de un cruce de llamados que hizo la Policía Federal, se determinó que desde dos celulares prepagos a nombre de personas inexistentes, se hizo no solo la llamada que dio origen a la causa, sino varias más. A todos los llamaban con el cuento del niño o niña que llora y grita y les hicieron creer que tenían capturado a alguien cercano. Los policías de Antisecuestros hicieron un exhaustivo trabajo de cruce de comunicaciones y llegaron a dar con una banda de gitanos afincada en la zona de Juan B. Justo y Segurola, en el barrio de Floresta.


A ninguno de los integrantes de la banda se le conoce ocupación. Algunos de los vecinos del barrio, que incluso fueron víctimas de sus extorsiones, declararon lo que saben: que los gitanos se dedican a actividades ilícitas.


El caso ahora está desde 2015 en manos del juez Norberto Oyarbide quien citó a indagatoria a casi 40 personas. Antes estuvo a cargo del juez Luis Rodríguez. El fiscal fue desde el comienzo del caso Federico Delgado, quien criticó con dureza a ambos jueces por las demoras en actuar contra la banda. Delgado pidió también la detención de todos los involucrados, algo que hasta ahora no ha sucedido. Los indagados llegan libres a declarar ante Oyarbide.


En poder de la banda había varios autos Mercedes Benz, BMW, Mini Cooper y Smart, entre otros

En una serie de allanamientos ordenados, se hallaron decenas de celulares, de tarjetas SIM, de documentos falsos correlativos y unos 60 autos de alta gama, muchos de ellos sin patente. En poder de la banda había varios autos Mercedes Benz, BMW, Mini Cooper y Smart, entre otros. Para los investigadores, los autos de alta gama fueron comprados con el producido de otros delitos como los secuestros virtuales y robos en casas de familia. Y por eso en la Justicia federal se les imputa -además de los secuestros- el delito de lavado de dinero.


Se refuerza esa hipótesis ya que algunos de los que forman parte de la banda de gitanos y serán indagados están presos por delitos violentos: por ejemplo robos en casas de jubilados a los que golpean sin piedad hasta conseguir quitarles su dinero.


El fiscal Delgado en uno de sus escritos describió a la banda: "A esta altura del proceso, no quedan dudas que estamos frente a una asociación dedicada a cometer una pluralidad de conductas delictivas, sostenida en el tiempo y que se vale de amplios recursos técnicos y económicos para ello. En este sentido, el delito de asociación ilícita importa, por su naturaleza y alcance, la punición del peligro derivado de la asociación de varias personas que posibilita y asegura una mejor, más amplia y exitosa realización de las empresas a las que en el ámbito criminal se halla dirigida. La responsabilidad de los integrantes no deriva de la ejecución de un delito concreto sino tan sólo del hecho de colaborar con una agrupación que, dadas sus especiales características típicas -en particular, la permanencia e indeterminación de los planes delictivos-, conlleva la imposibilidad de controlar el alcance de su aporte. En consecuencia, la punibilidad de cada integrante de la asociación se conforma, por la arrogación del riesgo generado en la misma organización en cuyo seno pierde el control de las consecuencias de su conducta. En otros términos, la organización conforma una sociedad en virtud de la cual cada partícipe habrá de responder siempre porque el peligro es, a causa del reparto de trabajo vinculante que debiera contener la dinámica de grupo, también el suyo propio".


El fiscal explicó: "??En el caso, debemos recordar que se verificó un modus operandi concreto para la realización de secuestros virtuales (la utilización de muchísimas simcards para efectuar llamados con fines extorsivos sin posibilidades de identificar al titular de las líneas telefónicas). Ese modus operandi nos mostró un patrón, lo cual posibilitó identificar comunicaciones que no respondían al mismo por su repetición y duración. Identificada la red de contactos se realizaron tareas de campo que otorgaron verosimilitud a la hipótesis de investigación. La orientación de la señal y la antena sobre la cual impactó el llamado extorsivo que dio pie a la causa, sumado a que se encontraron muchísimos autos de alta gama (como se mencionó, muchos sin patente; teléfonos; simcards y documentos) la fortalecieron aún más. En ese contexto resulta claro que no se puede supeditar el avance del proceso a la determinación puntual de la identidad de la persona que hizo una llamada sino que estamos ante una actividad organizada, sostenida en el tiempo e integrada por numerosas personas". Con estos argumentos Delgado pedía que se avanzara en la investigación independientemente de que se pudiera determinar quién exactamente había hecho la primera llamada extorsiva que dio origen al expediente.


Sostienen que, mientras se hizo esta investigación, la banda siguió cometiendo delitos

Oyarbide encaró la investigación del lavado de dinero y el fiscal le pidió celeridad. En una de las últimas presentaciones que hizo Delgado ante Oyarbide, señaló que "Existe una sospecha fundada sobre las personas imputadas individualizadas... sobre la base de la cual el proceso debe avanzar. No ignoramos la dimensión patrimonial de este legajo, porque entre otros delitos, la organización criminal en cuestión realiza actividades ligadas al lavado de activos obtenidos ilícitamente, pero ese aspecto no debe, para utilizar una metáfora gráfica del asunto, llevarnos a intentar contar los granos de arroz, lo cual garantiza que el expediente se disuelva en una maraña de informes patrimoniales. Para evitar ese riesgo concreto es preciso colocar el arroz en la cacerola y avanzar. Entonces reiteramos, existe un enorme patrimonio que las personas imputadas no pueden justificar, las personas implicadas han sido investigadas y procesadas en distintos fueros por diversas actividades delictivas (prácticamente todo el Código Penal), se ha constatado que existe un nexo entre ellas, así como que se dedicarían en forma sistemática a realizar extorsiones mediante engaños. En el lenguaje penal una organización dedicada a cometer una pluralidad de conductas delictivas, sostenida en el tiempo y que se vale de amplios recursos técnicos y económicos para ello, tiene un nombre específico: asociación ilícita".


Los gitanos serán indagados a partir de esta semana por Oyarbide. Fuentes de Tribunales consideran que se debió actuar de manera más rápida porque, sostienen, que mientras se hizo esta investigación, la banda siguió cometiendo delitos.