"Fue un encuentro muy bueno, una conversación que cubrió todas las cuestiones que esperábamos". Así resumió Susana Malcorra la charla de 22 minutos que mantuvieron el papa Francisco y Mauricio Macri en el Vaticano.
La canciller no reparó en que la duración de la reunión se iba a convertir justamente en un dato relevante para los encargados de analizar el cónclave. Por eso, al advertirlo, no dudó en expresar su asombro por algo que para ella fue simplemente un detalle: "Me sorprende que el cronómetro mida la eficiencia o la satisfacción de una reunión".
Para la funcionaria macrista, las comparaciones con lo que duraron otras audiencias del Sumo Pontífice son erróneas: "Cuando dos personas se conocen bien hay mucho menos tiempo dedicado a las presentaciones. Además la mayoría de las charlas (con otros líderes) tienen traducción, por lo cual, si vamos a medir el tiempo, sería un elemento a tener en cuenta...".
En el mismo sentido, Malcorra señaló -en diálogo con Jonatan Viale por radio La Red- que a eso hay que sumarle que "el presidente Macri no abunda en palabras". Para terminar con el tema, descartó que Su Santidad "tenga un prejuicio ideológico con Macri" y sintetizó: "Hablaron de todas las cuestiones que querían hablar y lo hicieron productivamente".
Al ser consultada sobre la agenda del encuentro, la canciller detalló: "Dialogaron mucho del terrorismo, del narcotráfico, de la pobreza, de la inequidad y también hablaron mucho de la unidad de los argentinos".
Malcorra apuntó que el Sumo Pontífice "está preocupado y ocupado por la pobreza en el mundo" y quería saber "qué cosas hace el Gobierno en ese aspecto". Al respecto hizo una aclaración: "Creo que al Papa lo confundimos con el cardenal vecino que cruzaba la calle y tomaba el subte, pero hoy es otra cosa, porque sigue de cerca lo que sucede en la Argentina, pero lo mismo hace con el problema de Siria".