Inquieta a la industria textil la importación indiscriminada

La liberalización del cepo a la importación de ropa tuvo un rápido impacto en los primeros días tras el recambio de gobierno, con un verdadero boom de compras externas

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 Adrián Escandar 162
Adrián Escandar 162

Entre el 11 de diciembre de 2015 y el 5 de enero pasado, la Argentina importó un 66,7% más que en igual período de fines de 2014 y principios de 2015. Con ese empuje, las compras externas de indumentaria ascendieron, en el acumulado de diciembre pasado, a USD 32,3 millones y así el sector obtuvo el mayor registro de su historia en ese mes.

El diciembre previo con más importaciones había sido el del 2011, con USD 27,5 millones. Eso fue justo antes de la implementación del sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que el flamante gabinete económico decidió eliminar desde el 1 de enero de 2016, reintroduciendo el anterior esquema de licencias automáticas y no automáticas de importación.

El presidente de la empresa textil de mayor producción del país, Teddy Karagozian, de TN&Platex, consideró "lógico" el incremento de la importación, luego de que la administración nacional decidió aprobar todas las solicitudes de importación que estaban pendientes. Pero destacó que "el indicador representa una señal de alerta para nuestra cadena de valor" y que, por eso, "se debe consolidar el trabajo técnico coordinado entre los equipos técnicos de las organizaciones representativas de la industria y del Gobierno en una administración consistente con las necesidades de desarrollo de la producción local". En ese sentido, el tesorero de la Fundación ProTejer, Luciano Galfione, expresó que "el Gobierno debe ser muy prudente a la hora de evaluar las solicitudes de importación porque están en juego los puestos de trabajo de la industria textil y su nivel de actividad; debe buscar un equilibrio de mercado entre producción nacional e importaciones".

Por su parte, el presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, Claudio Drescher, se mostró preocupado porque "haber aprobado todas las solicitudes de importación pendientes es una señal contradictoria a las declaraciones de defensa del empleo, a la industria y al mercado interno". Y advirtió: "si no se sostiene una administración comercial inteligente, no habrá eficiencia local que alcance para competir contra el trabajo esclavo asiático y el perjuicio económico y social para nuestro país será gravísimo".

Escenario internacional con sobreproducción y débil consumo

Entre los rubros afectados por los ingresos de mercaderías del exterior, se destaca ampliamente el de la ropa interior. Los aumentos de las importaciones en este sector de la cadena textil fueron de hasta 58 veces en relación al mismo lapso del año anterior. El presidente de la Cámara de Fabricantes de Medias y Afines, Damián Regalini, señaló que el rubro exporta y es superavitario en la balanza comercial y tiene plena capacidad para abastecer el mercado interno. "Las empresas de nuestro sector -afirmó Regalini- realizaron grandes inversiones en los últimos diez años y tenemos capacidad productiva de última tecnología y reconocida calidad de diseño a nivel mundial, pero no vamos a poder competir contra salarios de 37 dólares por mes, como en Bangladesh".

Este sector es, a la vez, el más afectado por el contrabando. La caída de la cotización del dólar blue y la reducción de la brecha cambiaria con el valor oficial del dólar a menos del 10% complica aún más el panorama, ya que el ingreso de mercadería de forma ilegal es menos costoso. Frente a esta nueva realidad, el reclamo histórico de los fabricantes es por mayores controles en la Aduana, donde la industria textil siempre ha sido muy perjudicada.

La preocupación principal del sector radica en cómo funcionará el nuevo régimen de administración ahora vigente. Básicamente, se deberán determinar qué factores se tomarán en consideración para aprobar o no una solicitud de importación y en qué tiempos se evaluará. La normativa de la OMC establece que la autorización no debe superar los 60 días corridos.

Hay varias señales que generan alarma. No sólo la aprobación total de las DJAI pendientes y la caída del consumo nacional, sino también la posición de los grandes retailers y marcas que están programando sus órdenes de compra de la próxima temporada primavera/verano con reducciones de hasta el 80% para la industria nacional en sus niveles de abastecimiento, sustituyendo esa oferta con mercadería importada. Un funcionario de alto rango dentro del gabinete económico definió al modelo de la siguiente forma: "macroeconomía neoliberal con país industrial". Por las experiencias del pasado local, la mayor agilidad y experiencia de los comerciantes locales y la configuración actual del escenario internacional de sobreproducción y pobre crecimiento de los grandes centros de consumo, la sustentabilidad de ese esquema parece demasiado frágil.


El autor es economista y periodista