El régimen de Irán arrasó un pueblo de mayoría sunita en la humilde provincia de Sistan y Baluchistan, en el sudeste del país. Imágenes reveladas por el Consejo Nacional de la Resistencia iraní (CNRI) muestran los escombros en los que quedó el pueblo.
De acuerdo con testimonios de los ciudadanos de la aldea de Shahidan-e Danesh-Payeh, el pasado domingo 27 de diciembre, en las primeras horas de la mañana, llegaron a esa zona las fuerzas de seguridad del régimen persa.
Con 50 vehículos de la policía y diez cargadores, los oficiales comenzaron a demoler las casas de los aldeanos.
Esa aldea se encuentra a dos kilómetros de la ciudad más grande de la provincia de Zahedan. El CNRI señaló que el pequeño pueblo tiene sus tuberías de agua y electricidad conectadas a las redes de los municipios más grandes.
Las fuerzas de seguridad que responden al régimen fundamentalista iraní justificaron su represión al afirmar que las viviendas habían sido construidas ilegalmente en el país.
Uno de los habitantes del pequeño y humilde pueblo sunita indicó que de 20 casas que había, sólo dos quedaron en pie. En los dos casos, sus propietarios se negaron a abandonar sus hogares.
Oficiales del régimen amenazaron a las dos familias para que se retiraran de las casas. Sin embargo, los propietarios se negaron aunque tuvieran que pasarlos por encima.
"Este acto inhumano es el último de una serie de medidas represivas adoptadas por las autoridades para marginar aún más a nuestros hermanos sunitas en Irán", aseguró Ali Safavi, del Comité de Asuntos Exteriores del Consejo Nacional de Resistencia de Irán.
"Esto pone al descubierto la naturaleza sectaria e intolerante del régimen clerical en lo que respecta a las diversas minorías religiosas y étnicas de Irán", agregó Safavi.