La historia de Gabriel Eiriz: fue asesinado luego de denunciar fiestas clandestinas

En diálogo con Infobae, su familia narró el trasfondo de los eventos ilegales organizados en quintas privadas, donde "se venden drogas y hay prostitución"

Compartir
Compartir articulo
  162
162

Gabriel Eiriz llegó de noche a la localidad de La Lonja, en el partido bonaerense de Pilar. Estacionó el automóvil en la puerta de la casa donde planeaba instalarse con tres hijos. Luego, habló por teléfono con su madre. Minutos después de la medianoche, finalmente, se dirigió al acceso principal. Lo cerraría e iría a cenar. En la mesada de la cocina, dejó la bolsa de un local de comida rápida.

Dos personas lo esperaban escondidas en su propia vivienda. Cuando se acercó al portón, recibió un tiro en la cabeza. Según relataron los vecinos a la policía, vieron a los hombres escapar de la escena. Los investigadores encontraron el alambrado roto, y presumen que los asesinos aguardaban un momento puntual para disparar. El 7 de octubre de 2013, Gabriel se desplomó sobre la tierra de la calle Carlos Calvo 1700, en el barrio Los Tilos. Ese mismo fin de semana, planeaba inaugurar -con un asado- la temporada de pileta. Había invitado a su madre, hijos y hermanos.

A Gabriel Eiriz le dispararon un tiro en la cabeza cuando estaba en el patio de su casa

Más de dos años después, la causa está abierta y la policía, junto a investigadores judiciales, sigue las coartadas de tres sospechosos. Entre ellos, la agente de la Policía Federal Mariela Fernanda Pérez Arguello, que fue imputada por amenazar a Gabriel en los días inmediatamente previos a su muerte.

  162
162

Según explicó a Infobae la familia de Eiriz, los otros dos principales sospechosos de la investigación "están libres". Y son las personas que Gabriel denunció antes de ser ejecutado en el patio de su casa: Amelia Storani Domínguez, dueña de la quinta Las Palmeras (que aún se ofrece en Internet) , y su inquilino de aquellos días, Ezequiel Salsamendi.

Cuando Gabriel fue asesinado, los vecinos de La Lonja habían comenzado a realizar reuniones periódicas para debatir sobre la inseguridad en el barrio. Allí, se trató por primera vez el tema de las fiestas ilegales. En ellas, participaba el jefe policial del destacamento local, subcomisario Rodolfo Javier Sastre.

  162
162

A esos encuentros, también asistía Storani Domínguez. Intentaron dialogar con ella en reiteradas oportunidades sobre los eventos ilegales que se realizaban en su quinta. Pero no hubo solución. Y luego comenzaron las amenazas, por las que Gabriel se asustó, y realizó una denuncia.

Pocos días después, fue ejecutado por dos personas que no entraron a la casa, no se llevaron el auto y no tomaron nada de lo que llevaba en sus bolsillos.


El circuito de fiestas ilegales

Gustavo Eiriz, hermano del hombre asesinado, narró en diálogo con Infobae lo que aprendió sobre las fiestas clandestinas mientras tuvo que marchar en las calles para exigir que se esclarezca el crimen. "Estoy convencido de que la muerte de mi hermano está relacionada con las denuncias que hacía sobre los eventos ilegales en las quintas", indicó.

"Con impunidad, explotan espacios que no están habilitados"

"El tema de las fiestas clandestinas es que su nombre suena como si fueran, simplemente, 'jodas'...donde no pasa nada. Pero pasa. Nosotros tuvimos la desgracia. Se te pueden instalar al lado de tu casa. Pueden hacer este tipo de explotación de espacios que no están habilitados, impunemente. Pueden porque hay sectores de poder que lo permiten: la municipalidad y la policía", agregó Gustavo, que sostiene un sitio con las novedades de la causa en Facebook.

"No son personas que alquilan una propiedad y se llevan dos pesos de ganancia"

Sobre las drogas y las irregulares condiciones de seguridad de estos eventos, en uno de los cuales el fin de semana murió una joven, aseguró: "Las fiestas clandestinas no son sólo ruido, que es lo que a los vecinos les molesta. En esos lugares hay prostitución, hay venta de estupefacientes, de alcohol. Es un negocio grande el que hay atrás. Mi hermano se quejaba por lo que representaba para su vida. Esta gente vio que, con sus denuncias, él tocaba un negocio grande. No son personas que alquilan una propiedad y se llevan dos pesos. El tema es pesado. Y desesperante para los que pierden".