Pilar Rahola: "El Estado Islámico vive ahora del prestigio del éxito"

La periodista española aseguró que "ISIS es el mal en estado puro", aunque advirtió: "La ideología totalitaria está institucionalizada en dictaduras de Medio Oriente". También analizó la situación política en Venezuela

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 Adrián Escandar 163
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Al escribir La republica islámica de España, Pilar Rahola creyó que ya no iba a tener nada más para decir sobre el radicalismo musulmán. Pero al terminarlo sintió que se había equivocado. Que, en realidad, poco se había escrito sobre lo que llama el "totalitarismo islámico", que cada vez generaba más muertos. Entonces se embarcó en un nuevo proyecto y, cuando lo terminó, lo tituló ¡Basta!. Horas después de presentarlo el viernes en España estallaron los atentados terroristas en París.

La escritora y periodista española llegó a la Argentina para presentar su nuevo libro. En diálogo con Infobae y a dos semanas de las elecciones en Venezuela, también se refirió en el país caribeño. "Leopoldo López es el preso político más preso político de toda Latinoamérica. Es un escándalo que tengamos pudriéndose en una cárcel a un hombre por sus ideas políticas. Es una persecución represora", aseguró la ex vice alcaldesa de España.

En su nuevo libro usted asegura que el "islamofascismo es Hitler con petróleo e internet". ¿Por qué odian tanto a Occidente?

–El siglo XX sufrió dos grandes ideologías totalitarias que destruyeron la vida de millones de personas y a Europa: el estalinismo, de largo recorrido y mucha muerte, y el nazismo, con la destrucción no sólo de Europa, sino con la matanza de todo un pueblo, el judío, y de muchísima gente más. El totalitarismo heredero de esas dos corrientes ideológicas que actualmente nos amenaza es el islamofascismo, una ideología totalitaria que se articula en la presión ideológica, por un lado, y en la violenta, por el otro. No sólo tenemos que perseguir y matar a los ejércitos de Daesh (acrónimo del Estado Islámico en árabe), porque tenemos también del otro lado a determinados líderes que dicen a los ciudadanos musulmanes de cualquier lugar del mundo que tienen que odiar a los infieles, a los judíos y destruir la democracia. Esos son el enemigo. Los ideólogos y los que ejecutan. No sólo enviando bombas a Siria contra ISIS vamos a destruir al enemigo. Si no acabamos con el fenómeno ideológico que seduce a miles y miles de personas, todo lo que hagamos con bombas no servirá de nada.

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Segunda parte de la entrevista de Pilar Rahola con Infobae

Pero, ¿cómo se combate el fenómeno ideológico?

–Cometería un error si pensamos que el problema es ISIS, que es un drama enorme, terrorífico, trágico. Es el mal en estado puro. ¿Qué hay que hacer con ellos? Vencerlos, no convencerlos. Al Estado Islámico no se lo convence. Estoy a favor de una victoria militar sobre el ejército de los Daesh. Pero el problema real es la cantidad ingente de millones de dólares que países miembros de la ONU y emires de ámbitos vinculados al petrodólar dedican a radicalizar, fanatizar y destruir cualquier atisbo de modernidad de sus ciudadanos musulmanes. La ideología totalitaria está institucionalizada en las dictaduras de Medio Oriente, sobrecargada de dinero y con una capacidad tecnológica que no dedican su esfuerzo a las democracias y a las libertades sino a la esclavitud del feudalismo y el fanatismo. Es un error la venta del alma libre a las dictaduras del petrodólar. Y la izquierda del mundo no levanta la voz contra el totalitarismo. No he escuchado una sola manifestación contra ISIS, contra la esclavitud de la mujer en Arabia Saudita. Han traicionado la libertad.

"No sólo enviando bombas a Siria contra ISIS vamos a destruir al enemigo"

¿Qué escenario geopolítico internacional prevé tras los atentados en París?

–Los atentados en París nos han impresionado mucho, pero también nos había impresionado Atocha, y ya llevamos más de diez años. La matanza de París es tan horrible como todas. Cada vez que hay una barbaridad no impresionamos, pero sin embargo ellos llevan montañas de muertos. Y continuamos haciendo lo que no debemos. Reaccionamos a golpe de tiro. Me parece bien una defensa armada y militar, pero ¿el presidente Francia le va a pedir a las naciones musulmanes que se implique en la lucha a favor democracia? ¿Se van a impedir los discursos salafistas? ¿La ONU le va a sacar la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos a Arabia Saudita? ¿De qué sirve la ONU? ¡Que se vaya de vacaciones eternas! Hay que dejar de considerar normal que haya un montón de dictaduras normales feudales y fascistas que alimentan el fanatismo. Si no somos combativos con esto, no vamos a vencer este fenómeno, que va a matar más. Esto es la guerra.

¿Por qué el atentado de París causa mayor conmoción que el de otros sitios del mundo?

–Los europeos somos hipócritas porque parece que sólo existen los hechos cuando pasan en nuestro territorio. Porque el atentado de AMIA tuvo poca repercusión en Europa porque fue en el Cono Sur, estaba lejos. Los yihadistas saben que matar en Washington, Nueva York, Londres o París es matar en el corazón de los medios. Es matar en la CNN.

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¿Existe algún vínculo entre los atentados y la crisis de los refugiados?

–Yo no la hago. Por supuesto, entre los refugiados se nos puede colar algún terrorista, pero la mayoría de los que están vinculados al terrorismo yihadista vuelan en primera, no van en trenes por las calles o buques en pleno invierno. Un yihadista no va por ahí. O está en casa, donde ha ido creciendo su odio, o viaja en primera. La inmensa mayoría de los refugiados huyen del Estado Islámico que nunca fueron yihadistas.

La referencia era a cómo los refugiados huyen también los terroristas.

–Los refugiados son todas víctimas. Entre ellos puede haber algún verdugo por la desesperación, pero cuando alguien huye de la tragedia de la guerra no huye para convertirse en un pequeño Daesh. Están creciendo los populismos a derecha e izquierda. El de derecha considera que el inmigrante es peligroso. Pero no hay que criminalizar a esa gente que huye de la muerte. El Estado Islámico vive ahora del prestigio del éxito.

¿Qué significa?

–De cara a gente joven que busca ideología, que está desconcertada, estos tipos tienen un éxito bárbaro: acaban de poner de rodillas a París. Por ejemplo, los apuñalamientos en Israel no están controlados por Hamas, que ha tenido el monopolio del terrorismo antiisraelí. Pero le aparece un fenómeno de jóvenes sin perspectivas a los que siempre se les dijo que Israel es lo peor. Pero Hamas no tiene éxito. En cambio, hay unos hombres al otro lado de las montañas que tienen éxito. ¿Qué hacen los jóvenes? Se mimetizan. Los ideólogos del ISIS les dijeron: "La yihad eres tú. No hace falta organizarse. Toma un cuchillo". Esta es la capacidad que tiene el Estado Islámico de seducir. Pero para seducir, tiene que tener éxitos. Por eso, cuando tiene un retroceso militar, atentan para volver a subir la imagen de vencedor.

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Recién mencionaba la escalada de violencia en Israel. ¿Es esta una nueva intifada?

–Es pronto para hablar de la tercera intifada. Cada vez que hay un ataque contra un israelí, las organizaciones palestinas lo aplauden. Pero no es suyo. Estamos ante un repunte de violencia que irá peor. Es significativo que Hamas y Hezbollah hayan denunciado los atentados de París. Hamas es sunita, se alimenta del discurso salafista. La ideología de Hamas y la del Estado Islámico es absolutamente paralela. Hamas no había previsto que hubiera jóvenes que pasaran de Cisjordania y Gaza mimetizando las acciones del Daesh.

Usted está a favor de la independencia catalana de España. ¿Por qué Cataluña debería separarse?

–Yo estoy a favor de una transición democrática y pacífica hacia un Estado propio. Somos una nación con orgullo, con más de 1.000 años de historia, con un idioma que ha sido muy pisoteado, pero que tenemos en ley y que continuamos hablándolo a pesar de 300 siglos de represión contra él. La situación económica de Cataluña es cada vez más peligrosa por la vampirización de los recursos catalanes que ha hecho España. Y con una cerrazón permanente para entendernos, para pactar con nosotros. Los catalanes somos pactistas, combatientes. Esta es una revolución de saco y corbata, de clases medias. Si he llegado a este punto es porque estamos muy hartos. España nos trata como un pueblo colonizado. Pero allí vamos a estar dándole un cauce democrático. Estamos viviendo un choque de democracias entre el Parlamento catalán y el español.