Los riesgos de eliminar alimentos sólo por seguir una "moda"

Comer sano y sin excederse con las cantidades es una cosa. Eliminar alimentos sin una razón de peso o adoptar cualquier nueva dieta, otra completamente diferente. Muchas personas intentan seguir las nuevas modas y arrastrar cualquier estilo a su vida, aunque este no sea productivo ni necesario. Hacerse vegetariano o prescindir del trigo aún disfrutando de la carne o el pan, es un error. En la alimentación, los excesos pueden ser tan perjudiciales como los límites que uno se imponga sin haber consultado con un médico nutricionista y sólo amparado en dietas de moda o planes poco saludables pero efectivos.

Las últimas corrientes nutricionales evitan muchos de los alimentos tradicionales y que hasta hace poco eran normales en cualquier dieta. Claros ejemplos son el azúcar, la leche o el trigo. Tanto la intolerancia a la lactosa y al gluten como la eliminación de ellos en una dieta es algo que debe determinar un médico. Los lácteos pueden ser reemplazados por otros alimentos, pero siempre bajo el consentimiento de un especialista. El criterio anterior, pero sin la previa consulta con un nutricionista, es tomar una decisión por moda. La simple y errada razón está en suprimir un alimento sin ninguna recomendación y con la única creencia de que bajo la nueva modalidad, los kilos de más van a desaparecer.

Es cierto que muchos expertos consideran que el azúcar es peor que las grasas. Lo cierto es que reducir el azúcar refinado influirá positivamente en la salud y evitará enfermedades como el sobrepeso y la diabetes, además de trastornos metabólicos y otras patologías crónicas.

En cambio, evitar cualquier alimento dulce sin ninguna razón médica sólo se traducirá en la privación de un placer al que, además, se le suma la posible pérdida de energía. Muchos estudios médicos han demostrado que las personas que comen a diario –por ejemplo– un chocolate pequeño tienen menos problemas de sobrepeso. El azúcar, en su justa medida, es necesario para el organismo. Lo importante del azúcar es ingerirlo a través de alimentos saludables, moderando el consumo de dulces y aumentando el de las frutas.

Realizar una dieta détox con la ayuda de un experto puede ser saludable, teniendo en cuenta la duración de la misma. Tratar de compensar los excesos con comidas más ligeras o haciendo ejercicio también es una buena técnica. Incorporar nuevos alimentos ecológicos, con propiedades probadas e incluso suplementos alimenticios será saludable siempre que un especialista lo haya recomendado. Ahora, el problema radica en poner en marcha y llevar a la práctica todo lo que se leyó, se escuchó o fue aconsejado por un familiar o amigo. La alimentación sana no necesita más adjetivos, pero no todos los cuerpos son iguales.

Reducir el consumo de grasas saturadas y sustituirlas por otras como el aceite de oliva y los ácidos grasos de los frutos secos, la palta o el pescado es una gran decisión para la salud y para mantener una línea equilibrada. Eliminar de la dieta cualquier grasa por temor, sobre todo a engordar, puede causar importantes problemas de salud, ya que forman parte de la estructura celular y son indispensables para el sistema hormonal y son el vehículo de vitaminas como la A, E o D.

En conclusión, las dietas actuales promueven eliminar los azúcares refinados, los hidratos de carbono refinados, los productos manufacturados, las grasas saturadas, los lácteos, carnes y huevos y promueve el consumo de cereales integrales, legumbres, frutas y vegetales. Es cierto que este tipo de dietas aseguran un correcto pH o nivel de acidez en el organismo y puede mejorar mucho la salud, evitar enfermedades graves y ayudar a que el cuerpo pierda peso y se sienta mejor. Dejar de comer carne o huevos y tratar de alimentarte sólo de vegetales sólo por haber leído que no son saludables y que además ayudará a adelgazar, puede llevar a que una persona coma de forma desequilibrada, incoherente y poco apetecible.