Sergio Massa acelera en la carrera final para pasarlo a Macri Macri

El candidato de UNA logró en las últimas semanas entusiasmar a su propia tropa con conseguir los puntos que necesita para superar a su oponente de Cambiemos

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Sergio Massa está más "enchufado" que nunca. Así lo describen quienes mejor lo conocen. El candidato presidencial de UNA logró en las últimas semanas entusiasmar a su propia tropa, fortaleció la relación con José Manuel de la Sota, gobernador de Córdoba, y con Roberto Lavagna, la otra gran figura política de su campaña. Pero además logró retomar vínculos con algunos empresarios que le habían quitado el respaldo en los últimos meses. En las reuniones privadas que tiene en su oficina en el piso 17 del edificio Torre de las Naciones de Tigre, Massa se entusiasma con conseguir en estas últimas cuatro semanas los puntos que necesita para superar a Mauricio Macri, su rival de Cambiemos, y conseguir forzar el ballotage a Daniel Scioli, el gobernador bonaerense que representa la opción kirchnerista.


El ex intendente de Tigre aceptó la última estrategia de campaña que ya comenzó a desplegar: apelar al voto útil al destacar que si hay un ballotage el 80% de los votos del jefe de gobierno porteño irían para Massa, y que si la segunda vuelta es entre Scioli y Macri, los votos de Massa se repartirían en partes iguales entre el candidato del oficialismo y el de Cambiemos. "La gente tiene que tener claro que si el ballotage es con Macri, eso será un triunfo seguro de Scioli. Pero si el que va al ballotage soy yo, le puedo ganar a Daniel. Hay que ir por ahí", dijo el diputado del Frente Renovador en una de las últimas reuniones que tuvo con su equipo de colaboradores.


La estrategia de Massa apunta a mantener su discurso de propuestas y sus duras críticas a sus rivales, Scioli y Macri, pero respaldado en sus dos principales hombres: De la Sota y Lavagna. Al gobernador de Córdoba ya le ofreció ser su jefe de Gabinete si logra entrar en la segunda vuelta y luego gana el ballotage. Lavagna tiene hoy un papel central en el equipo político y económico de Massa, aunque aún no definió cuál podría ser su espacio en el eventual gobierno massista, uno de los cargos posibles es el de ministro coordinador del área económico. Pero lo que sí está definido es que el tramo final de la campaña de UNA será con De la Sota y Lavagna, como las dos figuras políticas centrales.


Por esta razón, además de todas las actividades de campaña que ya están diseñadas, ayer por la tarde no hubo descanso en Tigre. Massa se dedicó a grabar los nuevos spots de campaña con De la Sota y con Lavagna.


De la Sota es hoy la única vía habilitada por Massa para hablar con Macri. Hace poco el jefe de gobierno había planteado la necesidad de hacer una cumbre y luego de consultarlo con Massa, el gobernador cordobés y el jefe de gobierno porteño tomaron un café. En medio del escándalo político que significó el caso de Fernando Niembro, Macri quería buscar una tregua con Massa. "Quiere un acuerdo de convivencia mientras dure la campaña", fue lo que le transmitió De la Sota a Massa después de la reunión. Al final quedaron en un pacto de no agresión para no desgastar demasiado la relación política ya que ambos saben que si se da una segunda vuelta, ambos se necesitan.


Ayer hubo otro contacto entre Cambiemos y Una. El jefe de gobierno porteño electo, Horacio Rodríguez Larreta, se habría comunicado con el gobernador de Córdoba para insistir con la necesidad de retomar el diálogo entre ambos sectores. Macri es de la teoría de que él y Massa tienen que cuidarse entre ellos. Esta teoría apunta a un solo objetivo que es la eventual segunda vuelta.


Fuentes de primer nivel de UNA y de Cambiemos coinciden en negar que exista hoy un acuerdo político hacia la segunda vuelta. Esto se explica por una sola razón: los debilitaría si trasciende cualquier acercamiento antes del 25 de octubre. Los constantes contactos entre ambos sectores confirman que uno y otro planean esa estrategia porque están convencidos de que pueden conseguir que Scioli no gane en la primera vuelta.


Pocos lo saben, pero Massa tuvo un encuentro con Gabriela Michetti, senadora del PRO y candidata a vicepresidente por Cambiemos. Fue la semana pasada en la provincia de Mendoza, donde cada uno estaba en actividades de campaña diferentes. Fue una charla breve en medio de la campaña que ambos hacían en el interior y fue un cruce casual en el aeropuerto. "La charla fue cordial. Estaba Gaby ahí y la saludé y eso no implica que haga pactos", contó poco después Massa a uno de los integrantes de su equipo.


Massa tiene una excelente opinión de Michetti, de hecho era uno de los que le había propuesto apoyar su candidatura a jefe de gobierno porteño cuando competía con Horacio Rodríguez Larreta. Macri siempre vetó esa posibilidad y no fue sólo porque su candidato era Rodríguez Larreta. "Gaby no queremos tener nada que ver con Sergio que fue ministro de este gobierno. Nosotros somos el cambio", solía decirle Macri a Michetti. Hace poco tiempo y tras las elecciones de Tucumán, en las que la oposición reclamó en conjunto por la transparencia de esos comicios, la situación cambió. Tras reunirse con Massa, el candidato presidencial de Cambiemos modificó su postura y se acercó al ex intendente de Tigre. Michetti en ese momento lo cargaba a Macri con eso: "A mí no me dejabas ni acercarme y vos ahora estás meta chat con Sergio".


La necesidad electoral de los candidatos presidenciales de la oposición hicieron cambiar sus estrategias. La charla con Michetti si bien fue casual e informal, sirvió para afianzar lo que ya habían definido Macri y De la Sota, café de por medio.


En lo más alto del poder están más que satisfechos con el crecimiento de Massa en las encuestas, uno de sus peores enemigos políticos, porque esto perjudicó a Macri y benefició a Scioli. El gobernador bonaerense asegura en privado que ya superó los 40 puntos que necesita para conseguir ganar en primera vuelta, y consolidar una diferencia de 10 puntos sobre Macri, quien según varias encuestas detuvo su crecimiento e incluso bajó algunos puntos.


Massa sostiene que la hazaña de superar a Macri es posible. "Todos me daban por muerto en las PASO, y también lo dijeron después y ahora el único que crezco soy yo", se entusiasma en privado el ex intendente de Tigre. Como su crecimiento termina beneficiando a Scioli, circuló en ámbitos políticos de distintos sectores la versión de que Massa habría retomado su relación con figuras del oficialismo. El dato concreto que alentó los rumores fue el encuentro entre Massa y Aníbal Fernández, jefe de Gabinete y candidato a gobernador del oficialismo por la provincia de Buenos Aires.


El encuentro fue casual en el aeropuerto de San Fernando, cuando ambos esperaban abordar distintos aviones. Aníbal Fernández es uno de los que más detesta al diputado del Frente Renovador: siempre dijo que desde la misma oficina que hoy ocupa él, Massa se dedicó a complotar contra la presidenta Cristina Kirchner.


No hubo acercamiento político alguno en esa reunión que no llegó a durar diez minutos. Hablaron como personas civilizadas, aseguran fuentes cercanas a ambos. Massa contó, según una fuente de su entorno, que para romper el hielo Fernández le habría aclarado que él no tenía nada que ver con el robo en su casa que sufrió Massa y su familia en 2013 por parte de un prefecto que había trabajado en los servicios de inteligencia, hoy condenado por la Justicia a 18 años de cárcel. Según la versión del massimo, el jefe de Gabinete le habría dicho que él era ajeno al tema. "Está bien si me lo quiso aclarar. Igual yo sé que el Gobierno estuvo atrás del robo a mi casa", dijo. Para el ex intendente de Tigre fue una situación de cierta tensión porque está convencido que un sector del Gobierno es el responsable del robo en su casa. Pero no hubo nada más en la breve charla con el jefe de Gabinete.


El ex intendente de Tigre se despegó en los últimos días de cualquier posibilidad de acercamiento con el oficialismo. "Los que dicen que hay un acuerdo con el kirchnerismo, no tienen idea de que ellos entraron a mi casa a robar. Los voy a meter presos", suele decir cuando en su oficina habla del tema.


Ahora su estrategia es profundizar un discurso crítico hacia Scioli, como lo hizo la semana pasada cuando criticó muy duro al gobernador bonaerense por haberse bajado del debate presidencial para el 4 de octubre, que estaba acordado por la organización Argentina Debate. Además el massimo sostiene, y ahora lanzará una campaña en ese sentido, que él es único que puede vencer a Scioli en una eventual segunda vuelta. En las últimas horas, se animó a decir que puede conseguir llegar a 30 puntos y dejar detrás a Macri, quien es hoy su principal rival para el 23 de octubre.