Los dos puntos que olvidó Axel Kicillof para cerrar el pleito con los holdouts

El ministro de Economía viajó a Nueva York sin las cartas fundamentales para poder reinsertar a la Argentina en las finanzas internacionales y atraer inversiones productivas

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Axel Kicillof criticó con dureza el anuncio del macrismo sobre Ganancias Adrián Escandar 162
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Axel Kicillof llevó a la Asamblea General de las Naciones Unidas ocho consignas que podrán servir de guía a futuro para cualquier país que tenga que enfrentar un conflicto judicial por no haber honrado a su tiempo y en forma los compromisos financieros, esto es, no haber cumplido con la promesa de pago de bonos de la deuda pública.

Se podrá distraer la atención con argumentos vagos sobre la legitimidad de los inversores que concurren a los mercados de capitales, locales e internacionales, en busca de oportunidades para obtener la mejor renta, sea por la vía de la compra primaria de un título público (bono), o privado (acciones), incluidas en ambos casos las obligaciones negociables, o secundaria, a través de negociaciones en las Bolsas, también locales e internacionales.

Pero no hay duda de que no se estaría discutiendo por estas horas la forma de resolver conflictos de intereses entre inversores y estados soberanos que afectan a un puñado de naciones, menos del 10% del planeta, que han incurrido en prácticas de default, es decir, lisa y llanamente por no poder pagar sus deudas, porque siguieron recetas irresponsables de gastar recurrentemente más de lo que podían según sus capacidades de recaudar impuestos, obtener financiamiento interno y externo, y hasta agotar el impuesto inflacionario, junto con la falsificación o manipulación de las estadísticas públicas.

Sin aceptar el fallo judicial y pagar a los bonistas, no podrán recuperarse las oportunidades para volver a crecer

Sin embargo, pese a la falta de autoridad que significa no poder haber resuelto en doce años de gobierno y casi catorce desde la salida de la convertibilidad, la superación del estado de default, y de los bonos reestructurados en los canjes de 2005 y 2010 no sólo paga parcialmente por temor a embargos, sino que además subestima el pago de renta de los bonos ajustables por CER (inflación), porque el Indec desagrega casi la mitad de la real suba de precios al consumo, Axel Kicillof no previó en sus propuestas de reestructuración dos puntos esenciales, que debieran haber formado desde el principio el decálogo incompleto, a modo de Diez Mandamientos: 1) Honrar los fallos de la Justicia que prevé el pliego de condiciones de emisión de los bonos, luego de las obligadas apelaciones a los tribunales superiores; y 2) Acordar formas razonables de pago para cerrar el pleito.

La ausencia de esos prerrequisitos asegura la continuidad del estado de suspenso del default selectivo, aunque su impacto es generalizado y se manifiesta a diario en la pérdida de oportunidades para atraer inversiones productivas, crear empleos genuinos, y no algunos miles meramente administrativos que sólo contribuyen a ampliar el déficit fiscal y de ese modo atizar la inflación y las tensiones cambiarias, con el consecuente efecto contractivo sobre la generación agregada de riqueza.