Ricardo Forster: "Scioli no representa el kirchnerismo que defiendo"

El filósofo habló con Infobae con motivo del primer aniversario de la polémica Secretaría del Pensamiento. Opinó sobre la interna por la gobernación bonaerense y tildó el giro estatista de Macri de "inverosímil"

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 Charly Díaz Azcué 162
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El filósofo y co-fundador de la agrupación de intelectuales oficialistas Carta Abierta, Ricardo Forster, aseguró que Scioli "no representa el kirchnerismo" y aunque consideró que su giró oficialista es "interesante", lo relativizó al enmarcarlo dentro de la campaña proselitista.


Forster realizó esta afirmación en un diálogo a fondo que mantuvo con Infobae esta semana para repasar el primer año de la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, la dependencia que dirige con fervor militante el ex candidato K y que en el momento del anuncio de su creación generó una ruidosa polémica. El filósofo aprovechó la charla para criticar el cambio de discurso macrista en torno al rol del Estado y opinar sobre la dura interna del FPV en la provincia de Buenos Aires. Además, desmintió los rumores sobre una supuesta relación tirante con la ministra de Cultura, Teresa Parodi.


-Se dijeron muchas cosas cuando se lo nombró a cargo de la Secretaría, ¿cómo definiría usted al pensamiento nacional?

No hay una definición única, tiene que ver con una tradición, que a su vez es compleja, porque si decimos pensamiento hablamos de las tradiciones intelectuales, de las grandes matrices ideológicas que formaron a la Argentina como nación. Lo nacional tiene que ver con lo propio, con la idiosincrasia diversa que define un itinerario de país, porque tampoco podemos hablar como si fuera una esencia de identidad, como si hubiera una identidad que permanece intocada a lo largo de la historia y que esa identidad es el lugar al que tenemos que referirnos cuando decimos lo nacional. Lo que nosotros intentamos desde la Secretaría es hacer visible la complejidad del cuadro intelectual, político, e ideológico de la Argentina.

-¿Se imagina a su Secretaría bajo una hipotética presidencia de Mauricio Macri?

Macri puede tomar mi Secretaría e inyectarla con su visión de la realidad, porque no cabe duda que todo gobierno inyecta con su mirada, tradición ideológica y representación política, a la sociedad y a su hacer; y eso no está mal. Seguro construirán sobre su perspectiva, que es distinta a la mía.

-¿Qué opina sobre el cambio de discurso de Macri, que ahora cree oportuno mantener algunas cosas bajo el ala del Estado?

Me parece inverosímil, porque no se dio hace un par de años atrás, se hizo ahora y no tiene sustento. Nadie le cree, le termina haciendo un daño. Es más un ejercicio de experimentación publicitaria que hace Durán Barba, que un giro genuino de una fuerza política que puede descubrir de modo autocrítico que alguno de sus fundamentos no funciona. Me parece que no hay nada de eso. Sí creo que el Pro, a diferencia de una tradición liberal genérica, tiene más inclinación a apropiarse de ciertos registros de las tradiciones populares y se puede acomodar mejor a un cambio de discurso. Pero no sé si Macri puede hacerlo, porque expresa desde su lenguaje, su modulación, una tradición muy antagónica a lo que hoy supuestamente descubre como positiva, porque es raro, después de haber sido parte de una crítica feroz y despiadada, de catástrofe, de estos 12 años de la Argentina, decir que hay núcleos centrales que están muy bien y tienen que ser mantenidos nos hace pensar que estamos dentro de una lógica esquizoide, donde hay distintas personalidades; o hay algo que es del orden de la falsedad. Me parece que el macrismo tiende a esto.

 @mujeresxkarina 162
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-Refiriéndonos a cambios de discurso, es inevitable hacer mención al giro oficialista con respecto a Daniel Sciol. ¿Qué opina?

Siempre dije que Scioli no representa la matriz del kirchnerismo que yo defiendo, pero sí creo que ha sido, y es, un aliado importante en la travesía del Frente para la Victoria, y que en ese camino recorrido, ha mostrado que en los momentos difíciles ha estado en el lugar que le correspondía estar. Ahora bien, cómo será el gobierno de Scioli si gana las elecciones, eso habrá que verlo en el momento en que le toque tomar las decisiones fundamentales. También agregué que la fórmula Scioli-Zannini expresaba el concepto de alianza que ha sido siempre el Frente para la Victoria, pero la Argentina tiene un sistema presidencialista y lo peor que le puede pasar a la Argentina es tener un presidente débil, tiene que tener capacidad de decisión, con fortaleza, y las señales que da Scioli es que eso lo tiene. Las señales que está dando ahora son interesantes, pero uno podría decir que son parte del espíritu electoral.Todos sabemos que entre la retórica y la acción hay una diferencia, pero no hay acción si no hay una retórica que la constituya.

-El sentido de la palabra "aliado" es bastante preciso y usted es un hombre que elige muy cuidadosamente sus conceptos... ¿Le produce desconfianza?

Incertidumbre. No, no es la palabra, la palabra sería.... inquietud, pero no por Scioli, sino por los poderes reales de la sociedad argentina. Una alianza es una construcción que puede profundizarse, quebrarse, no tiene garantías. La política juega siempre al borde de la garantía, porque tiene que ver con lo cambiante, con la mutación del escenario. La política no es una fotografía, es una película, entonces, el gobierno que llegue, sea cual sea, va a ser un gobierno que va a tener que enfrentarse a una coyuntura regional e internacional compleja. Espero se conforme la Corte de Justicia con cinco miembros y ojalá tengamos la madurez necesaria para ir hacia una reforma de la Constitución, una vez que ya quedó despejado el fantasma de la reelección. Una Constitución no es un texto bíblico, no es un texto que está allí para nunca ser modificado y que debe ser interpretado. Es un texto que las sociedades van reescribiendo en función de los movimientos que se van operando en su interior. Por ejemplo, creo que se le hizo un daño inmenso a la educación y a la salud al haberlas provincializado. Creo que Argentina debería, como nación constituida, ser dueña de sus recursos naturales, no las provincias. La única forma de modificar esto es con una reforma de la Constitución. También creo que hay que ir por una profunda reforma de la Justicia.

-¿Qué opina de que su colega en Carta Abierta, Horacio González, haya dicho que quiere dejar su cargo de Director de la Biblioteca Nacional si gana Scioli?

Horacio fue uno de los grandes directores en la historia de la Biblioteca Nacional, él ha recorrido casi la totalidad del gobierno de Kirchner y los dos gobiernos de Cristina. Lleva más de 10 años como director y ha hecho un trabajo sutil, complejo. Le ha dado visibilidad, no ha dejado de lado nunca el trabajo de mejoramiento tecnológico, y al mismo tiempo le ha dado una potencia cultural muy grande: ha hecho ediciones maravillosas. Es uno de los intelectuales más finos de la Argentina, un escritor exquisito y un amigo. Horacio va a terminar un ciclo importantísimo en su trayectoria personal, el 10 de diciembre, como todos nosotros. Si seguirá o no, no lo sé, capaz que si se lo piden, sigue. Da la impresión que no, porque su salud está frágil y es un hombre con mucho para escribir, pero me encantaría que Horacio siga, porque no hay muchos en condiciones de reemplazarlo.

 Télam 162
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-¿Puede precisar algo sobre la reciente toma del Ministerio de Cultura por parte de trabajadores despedidos?

Sé que es un conflicto que está vinculado al Centro Cultural de la villa 21, que tiene que ver directamente con el trabajo político que allí hace Víctor Ramos, pero no estoy involucrado en los núcleos de la discordia. Me parece que hay una sobreactuación bien intensa de Víctor Ramos, que quizás está acostumbrado a otra lógica.

-Se dice que casi no tiene relación con la Ministra de Cultura, Teresa Parodi, ¿esto es cierto?

Teresa ha tenido una actitud muy generosa a la hora de habilitar que todas las propuestas de la Secretaría sean llevadas a cabo, no hubo nunca palos en la rueda, ni problemas de presupuesto. Nos une una relación cordial, no somos amigos y cada uno ocupa el rol que tiene que ocupar.

-Usted apoya públicamente la fórmula de Aníbal Fernandez y Martín Sabbatella, ¿qué opina de las chicanas que les dedican los otros candidatos del Frente Para la Victoria?

No me gusta el tono de Fernando Espinoza, no me gusta para nada y no me gustan las internas donde se trabaja bajo la tónica del chicaneo, donde se trabaja bajo la lógica de ir al borde de ciertas expresiones injuriosas. Sí está bueno que en la interna se planteén las diferencias, si las hay. Siempre hay que ser muy respetuoso del otro, más que nada cuando el otro está integrado a la misma fuerza política, porque después va a terminar la interna, va a emerger una fórmula ganadora y el resto tendrá que votar a esa fórmula ganadora.

-¿Habló con Florencio Randazzo después de que bajara su candidatura?

No hablamos con Randazzo, pero me sorprendió mucho que no haya aceptado ser candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires

-¿Le hubiese gustado que se presentara a las PASO presidenciales?

Me hubiese gustado si las PASO presentaban un espacio para el debate de ideas. El problema era si las PASO iban a una lógica más de falacia ad hominem, que es no discutir las ideas del otro, sino discutir alguna cuestión personal. La política tiene mucho de eso y es así. El problema es que en la Argentina es muy difícil que las frases no sean brutalizadas.