Condenaron a 35 años de prisión a un violador reincidente

El hombre ya había sido condenado a 25 años, pero le redujeron la pena a siete. Ya en libertad, violó al menos a siete mujeres

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 http://www.elretratodehoy.com.ar/ 162
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Claudio "Pepino" Napolitano, de 45 años, había sido condenado en 1996 a 25 años de cárcel tras haber violado a 7 mujeres en un mes. Sin embargo, a los siete años fue beneficiado por la vieja ley del dos por uno, y salió en libertad. Tras ello, comenzó a vivir en la Patagonia, aunque volvía a Mar del Plata asiduamente.


Las denuncias por violaciones volvieron y la forma de actuar del agresor era igual en todos los casos. Así fue como los investigadores cayeron otra vez en la figura de Pepino. De hecho, entre septiembre de 2012 y febrero de 2013, cinco mujeres denunciaron abusos y una forma de abordarlas idéntica: "Aparentá que somos novios... abrazame".


Pepino esperaba que alguna de sus posibles víctimas se encontrara sola en la parada del colectivo y mientras la agarraba del pelo y la amenazaba con un arma de fuego o arma blanca, le pedía el abrazo. De inmediato se perdían en un descampado donde terminaba consumando la violación. Tras ello, las despojaba de algunas de sus pertenencias y se quedaba con alguna prenda, casi siempre la bombacha.


Recién fue vuelto a localizar y ser detenido en Mar del Plata en 2013, en momentos en que caminaba tranquilamente por las calles del barrio El Martillo. Recién el 7 de julio de 2015 comenzó el juicio contra "Pepino". El último miércoles, la fiscal María Isabel Sánchez solicitó la pena de 50 años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual agravado por acceso carnal, uso de arma de fuego y ultrajante. Ese punto obedece a que Napolitano utilizó ramas de árboles para violar a una de sus víctimas.


Este martes finalmente los jueces Gustavo Fissore, Alfredo De Leonardis y Jorge Peralta confirmaron la pena de 35 años de prisión efectiva. "Pepino", antes de escuchar la sentencia, habló en la audiencia ante el Tribunal Oral en lo Criminal 4 y confesó sentirse "avergonzado y arrepentido" por lo que hizo.