Belleza natural: la casa en Italia que mira al mar Jónico

En un entorno maravilloso, ubicado en Salento, región que también tiene vista al mar Adriático, el arquitecto Luca Zanaroli encontró su lugar: una construcción rural abandonada que convirtió en un refugio marítimo despojado, cómodo y lujoso

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 Luca Zanaroli / Mustique 162
Luca Zanaroli / Mustique 162

"Cuando descubrí mi refugio en Salento, me encantó a primera impresión el edificio y su ubicación. Quedé maravillado por su monumentalidad. No por su valor arquitectónico; pero sí por su expresión de fuerza y carácter, que es típico de la naturaleza y la cultura de la zona", cuenta el arquitecto italiano Luca Zanaroli, dueño de la vivienda.


 Luca Zanaroli / Mustique 162
Luca Zanaroli / Mustique 162

Esta belleza arquitectónica está ubicada en Salento, comarca formada por la extremidad sudeste de la región italiana de Apulia, ubicada entre el mar Adriático y Jónico. La casa tiene vista al segundo mar y estuvo abandonada durante años. En mal estado, Zanaroli decidió comprarla y remodelarla. Sin embargo, la mayor parte del edificio se ha conservado, solo detalles interiores se restauraron además del nuevo mobiliario adquirido que volvió a darle vida a la casa.


Conservación del entorno

Todos los interiores se han unido por largos pasillos excavados de los gruesos muros (a veces incluso cavaron sin saber a dónde asomarían), uniéndose a los pisos de diferente nivel de ligeramente inclinados con rampas para enfatizar la idea de espacio y continuidad. Para lograr el resultado deseado, la elección de las ventanas y marcos de las puertas fue decisiva, ya que hubo que conjugar el confort con la seguridad de la casa y, que a la vez, se integrara correctamente el interior con el exterior, así como también con el entorno natural que es parte fundamental de la vivienda y le da identidad al lugar.


 Luca Zanaroli / Mustique 162
Luca Zanaroli / Mustique 162

Las superficies interiores, y el suelo de toda la casa fue tratado con mortero, cemento y yeso hecho de cal y piedra toba, que se unen los diferentes volúmenes y suavemente reflejan la luz natural que entra desde numerosos pequeños ventanas para iluminar los interiores. El objetivo fue utilizar la mayor cantidad de materiales locales que se mezclaron con otros materiales para dar grandes contrastes. Como por ejemplo el uso de acero inoxidable para los cajones de la cocina, de hormigón de color gris y las cortinas de color negro, al igual que las puertas del armario en la cocina.


Fruto de un matrimonio amante del buen gusto

El diseño interior fue concebido entre el arquitecto y su esposa, Silvia Bernabei. Este se caracteriza por la utilizacion de piezas rurales, el contraste de colores, texturas, y el mix de lo antiguo con lo moderno.

Los colores y el mobiliario combinan armóniosamente con el contexto, gracias a su neutralidad y calidad original y naturaleza que no se corrompe. Se utilizaron la menor cantidad posible de muebles para que predomine la arquitectura orgánica con todo.


 Luca Zanaroli / Mustique 162
Luca Zanaroli / Mustique 162

El resultado final puede considerarse como una síntesis entre rústico, sencillez y despojo, o incluso, por el contrario, el contraste entre la perfección inmutable de las formas y la errática imperfección de las cosas.

El entorno natural es una parte integral de la la calidad e identidad del lugar. Además de la espectacular presencia de olivos, prevalecen otras especies autóctonas, tales como algarrobos y palmeras, brindando un equilibrio entre el espacio construido y el paisaje.