El libro de Francisco sobre Cuba en el que anticipó varios pasos de su pontificado

Cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio escribió "Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro", en el que adelantó líneas claves de su influencia en las relaciones entre La Habana y Estados Unidos

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Cuando todavía cumplía su misión en Buenos Aires como arzobispo, monseñor Jorge Bergoglio coordinó un grupo de reflexión, Centesimus Annus, a partir del cual publicó su libro Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro. Con el sello de Ciudad Argentina, el texto se publicó en julio de 1998, poco después de la visita histórica de Karol Wojtyla a Cuba, donde lo recibió el comandante que todavía estaba a cargo de la presidencia.

Hoy el pequeño ensayo se lee a la luz de los acontecimientos del 17 de diciembre de 2014, cuando los mandatarios Barack Obama, de los Estados Unidos, y Raúl Castro, de la isla, anunciaron el descongelamiento de las relaciones, la liberación de los detenidos en ambos países, la reapertura de embajadas cerradas desde 1961 y otras medidas económicas y sociales de acercamiento.

Desde esa perspectiva, se delibera hasta qué punto Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro fue parte de los esfuerzos de la Iglesia Católica en las negociaciones por la reapertura diplomática entre los dos estados tras más de medio siglo de silencio.

El ex embajador de los Estados Unidos en El Vaticano enviado por el presidente Barack Obama, el teólogo Miguel Díaz, actualmente titular de la cátedra de Servicio Público John Courtney Murray en la Universidad Loyola de Chicago, lo consideró: "Podemos recalcar lo que el Papa Francisco escribió en aquel libro: el diálogo como un encuentro con la verdad que implica relación, apertura mutua, conversación, respeto a la dignidad de cada ser humano".

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"Él habla del diálogo como un canal de comunicación entre la Iglesia y el mundo. Cada Papa y cada esfuerzo diplomático desde Juan Pablo II hasta el presente ha tratado de profundizar ese canal de comunicación", agregó.

Andrés Beltramo Álvarez experto de Vatican Insider y autor del blog Sacro & Profano, ubicó el libro en una línea de continuidad: "Fue parte de una serie de estrategias que involucraron no sólo a Monseñor Bergoglio; también hubo otros cardenales que fueron parte de diferentes iniciativas de acercamiento a Cuba, en aquel tiempo del viaje de Juan Pablo II".

"No era una estrategia organizada en el sentido de centralizada: era producto de un nuevo aire que se estaba respirando en Cuba y que permitía estos acercamientos".

A ese nuevo aire aludió el periodista José Jasán Nieves Cárdenas, quien publica en los medios digitales El Toque (La Habana) y de Progreso Semanal (Miami, Estados Unidos): "Lo veo como una iniciativa consecuente con lo que fue el impacto para los representantes de la Iglesia de la visita de Juan Pablo II en 1998: el encuentro con una realidad compleja sobre la cual, ellos sabían, podrían influir para modificarla en bien de los fieles católicos y de las mayorías necesitadas de prosperidad".

El embajador Díaz destacó que en el libro el entonces arzobispo de Buenos Aires anticipó líneas claves de su prédica como Sumo Pontífice.

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"Una de las tantas cosas interesantes del libro es que Monseñor Bergoglio expuso con claridad su crítica al neoliberalismo capitalista y también al marxismo, en una manera muy equilibrada. Y este tema ha sido central en su papado: él habla de la economía que mata y de las fuerzas económicas que reducen al humano a básicamente las fuerzas del mercado —una crítica a esta dimensión que se enfoca solamente en la ganancia del capital— pero por otra parte también critica la visión socialista-marxista de la pérdida de la singularidad humana, donde la persona es valorada únicamente en términos de su función social", apuntó.

En el libro también criticó la incomunicación, agregó el ex representante de los Estados Unidos ante El Vaticano: "Creo que en este viaje él va a acentuar esa crítica, pues el aislamiento no lleva a nada bueno, y va a continuar la línea de Juan Pablo II, que habló de la apertura 'de Cuba al mundo y del mundo a Cuba'".