Más de 36.000 estatuas de Kim il Sung -una cada 700 habitantes- decoran el pálido paisaje de Corea del Norte. Tratan de retener la ilusoria omnipresencia del mandatario de facto que gobernó el país desde 1948 hasta su muerte en 1994.
Más de 36.000 estatuas de Kim il Sung -una cada 700 habitantes- decoran el pálido paisaje de Corea del Norte. Tratan de retener la ilusoria omnipresencia del mandatario de facto que gobernó el país desde 1948 hasta su muerte en 1994.