La veneración de la Virgen de los Milagros de Caacupé (que significa "detrás del cerro" en lengua guaraní) se celebra desde los tiempos de la colonia.
Desde diferentes puntos de Paraguay y también del exterior, peregrinos a pie, algunos de rodillas, otros arrastrando pesadas cruces, en carretas tiradas por bueyes o caballos, en bicicleta y por diversos medios testimoniaron su fe hacia la Virgen de los Milagros, durante la festividad católica del día de la Inmaculada Concepción.
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En el principal oficio litúrgico, en presencia del presidente de Paraguay Horacio Cartes, del vicepresidente Juan Afara, y de los ministros, el obispo de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, instó a las autoridades a combatir el flagelo del narcotráfico y su infiltración en la política.
El debate sobre la "narcopolítica" es recurrente en los medios paraguayos desde el asesinato el 16 de octubre de un periodista del diario ABC, al parecer como represalia por sus publicaciones sobre un capo del narcotráfico, Vilmar Acosta, en la región de Ypejú, fronteriza con Brasil.
En este sentido, la orden de cometer el asesinato se le atribuye a un alcalde que actualmente se encuentra prófugo.
La "virgencita india de Caacupé" es venerada por sus milagros desde que un indígena prometió tallarla a partir del tronco de un árbol que lo cobijó, cuando era perseguido por españoles que querían capturarlo.
La gigantesca Basílica de Caacupé, donde ofició una misa el Papa
durante su visita en 1988, se erige entre los cerros de la Cordillera de los Altos, a unos