Un novedoso tratamiento promete frenar el paso del tiempo

La terapia de reemplazo hormonal bioidéntica usa hormonas iguales a las del propio cuerpo. Cómo la medicina antiage previene enfermedades

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Que la expectativa de vida aumentó es un hecho. La gente vive cada vez más años. Pero la noticia dejaría de ser buena si la calidad de vida no acompañara esos años "extra".

Así, de un tiempo a esta parte surgió lo que se conoce como medicina antienvejecimiento, con el propósito de retrasar los efectos del paso del tiempo y prevenir las enfermedades relacionadas con la edad a nivel molecular y celular.

En este contexto, por más espléndida que una mujer pueda verse, alrededor de los 45 años (años más, años menos) comenzará a experimentar los síntomas de la premenopausia y menopausia. Del mismo modo, pese a que cada vez más los hombres también se preocupan por su aspecto físico, la andropausia llegará casi indefectiblemente a los 50 años.

Es que, naturalmente, las hormonas declinan sus valores con el paso del tiempo. A medida que envejecemos nuestros niveles hormonales bajan y en consecuencia los órganos dejan de estar protegidos. Las personas se suelen quejar de fatiga, problemas de memoria, dolores de cabeza, problemas emocionales y de relación.

Es muy frecuente el tratamiento sintomático de estas afecciones sin el abordaje específico adecuado. Y si bien se sabe que la disminución o desequilibrio de ciertas hormonas es la causa principal de dichas afecciones, con la edad, el cuerpo se vuelve menos eficiente para producir niveles adecuados de hormonas que son críticas para el funcionamiento de órganos y sistemas vitales. Además, un estilo de vida poco saludable, una mala nutrición, el estrés y las toxinas producen estrés molecular, lo cual puede provocar desequilibrios hormonales.

Hasta ahora, la medicina suplementaba de manera artificial esas hormonas en descenso, con efectos colaterales como el incremento de riesgos de accidente cerebrovascular, cardiopatías o cáncer de mama.

De ahí lo revolucionario de la nueva terapia de reemplazo hormonal bioidéntica (TRHB), que utiliza hormonas iguales a nivel molecular a las hormonas del propio cuerpo.

Infobae habló con la doctora Sandra Molocznik (MN 78.096), especialista en medicina interna, funcional y antienvejecimiento, quien trajo la novedosa técnica al país.

"Las hormonas se extraen de una planta llamada wild yam, propia de países de Latinoamérica como México, y se elabora un extracto, que tiene la estructura molecular idéntica a la testosterona, progesterona, estrógeno y dhea, que son las hormonas sexuales que decaen durante la menopausia, andropausia y menopausia precoz", explicó la especialista, quien detalló que con ese extracto se realiza la suplementación de deficiencia de hormonas propias del envejecimiento.

Con lo que se extraede la planta se elabora una crema, parches transdérmicos o bien comprimidos sublinguales. Es que, según las necesidades de cada paciente, se elige la modalidad de tratamiento.

"Una de las teorías del antienvejecimiento es que uno envejece porque declinan las hormonas"

"Se administra en crema (viene con un aplicador que da la dosis exacta y se coloca en la parte interna de brazos y piernas y en abdomen) ya que la crema se absorbe a través de la piel y actúa donde tiene que actuar; también en forma oral sublingual, parches transdérmicos y gel, que difiere la forma que se absorbe respecto a la crema", detalló Molocznik.

Tras contar que en los EEUU se empezó a estudiar hace muchos años cómo reemplazar hormonas sin efectos colaterales, la especialista destacó que al descubrirse las propiedades de la wild yam se analizó cómo producirlas. Y desde marzo de 2013 esta terapia se usa en la Argentina. "Compramos la materia prima y la hacemos acá", remarcó la especialista.

Consultada sobre en qué consiste el tratamiento, Molocznik destacó que "lo primero que hay que hacer es medir hormonas para ver en qué niveles se encuentran". Y subrayó: "Lo que se rescata de este tratamiento es que para cada paciente es diferente; sobre la base del déficit de cada paciente se plantea el tratamiento".

"Una vez que se decide qué hay que suplementar, se determina la dosis y modo de administración y se le explica al paciente; después la idea es chequear los niveles hormonales a los dos meses. El tratamiento suele extenderse por tres años en mujeres con premenopausia", detalló la especialista, quien fundamentó su terapia en el hecho de que "una de las teorías del antienvejecimiento es que uno envejece porque declinan las hormonas".

En ese sentido, explicó que la modulación hormonal –tal como ella prefiere llamar al reemplazo, porque en realidad no se reemplaza una hormona por otra– resuelve los síntomas, "pero si además se quiere proteger al paciente de otras consecuencias de que disminuya la secreción de esas sustancias, como la osteopenia, falta de energía, osteoporosis, problemas cognitivos y cardíacos, lo recomendable es continuar el tratamiento, ya que si se dejan de administrar, las hormonas vuelven a los valores de esa persona de esa edad".

Molocznik enfatizó que el acercamiento personalizado al cuidado de la salud es una de las piedras angulares de la medicina antienvejecimiento. "Los médicos especializados en antienvejecimiento entienden que cada paciente es diferente bioquímica, fisiológica y psicológicamente. Un plan de tratamiento exitoso debe tomar en cuenta la individualidad bioquímica y diseñar un plan personalizado sobre la base de los resultados obtenidos y síntomas asociados", finalizó.

Los beneficios del reemplazo hormonal bioidéntico en hombres y mujeres

Equilibrio de los estados de ánimo: Las fluctuaciones hormonales pueden causar cambios de humor debido a cambios en la química cerebral. Las hormonas balanceadas pueden remediar los sentimientos de ira, ansiedad y depresión.

Aumento de la masa muscular: Una deficiencia de testosterona puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres. La testosterona es una hormona que construye masa ósea; por lo tanto, si los niveles de testosterona son bajos o subóptimos la masa muscular disminuirá.

Aumento de libido o energía sexual: Si se disminuyen los niveles hormonales, el deseo de actividad sexual también se reduce. Cuando las hormonas se restauran a los niveles normales, la energía sexual aumenta.

Patrones de sueño saludables: El reloj interno del cuerpo establece los patrones de sueño que se encuentran en la parte del cerebro conocida como el hipotálamo. Los desequilibrios hormonales pueden interferir con las señales en el hipotálamo y crear trastornos del sueño.

Aumento de la vitalidad: Las fluctuaciones hormonales, sumado al estrés modifican el cortisol, hormona clave en el proceso de adaptación al ritmo intenso de la vida moderna. Esto trae como respuesta descenso del nivel de energía y en consecuencia fatiga. Cuando las hormonas están equilibradas, el cuerpo puede producir energía para restaurar y aumentar la vitalidad.

Mayor densidad ósea: El estrógeno, la testosterona y la progesterona influyen en cómo los huesos absorben el calcio y en la construcción de masa ósea. Si los huesos no pueden absorber el calcio, se debilitan, lo que conduce a la osteopenia y osteoporosis. Las hormonas balanceadas regulan la absorción de calcio para mantener los huesos sanos y fuertes.

Aumento de elasticidad en la piel: El colágeno es responsable de la juventud y elasticidad en la piel. Cuando las fibras del colágeno se rompen, la piel se reseca o se arruga. La vitamina C y los estrógenos influyen en la formación del colágeno ayudando a mantener la piel joven.