Llach: "Es difícil encontrar un loco por la educación como Sarmiento"

El economista y ex ministro de Educación dijo en el Coloquio de IDEA que se debe apostar a escuelas de doble jornada en lugares marginales para mejorar la calidad. Empresarios concordaron que ya no es sólo una política de Estado

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Si bien el Coloquio de IDEA siempre tuvo un foco fuerte en la política y la economía, en el 50° aniversario de este encuentro anual en Mar del Plata apostaron por nuevas temáticas, como la educación y el narcotráfico. Bajo el panel "La educación: un compromiso impostergable", especialistas en la materia discutieron sobre el futuro de la Argentina, pero ante todo, los empresarios coincidieron que se deben involucrar más en el desarrollo educativo, ya dejó de ser sólo una política de Estado.

Las palabras de cierre de Juan José Llach, economista y ex ministro de Educación, fueron las que más resonaron en los pasillos tras la exposición. El director del Centro de Estudios de Gobierno, Empresa, Sociedad y Economía de IAE Business School aseguró que el país tiene una "ventana de oportunidad" para avanzar sobre el tema, ya que se encuentra en un punto de inflexión en que se les dio un visto bueno a las pruebas de calidad educativa sin aferrarse solamente a ellas, aunque tampoco se las demoniza.

"Es difícil encontrar un loco por la educación como (Domingo) Sarmiento", expresó Llach, en referencia al ex presidente argentino considerado como el padre de la educación. Y bromeó: "Somos varios los locos por la educación, pero la masa crítica todavía no es suficiente". Con las correcciones de inflación que realizó el Indec, la inversión educativa en términos del PBI pasó del 6 al 5%. "Es una diferencia enorme de 40.000 millones de pesos", dijo, y enfatizó que hoy debería estar más cerca del 7 por ciento.

"Es difícil apostar por la educación cuando no hay un progreso económico y la gente tiene que encontrarle un sentido a educarse. Con mayor distribución de ingresos, mejora la educación", dijo. Con todo, opinó que la mejora debe "empezar por los más chicos y los más pobres", porque es el camino seguro para la justicia educativa. Pero fue más esperanzador al decir que "el Gobierno que viene no deberá empezar de cero".

Además, Llach dijo que son necesarias escuelas modelo en las zonas más necesitadas y marginalizadas para el cambio, la doble jornada con segunda lengua, tecnologías, expresión artística, deporte y recreación, junto a competencias laborales. "La nueva carrera docente es una deuda de la democracia argentina: debe volverse atractiva", expresó, con un acceso obligatorio para los nuevos y optativo para los docentes que ya estén en ejercicio.

Carlos Tramutola, fundador y miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Cimientos, fue otro de los protagonistas del panel, y destacó que la problemática afecta al empresariado, ya que el desarrollo educativo es necesario para el crecimiento de las empresas. "La falta de educación incide en la fragmentación de la sociedad. No hay compañías que prosperen sin educación, e inciden en la dificultad para obtener la mano de obra".

La mayor crítica fue de Gustavo Iaes, presidente de la Fundación CEPP, pues dijo: "No tenemos claro hacia donde estamos yendo. Veníamos de un sistema muy vertical donde el Estado decía lo que había que hacer ahora no es así, todos queremos participar".

Las comparaciones con América Latina no tardaron en llegar. En pleno Mundial, Brasil lanzó un plan de educación a 10 años para llegar a invertir el 10% de su Producto Bruto Interno. "Son los presidentes los que llevan a cabo las grandes reformas educativas", dijo Axel Rivas, investigador del Cippec y autor del libro Revivir las aulas. En Chile, Rivas dijo que el salario real de los docentes mejoró en los últimos tres años en búsqueda de una mayor calidad y prestigio.

Sin embargo, dijo que tanto México como Chile fueron "al extremo con las evaluaciones de aprendizaje", ya que no sólo limitaban la creatividad de los estudiantes, sino que también generaron un esquema de corrupción, porque los colegios y profesores son premiados según los resultados positivos o negativos que obtengan sus clases. "Los países que no habían avanzado, como Argentina y Uruguay, están haciendo una convergencia", aseveró el especialista, coincidiendo así con las palabras de Llach. "La evaluación por escuela no tiene que ser ni exceso ni tabú", concluyó.