Antonio Francisco Cafiero nació en Buenos Aires el 12 de septiembre de 1922 y con su muerte se apagó la luz de uno de los últimos exponentes del primer peronismo, que a lo largo de su extensa carrera política pasó por numerosos cargos y protagonizó momentos históricos de la vida del país.
Además de ser discípulo del general Juan Domingo Perón, fue diputado, senador, gobernador, embajador, candidato presidencial, fue perseguido y estuvo preso, se lo vio en el poder y en la oposición.
Con una familia compuesta por diez hijos, entre ellos los políticos Mario y Juan Pablo Cafiero, y unos cuarenta nietos y bisnietos, inmortalizó la frase "no me gorilee", cuando un periodista lo consultó sobre los incidentes en el traslado de los restos de Perón a San Vicente.
En 92 años de vida, Cafiero atravesó la historia del peronismo en todas sus etapas y asistió a las muertes de Eva Duarte, Perón, Raúl Alfónsín y Néstor Kirchner.
Al referente del radicalismo lo enfrentó en numerosas ocasiones, pero no dudó en acompañarlo en dos momentos más que significativos: en 1987 fue uno de los referentes de la oposición que salió al balcón de la Casa Rosada para acompañar el histórico discurso de Alfonsín por el levantamiento carapintada, que incluyó el célebre "Felices Pascuas... La casa está en orden".
El 2 de abril de 2009, en ocasión del sepelio del ex presidente radical, su adversario político durante los años 80, afirmó: "Yo tuve dos maestros en la vida que me enseñaron todo lo que sé o mal sé. Uno se llamó Juan Domingo Perón, el otro Raúl Alfonsín".
Cafiero también estuvo en octubre de 2010 en la despedida de Néstor Kirchner, a quien recordó como un "amigo": "El paso de él por la vida argentina no ha sido en vano. Es un hombre que ha dejado su huella en la historia argentina. Nos ha dado un ejemplo de lo que debe ser el político que es fiel a sus convicciones".