México: sicarios confesaron el asesinato de 17 de los 43 estudiantes desaparecidos

Sus cuerpos estarían entre los restos no identificados de 28 personas hallados este sábado en seis fosas al sur del país. Uno de los detenidos relató que los mataron en el lugar donde se hallan las tumbas

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Sicarios confesaron desde prisión haber matado a 17 de los 43 estudiantes desaparecidos en el sur de México, los cuales se teme que estén enterrados en fosas clandestinas halladas el sábado, informó la Justicia de Guerrero.

En una rueda de prensa, el fiscal, Iñaky Blanco, reportó que en esas fosas han sido hallados hasta ahora 28 cuerpos, algunos de ellos carbonizados y también divididos en partes, pero avanzó que los trabajos de identificación para saber si son los estudiantes desaparecidos tardarán entre 15 días y dos meses.

Blanco relató que uno de los detenidos dijo que llevó a los jóvenes al lugar donde se encontraron las tumbas y que allí los mató.

Los funcionarios no hicieron comentario sobre la identidad de los cuerpos. Pero una persona que visitó el lugar, que se encuentra acordonado, dijo que los cadáveres estaban "completamente carbonizados"; algunos incluso "sin ningún tipo de tejidos".

Las fosas que fueron localizadas el sábado en las faldas de un cerro a las afueras de una barriada marginal de Iguala, a 200 kilómetros al sur de la capital, eran unos enterramientos "profundos y recientes", dijo un persona que estuvo en el lugar y habló a condición de mantener su identidad en el anonimato.

La zona, llamada Pueblo Viejo, es un territorio muy abrupto, de difícil acceso, que desde primera hora de la tarde del sábado quedó fuertemente custodiado por más de un centenar de policías federales, estatales y miembros del Ejército y la Marina.

El gobernador estatal, Ángel Aguirre, dijo que las víctimas halladas habían sido "salvajemente masacradas", pero evitó especular sobre quiénes serían.

Los hechos se remontan al 26 de septiembre, cuando un grupo de estudiantes tomó varios autobuses en Iguala para usarlos en sus protestas, pero fueron atacados en varias ocasiones por policías locales y desconocidos armados.

La Procuraduría del Estado confirmó entonces que en los incidentes murieron seis personas y 17 personas resultaron heridas. Días después, las autoridades comunicaron que el número de desaparecidos era de 43.