Poca sal tampoco es bueno

Un estudio develó cuál es la medida justa

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En la vida, suele decirse que los extremos no son buenos. "Ni muy muy, ni tan tan" como aconsejan las abuelas.

Harto sabido tenemos los consejos sobre lo perjudicial que es la sal para la salud de las arterias. Y cómo limitar su consumo sería de gran beneficio para nuestra salud. Pero una reciente investigación vino a echar por tierra lo hasta ahora conocido y asegura que poca y demasiada sal son ambos perjudiciales.

Los resultados del más extenso estudio jamás realizado -incluyó 18 países y más de 100 mil personas- revelaron que la actual recomendación de consumo máximo de sodio es en realidad demasiado baja e incluso puede ser riesgosa. Sin embargo, el consumo excesivo también es dañino por lo que el objetivo es lograr un consumo en rango "óptimo".

Es que dos reportes de un estudio cooperativo que involucró cientos de investigadores de 18 países publicado en New England Journal of Medicine sacudieron las creencias convencionales acerca del consumo de sal.

El estudio Prospective Urban Rural (PURE), llevado a cabo por investigadores de las instituciones Population Health Research Institute, McMaster University y la Hamilton Health Sciences estudió cerca de 100 mil personas por un período de 4 años. Evaluó la ingesta de sodio y potasio y relacionó ambos con la presión arterial así como con la mortalidad, enfermedades cardiovasculares e infarto.

La investigación demostró que el incremento del consumo de sodio se asocia a un incremento de la presión arterial -un factor de riesgo para ataques cardíacos, infarto y otras afecciones- aunque es más pronunciada en niveles de consumo por encima de 5 gramos, especialmente entre los individuos que ya poseían hipertensión arterial, o en los mayores de 55 años o entre quienes reunían ambas condiciones.

"Pero, los efectos sobre la presión arterial son más leves frente a un consumo de sodio promedio (3 a 5 gramos por día) y son insignificantes frente a niveles bajos de ingesta (3 gramos al día). Éste último es un nivel más alto que el máximo recomendado actualmente", explicó Andrew Mente, el autor principal de uno de los reportes.

"Mientras que el foco estuvo puesto en reducir la sal de la dieta, un importante e ignorado abordaje para reducir la presión arterial consiste en el incremento del consumo de potasio. Un enfoque que busque el equilibrio entre ambos parecería significar en un mejor beneficio para la reducción de la hipertensión, -advirtió Mente-. Esto se puede lograr por medio de una ingesta moderada de sal combinada con el consumo de muchos vegetales y frutas".

Mientras que consumir demasiada sal estuvo ampliamente reconocido como un factor de alto riesgo, los investigadores hallaron asimismo que puede haber riesgo en comer demasiado poca. En efecto, el autor principal del segundo reporte, Martin O'Donnell, sugirió que lo que se recomienda generalmente como un máximo diario saludable para el consumo de sal parece ser muy bajo.

"La ingesta baja de sodio reduce ligeramente la presión arterial, en comparación con la ingesta moderada (o promedio), pero un consumo bajo también presenta otros efectos incluyendo elevaciones negativas de ciertas hormonas que están asociadas con un aumento en el riesgo de muerte y enfermedades cardiovasculares. La cuestión clave es si estos efectos fisiológicos que compiten resultan en un beneficio clínico neto o no", explicó O'Donnell.

"En el estudio PURE encontramos el menor riesgo de eventos cardiovasculares y de muerte en las personas que consumen cantidades moderadas de ingesta de sodio (entre 3 y 6 gramos de sodio al día), aumentando el riesgo por encima y por debajo de ese rango. Aunque este hallazgo fue reportado en estudios anteriores más pequeños, PURE es el mayor estudio internacional realizado que evalúa la asociación entre la ingesta de sodio y sus efectos sobre la salud, y fortalece el concepto que moderar la ingesta de sodio es óptima".

El estudio fue financiado por más de 50 fuentes incluyendo el PHRI, la Heart and Stroke Foundation of Ontario and Canada y el Canadian Institutes of Health Research y la Fundación ECLA en Argentina.

Los resultados de ambos estudios son de aplicación global y cuestionan fuertemente el dogma establecido y las políticas recomendadas. Esto también significa que la reducción de sal debe estar dirigida principalmente a aquellos que tienen presión arterial alta y los que consumen mucha sal", afirmó Salim Yusuf, investigador principal del estudio PURE, autor senior de ambos reportes y Director del Population Health Research Institute (PHRI), que diseñó y coordinó el estudio.

Tomados en conjunto, las investigaciones demuestran que hay un "punto adecuado" para el consumo de sodio, donde demasiado o muy poco puede ser perjudicial, mientras que una cantidad moderada de entre 3 y 6 gramos es óptima. La buena noticia es que la mayoría de las personas en el mundo consume una cantidad en el rango óptimo.

En una editorial que acompaña las publicaciones en New England Journal of Medicine, Suzanne Oparil, profesora de la University of Birmingham (Alabama) instó a la reconsideración de las actuales directrices y recomendó ensayos aleatorios que comparen los resultados en las personas cuya ingesta habitual de sal es muy baja para evaluar si una mayor reducción de sodio reduce los eventos clínicos.