El Indec estimó que los salarios aumentaron 3,1% en mayo

El efecto del cierre de diversas negociaciones paritarias entre sindicatos y empleadores en el segundo trimestre del año fue clave para provocar una vez más en ese período alzas promedio superiores al de los pasados doce meses.

Ese fenómeno explica que desde marzo se observen alternancias entre qué franja de asalariados lidera los aumentos intermensuales. Primero fueron los ocupados en la administración pública con 4,3%, luego siguieron los empleados privados registrados 6,6% y ahora los trabajadores no registrados 6,6 por ciento. Semejantes actualizaciones superaron cualquier tasa de inflación en 30 días.

Así se llega a valores medios antes de los descuentos para la obra social y jubilación de $10.469 para los dependientes de la función pública nacional, previsional y municipal, $9.851 para los registrados privados, mientras que los informales y asignación no remunerativa (no sujeta a descuento jubilatorio) recibieron una media de 5.388 pesos.

Con esas correcciones, que no se repetirían en los próximos meses, dado que en los acuerdos paritarios fue común acordar subas escalonadas en dos o tres veces en un año, muchos asalariados lograron recuperar parte del poder adquisitivo que perdieron con la aceleración de los incrementos de precios en el primer trimestre.

Muchos asalariados lograron recuperar parte de la pérdida de poder de compra

Sin embargo, un análisis retrospectivo a un año de las variaciones de las remuneraciones, indica que respecto a la denominada inflación Congreso que acumuló un aumento de 40% en los pasados doce meses, sólo los asalariados no registrados y las asignaciones no remunerativas, pudieron superar levemente esa referencia.

Por el contrario, el salario medio de los ocupados en la administración pública redujo su capacidad de compra en 6,3% y los privados registrados en 7,2%, en comparación con la que tenían un año antes.

En un año el salario registrado privado cayó 7,2% real y el del sector público 6,3%

El cuadro aparece como más inquietante para aquellos trabajadores que por las subas nominales fueron alcanzados por mayores alícuotas de cargo del Impuesto a las Ganancias, por la resistencia del Gobierno nacional de establecer mecanismos de actualización automática de los mínimos no imponibles, y en particular mantener congeladas las escalas para las deducciones especiales.

Pero los más perjudicados fueron los 20.000 trabajadores que perdieron sus puestos en el sector privado, en términos netos, y varios cientos de miles que por la recesión que afecta a la actividad productiva y comercial acusaron disminución nominal de sus ingresos por la imposibilidad de trabajar horas extras y feriados.