Francisco en Jerusalén, la ciudad tres veces santa

Incluso los no creyentes entienden la dimensión histórica del lugar, venerado por cristianos, judíos y musulmanes. La Explanada de las Mezquitas, el Muro de los Lamentos y la Vía Dolorosa, tres símbolos que conviven... pero no se mezclan

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Conocida como la Ciudad Eterna, la de David o la de la Paz , Jerusalén fue destruida y reconstruida en varias oportunidades. Lugar sagrado para las tres religiones monoteístas, judíos cristianos y musulmanes se movilizan cada año para conocerla.

Para los judíos, Jerusalén es la encarnación del antiguo Israel, escenario de la gloria del rey David y sede del Templo de Salomón. Todos los judíos del mundo rezan mirando hacia Jerusalén.

Para los cristianos, es la ciudad donde Jesús pasó sus últimos días, escenario de la Última Cena, la Crucifixión y la Resurrección.

Para los musulmanes es Al Quds, "la Sagrada", el lugar donde Mahoma empieza su vida mística y asciende al cielo sobre su corcel. Es la tercera ciudad santa, después de La Meca y Medina. Con más de 3.000 años de historia, es una de las ciudades más antiguas del mundo.

En Israel sólo el 2% de la población practica las diferentes tendencias cristianas (ortodoxa griega, católica griega, católica romana, ortodoxa armenia, católica armenia, maronita, ortodoxa siria, católica siria, católica caldea y episcopal), explica la ONG Fuente Latina. La otra minoría es la musulmana, con un 17% de la población, incluyendo a los circasianos y beduinos. Finalmente, el 75,6% de la población es judía aunque no practique la religión.


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Caminar por la Ciudad Vieja de Jerusalén es un desfile de religiones, lo que no supone la multiculturalidad. Todo está perfectamente compartimentado. Hay un barrio cristiano, otro armenio, el judío y el musulmán. Y algunos de los lugares sagrados comparten "soberanía".

Los cristianos son los menos celosos de su símbolos. Acceder al Santo Sepulcro, a cualquiera de sus iglesias o caminar por la Vía Dolorosa no supone ninguna restricción. En el Muro de los Lamentos sí hay controles, pero no prohibiciones explícitas. En cambio, la Explanada de las Mezquitas está vedada para los turistas.

Sacralidad

"¿Cómo se mide la sacralidad, o que es más sagrado de lo que hay ahí? ¿No hay suficiente Dios para todos?", se pregunta Omar Abboud, el profesor islámico que integra la comitiva papal a Tierra Santa.

En diálogo con Infobae explicó que para los musulmanes Jerusalén fue la primera orientación religiosa, "es decir que los musulmanes se orientaban hacia allí a la hora de hacer los rezos. Por otro lado, en el Domo de la Roca, si se quiere el primer edificio islámico en términos arquitectónicos, se encuentra la piedra desde donde el Profeta Muhammad inició su viaje nocturno hacia los mundos de ultratumba. En la misma explanada se encuentra la Mezquita del Aqsa, en ese lugar el Profeta en el transcurso de su viaje rezó con los demás profetas".

Abooud sólo había estado una vez en Jerusalén. El domingo por la tarde –cuando llegó con Francisco- fue la segunda. "Desde mi carácter de musulmán, estar rezando en el Aqsa fue sublime, y desde ese lugar entiendo a quienes oran en el Muro o en el Santo Sepulcro. Fue muy conmovedor todo, mítico y a la vez desafiante en términos de cómo encontrar una solución de equilibrio al conflicto".

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El rabino argentino Ioni Shalom también visitó Jerusalén -llegó con 6 curas latinoamericanos de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Venezuela y Paraguay-, en "una experiencia de estudio y amistad". Organizada por el Congreso Judío Latinoamericano, el Congreso Judío Mundial y el Centro de Entendimiento y Cooperación judeo-cristiano, la comitiva viajó en peregrinaje para seguir al Papa.

"El llegar a Jerusalén es siempre una experiencia transformadora. Cuna de tradiciones y fuente de aspiraciones, la Ciudad de la Paz (de allí proviene su nombre: Ir-Shalem, ciudad de paz) invita a replantearnos cómo estamos encarando nuestras vidas personales y comunitarias. Viendo la violencia y la intolerancia que vivimos diariamente, los mensajes de paz, esperanza y solidaridad se hacen cada vez más necesarios", explicó Shalom.

Para este joven rabino, la experiencia en Tierra Santa fue enriquecedora: "Basados en las similitudes que nos acercan y en las diferencias que nos potencian, estudiamos y recorrimos sitios bíblicos judíos y cristianos, aprendiendo uno del otro".

"Pero por sobre todas las cosas -remarca Shalom- aprendimos que en el diálogo, los jóvenes tienen mucho para hacer y que es importante que nos involucremos".

Para el padre Miguel Ortigoza, cura de Asunción de Paraguay, la Tierra Santa se entiende desde el mismo momento en que se pisa Israel. "De una tierra en sí misma caliza y montañosa surge la vida porque es la mano de Dios que la posibilita.

Se demuestra que es Tierra Santa, no solo por ser cuna de las religiones monoteístas sino porque, en realidad, Dios ha posado en ella no solo sus pies sino también su espíritu".

Al padre Valentín Goldie, de Uruguay, Jerusalén le despierta muchas ambigüedades, le genera cierto "rechazo" y hasta tristeza. "Su historia: llegan los cristianos y hacen iglesias, llegan los musulmanes y hacen mezquitas arriba de las iglesias destruidas y sobre las ruinas del Templo, y algunas vuelven a ser iglesias después… Se ve en la arquitectura una historia de agresividad, despojo de querer imponerse culturalmente", explica.

 AFP 163
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El "abrazo de las tres religiones". Francisco unióa un rabino y un líder musulman frente el Muro de los Lanentos