"Bebés pendientes": cada vez más mujeres congelan sus óvulos para "programar" su maternidad

Tienen más de 35 años y deciden criopreservar sus óvulos para así "despejar" sus carreras. En Argentina y en los Estados Unidos la mayoría de las que deciden hacerlo no están en pareja. Un debate Entre el avance de la ciencia y el dilema moral

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Llega un momento "incómodo" en la vida de toda mujer sin hijos que por lo general ocurre alrededor de 35 años, que es cuando el resto de los mortales están interesados en preguntar por su panza. Esté o no en pareja. Y ahí vienen las decisiones.

Podemos decir a esta altura del siglo XXI que fue la píldora anticonceptiva el primer escalón para que las mujeres se "empoderen" en su tarea de planificar los destinos de la relación entre su carrera y su familia.

Según datos relevados por Infobae, en la Argentina hay más de 30 centros de fertilización o reproducción asistida que también ofrecen procedimientos de criopreservación de óvulos, que hasta hace unos años sólo estaban destinados a preservar la fertilidad por razones médicas, por ejemplo en el caso de pacientes oncológicas.

La revista Bloomberg Bussines Week recopiló testimonios de mujeres con diversas historias de vida en los Estados Unidos para conocer la experiencia en primera persona sobre la criopreservación de ovocitos (óvulos).

Suzanne Lajoie es obstetra en Manhattan y con su historia admite que la presión social sobre las mujeres de más de 35 es real. "Cuando terminaba la universidad todos mis amigos ya habían tenido sus bebés. Hasta ahí ningún problema. Pero cuando a mediados de los 30 rompí un noviazgo comenzó mi preocupación sobre si yo iba a tener un hijo propio. Así que en 2007, a los 37 años, decidí congelar mis óvulos y hoy ya tengo dos hijos".

El caso de la médica Lajoie puede encajar perfectamente en cualquier historia de vida de cualquier país. Tiene el perfil típico de la mayoría de las mujeres que deciden congelar sus óvulos: son profesionales exitosas, tienen dinero, pero el marido y el bebé aún no se habían materializado. Y saben que el tic tac del reloj biológico (la capacidad fértil de las mujeres disminuye notablemente luego de los 35) es implacable.

Sarah Richards se realizó entre 2006 y 2008 una serie de intentos de congelamiento de sus óvulos. Y luego de su buena experiencia escribió un libro sobre lo que ella llamó la "maternidad reprogramada" (Motherhood, Rescheduled: The New Frontier of Egg Freezing and the Women Who Tried It) donde sobre todo le da coraje a las mujeres para que se animen a programar su maternidad.

Un estudio realizado en 2013 por la Universidad de Nueva York a 183 mujeres que habían congelado sus óvulos expresó que el 19 por ciento dijo que podrían haber tenido un hijo antes, si su lugar de trabajo le hubiera brindado más flexibilidad.

Precios altos

Como se trata de un costo alto, la mayoría de las mujeres que emprenden esta tarea pasaron los 35. No son costos para mujeres jóvenes que recién inician su carrera.

En la actualidad congelar óvulos en un Instituto especializado y de renombre en la Argentina puede arrancar a partir de los 25 mil pesos y llegar hasta los 100 mil pesos y más. A lo que hay que agregarle la tarifa mensual por el mantenimiento de los óvulos.

Los médicos especialistas en fertilidad en muchos casos recomiendan a aquellas mujeres que deciden un procedimiento hacerlo a edades más tempranas ya que elevan el nivel de éxito después. Esta edad en el mundo ya está decreciendo, y van por más. Esperan que en los próximos 30 años, el procedimiento se convierta en una parte rutinaria de la salud de la mujer.

También fue fundamental que, en 2012, la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva quitó la etiqueta de "experimental" del procedimiento, citando estudios sobre la mejora de las tasas de éxito y los datos que mostraron que no hay ningún aumento en los defectos de nacimiento en los bebés nacidos de huevos descongelados.

Sin embargo, la asociación norteamericana mantuvo su posición conservadora y cautelosa al respecto: la tecnología con el fin de retrasar la maternidad (criopreservación) puede dar a las mujeres una falsa esperanza. "Los pacientes que deseen cursar esta tecnología se debe informar detalladamente ", decía el informe.

Más polémica

El doctor Geoffrey Sher, director médico de la Clínica Sher de fertilidad en los Estados Unidos, recientemente escribió e inauguró otra polémica: debido a que la criopreservación se hace antes de que surjan problemas de fertilidad, el mercado potencial para el congelamiento de óvulos es exponencialmente mayor que el de la fecundación in vitro.

"Lo que no ha cambiado es la biología", dice el doctor Jamie Grifo, director del programa del Centro de Fertilidad de la Universidad de Nueva York, que señala que muchas de estas madres de mayor edad tuvieron que ir a los grandes y costosos tratamientos.

Un estudio realizado en febrero pasado por la Sociedad para la Tecnología y Reproducción Asistida encontró que 2 de cada 100 bebés nacidos en los EE.UU. están ahora concebidos con ayuda de las técnicas de fertilización asistida.

Grifo refuerza: "El congelamiento de óvulos se desarrolló originalmente como una forma de preservar la fertilidad de las pacientes, por ejemplo, con cáncer y sometidos a quimioterapia y es relativamente simple. En primer lugar, los ovarios de una mujer se estimulan con medicamentos para la fertilidad (generalmente son nueve días de inyecciones administradas en el hogar) para producir tantos ovocitos (óvulos) como sea posible.

Luego los médicos hacen lo que se llama una recuperación transvaginal: insertan una aguja a través de la pared vaginal de la mujer y en su ovario suavemente absorben los ovocitos (óvulos). La gran diferencia con los embriones in vitro es que ya han sido fertilizados por el esperma, y los ovocitos son sólo una célula grande que consiste principalmente en agua.

Ciencia y vida

En cuanto a la técnica misma de la criopreservación existen aún zonas delicadas que la ciencia se esfuerza por resolver.

Como la conformación del ovocito en su casi totalidad es agua, el riesgo al momento de su almacenamiento es la formación de pedacitos de cristales en su interior.

En los últimos tres años las clínicas de fertilidad han pasado de un método de congelamiento lento, en el que los ovocitos son drenados gradualmente de agua, a un proceso más eficiente llamado vitrificación que utiliza "flashes" de congelamiento.

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Una vez recuperados y congelados, los ovocitos se almacenan en tanques especializados de nitrógeno líquido; la mayoría de las clínicas tienen sus propios sitios de almacenamiento, tanto para la comodidad y como una forma adicional de ganar dinero. Y a la espera de que la mujer decida que le gustaría utilizar sus óvulos congelados. Allí viene otra etapa del proceso: habrá entonces que descongelarlos, fertilizarlos con esperma y transferirlos a su útero.

El doctor Alan Copperman, director médico del Reproductive Medicine Associates (RMA) en el centro de Manhattan, cuenta una experiencia que deja un abordaje moral sobre el tema: "Recibí una paciente que su madre como regalo de cumpleaños le había obsequiado un procedimiento para congelar sus óvulos. Si bien entiendo que fue un gesto de amor de parte de su madre; no me gusta entender a la criopreservación como un gesto altruista".

Escenario futuro

En los Estados Unidos, una llamada "ronda de procedimientos" para congelar óvulos cuesta entre US$ 7.000 a US$ 12.000 dólares, sin incluir medicamentos y tarifas de almacenamiento, que corren alrededor de US$ 3,000 y US$ 1,000 al año, respectivamente.

El precio promedio de los bancos de semen es de US$ 1.500 dólares. Todas las técnicas de fertilización cubren algunos aspectos o no de los tratamientos de acuerdo a las legislaciones de los países en cuestión

Dependiendo de su edad y de la salud, una mujer conseguirá entre 6 y 25 ovocitos por ciclo de congelación. Teniendo en cuenta que algunos serán cromosómicamente viables y otros no (según el análisis de supervivencia entre congelación, descongelación e implantación, estadísticamente, la mujer necesita de 8 a 12 óvulos congelados para un embarazo exitoso).

Grifo explica que la Clínica de Nueva York realiza entre 5 a 10 congelamientos de ovocitos (óvulos) por semana: "Hace cinco años, sólo el 5 por ciento de nuestros procedimientos eran para criopreservación de óvulos, y eso fue todo para los pacientes con cáncer. En 2013 la congelación de óvulos representó un tercio de nuestro negocio, y la gran mayoría fue por elección ".

Este pico sin duda tiene que ver con la mejora de la tecnología de vitrificación -no muchas mujeres estaban dispuestas a pagar por un procedimiento invasivo con pocas probabilidades de éxito-en conjunto con una mayor atención del tema por parte de los medios y las celebridades.

Como escenario futuro del tema. Grifo apunta a Business Week: " la mayoría de las mujeres que han utilizado sus óvulos congelados lo han hecho antes de cumplir los 44 años".

La idea no es avanzar con madres añosas y la próxima frontera a tener en cuenta en el congelamiento de óvulos es el aporte que hará la detección genética. Este proceso consiste en pruebas de ADN de cada ovocito para luego mantener sólo aquellos que son aptos/normales, lo que aumentaría en gran medida las probabilidades de un embarazo exitoso.