América Latina le pidió a las Naciones Unidas un cambio de enfoque en la lucha contra las drogas

En Viena, durante un congreso preparatorio para una sesión especial de la Asamblea General en 2016, los países de la región argumentaron el fracaso de las políticas represivas. Uruguay dijo no ser un ejemplo, pero sí una alternativa

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Varios países latinoamericanos, en primer plano en la lucha contra las drogas, aprovecharon una reunión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU en Viena esta semana para denunciar el fracaso de la represión y para invitar a la ONU a cambiar de enfoque en este tema.

"Desde 1961, se ha impuesto una lógica, que dispone de una única herramienta para el control del uso del cannabis, que es la del control penal", dijo el representante de la delegación uruguaya, Diego Canepa, durante una reunión de la Comisión de Estupefacientes (CND).

La estrategia de las Naciones Unidas no impide en lo absoluto, según Canepa, "una espiral de violencia sin fin".

Uruguay estuvo en el centro de vivas polémicas en diciembre de 2013, cuando el Parlamento adoptó una ley que convirtió a Uruguay en el primer país en el mundo en regular el mercado del cannabis y sus derivados.

     Uruguay: "Si nos damos cuenta de que no era la mejor política, la cambiaremos"

Para la Junta Internacional de Fiscalización y Estupefacientes (JIFE), este dispositivo es contrario a la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, blanco de críticas del gobierno uruguayo, colombiano, mexicano, guatemalteco y ecuatoriano.

"Las políticas sobre las drogas no pueden cambiar al ritmo del telégrafo, cuando los problemas cambian a la velocidad de internet", sostuvo el ministro colombiano de Justicia, Alfonso Gómez Méndez.

En la reunión de Viena, que debe servir para preparar una sesión especial de la Asamblea General de la ONU a principios de 2016 en Nueva York, Guatemala pidió "un enfoque con énfasis a la salud pública y a los Derechos Humanos", mientras que Ecuador estimó que el modelo establecido hace 50 años -- una reducción de la producción para aumentar así los precios y desalentar a los consumidores -- fracasó.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) admitió también contratiempos en la lucha mundial contra las drogas.

Cinco años después de la adopción de una Declaración Política y de un Plan de Acción con el objetivo de eliminar de aquí al 2019 el cultivo, producción y demanda ilícita de droga, la ONUDD hizo un balance moderado sobre esta política.

La organización de la ONU se felicita por la reducción de las superficies de cultivos de coca entre 2007 y 2011 (menos 26%), pero "el descenso en la producción y la demanda de drogas en algunos países se ven compensados por aumentos en otras regiones", lamentó la ONUDD.

Consumo estable

En su último informe en junio de 2013, la ONUDD se refirió a una estabilización del consumo global de drogas tradicionales.

Este organismo de la ONU admite que "hay que hacer más", en momentos en que el tráfico de drogas amenaza no sólo a la salud pública, sino también a "la estabilidad y al desarrollo sostenible de varios países y regiones".

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La experiencia inédita de Uruguay, de un control estatal de la producción de cannabis, podría abrir un nuevo camino, si bien este país sudamericano niega querer convertirse en un ejemplo.

"Queremos intentar una nueva experiencia. No queremos decir que Uruguay es el ejemplo a seguir, pero para nosotros se trata de la respuesta más apropiada", explicó Canepa en Viena.

"Si en seis o siete años nos damos cuenta de que no era la mejor política, la cambiaremos", añadió.

En Estados Unidos, Colorado y el estado de Washington legalizaron la posesión de pequeñas cantidades de cannabis.

A falta de convencer a la ONUDD, el cuestionamiento de los países de América Latina en Viena parece al menos introducir un debate fuera del continente americano.

"Debemos observar y analizar los sistemas alternativos que han aparecido en otros continentes, en América del Norte, en América del Sur, y en Europa, en lugar de quedarse simplemente en silencio", comentó la delegación checa.