Tras un fallo dividido, la Justicia porteña avaló la ley de libertad de expresión impulsada por Macri

La iniciativa del PRO, que fue aprobada en mayo de 2013, establece que los medios de comunicación domiciliados en la Ciudad no podrán ser clausurados o suspendidos, salvo por una orden de la Justicia local. La norma había sido impugnada por la Afsca

Compartir
Compartir articulo

El año pasado, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri dictó un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que intentó proteger legalmente a las empresas periodísticas que tienen domicilio en la Capital Federal y a los periodistas de esos medios. Con la norma, se fijó "que los medios de comunicación cuyo ámbito se limite a la Ciudad no podrán ser clausurados o suspendidos, ni sus equipos decomisados sino en virtud de sentencia firme dictada por el Poder Judicial de la Ciudad".


La Ley "garantiza el derecho de todas las personas de buscar, expresar, recibir y difundir libremente, por cualquier medio de su elección, informaciones, opiniones, ideas" y que las autoridades porteñas "no podrán dictar actos administrativos, que directa o indirectamente, afecten las libertades de imprenta, prensa y expresión".


El proyecto fue aprobado a fines de mayo de 2013 con 35 votos a favor –el PRO, la Coalición Cívica-ARI y Proyecto Sur–, y 15 en contra, del Frente para la Victoria y sus aliados. Fue entonces que la Confederación Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación y Eduardo Cárdenas, un vecino de la Ciudad con el apoyo del defensor general porteño, Mario Kestelboim, pidieron la inconstitucionalidad de la norma.


Con tres votos a favor y dos en contra, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires avaló ayer la ley de Libertad de Expresión. El fallo rechaza, por inadmisible, la presentación y se interpreta que es un fuerte respaldo a la ley. Los jueces José Casas, Ana María Conde e Inés Weinberg votaron por no admitir el tratamiento de los pedidos porque los planteos tenían defectos de fundamentación en sus argumentos.

En cambio, en disidencia, los magistrados Luis Lozano y Alicia Ruiz se inclinaron por abrir el expediente y analizar los planteos realizados contra la ley.

En la elaboración del proyecto participaron la Coalición Cívica-ARI y Proyecto Sur. El kirchnerismo dijo que se trataba de una ley digitada y el Partido Socialista Auténtico fue una de las fuerzas que se abstuvo.