Obama: "No vamos a monitorear las comunicaciones de jefes de Estado entre nuestros aliados"

El presidente de Estados Unidos anunció que a menos que haya un propósito de seguridad nacional urgente, no controlarán las conversaciones. Además, propuso cambios en las agencias de inteligencia

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 AFP 163
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"También ordené a mi equipo de seguridad nacional, así como a la comunidad de inteligencia, trabajar con nuestros colegas extranjeros para reforzar nuestra cooperación con el fin de reconstruir la confianza", afirmó Barack Obama.

De todas formas, el presidente de Estados Unidos aclaró que los servicios continuarán reuniendo "informaciones sobre las intenciones de los gobiernos alrededor del mundo", como lo hacen los otros países. "No vamos a disculparnos porque nuestros servicios son más eficaces", dijo.

No obstante, agregó: "Los jefes de Estado y de Gobierno con quienes trabajamos en estrecha colaboración (...) deben tener confianza en el hecho de que los trataremos como verdaderos asociados".

Documentos revelados por el ex analista de seguridad Edward Snowden mostraron la interceptación de comunicaciones de líderes considerados aliados de EEUU, como la jefa del gobierno alemán, la mandataria de Brasil o el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

Durante su intervención, Obama reveló que algunos de los cambios entrarán en vigor inmediatamente. Otras requerirán más estudio y podrán ser implementados por el Congreso estadounidense.

"No vamos a disculparnos porque nuestros servicios son más eficaces"

Las propuestas del presidente compiladas por la agencia de noticias AP:

Registros telefónicos: de manera inmediata, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense tendrá que obtener permiso de un tribunal secreto antes de interceptar y acceder a los registros telefónicos que se recogen sobre cientos de millones de estadounidenses.

Estos registros, que incluyen los números marcados y la duración de las llamadas, pero no el contenido de éstas, actualmente son almacenadas por el Gobierno. Pero Obama está pidiendo que eso cambie. Ha ordenado al fiscal general y a las agencias de inteligencia crear un nuevo plan para que un tercero almacene estos datos. Algunas propuestas que se han considerado en el pasado incluyen a compañías telefónicas o a un tercero encargado de dicho almacenamiento.

Además, el Gobierno ya no podrá acceder a los registros telefónicos más allá de dos "saltos" o llamadas de la persona a la que se dirigen. Eso significa que el Gobierno no puede acceder a los registros de alguien que llama a otra persona que llamó a otro que llamó al sospechoso.

Cartas de seguridad nacional: ya no se mantendrán en secreto de manera indefinida. Policías de rango federal son los encargados de emitir estas cartas, que usualmente van dirigidas a los bancos, a compañías telefónicas y otras entidades. En ellas, exigen información sobre clientes. Las entidades destinatarias están actualmente impedidas de revelar que han recibido dichas solicitudes. La propuesta de Obama pide que el Gobierno argumente la necesidad de que esas cartas se mantengan en secreto. La Casa Blanca también dice que quienes recibieron esas cartas con su respectiva solicitud estarán en capacidad de tener más información sobre las misivas y que esa información estará a disposición del público.

Un aspecto que Obama no propone cambiar es la capacidad del Gobierno para emitir dichas cartas sin solicitar la aprobación previa de un tribunal.

Monitoreo de líderes extranjeros: en el futuro, el gobierno de Estados Unidos no va a monitorear las comunicaciones de sus "amigos y aliados en el extranjero", a menos que haya un propósito de seguridad nacional que así lo obligue. La Casa Blanca, no obstante, no ha dado a conocer una lista de los países que se encuentran en la categoría de amigos, por lo que hay poca claridad sobre cómo se implementará la medida.

Monitoreo de extranjeros: Obama promulgó una directiva presidencial que describe con qué fines el Gobierno espía y hace inteligencia y cuáles son los propósitos que no están permitidos. La directiva dice que el Gobierno utiliza los datos para hacer actividades de contrainteligencia, actividades antiterroristas y para proteger su seguridad cibernética, así como a las fuerzas estadounidenses y a sus aliados, y para luchar contra la proliferación de armas y la delincuencia transnacional. La nota dice que la inteligencia no se puede usar para atacar o suprimir la crítica, para proporcionar una ventaja competitiva a empresas de Estados Unidos o para discriminar a las personas por su raza, género u orientación sexual.

Obama también propone ampliar protecciones que los ciudadanos estadounidenses tienen en contra del espionaje a algunos extranjeros. Ordenó al director nacional de Inteligencia y al fiscal general desarrollar una serie de salvaguardias que establecen cuánto tiempo Estados Unidos puede tener en su poder información sobre ciudadanos no estadounidenses en el extranjero y cuáles son las restricciones para la utilización de esos datos.

Defensor de la privacidad: Obama pidió a un panel de activistas externos a la Casa Blanca que representen a los ciudadanos en casos que involucren la privacidad y las libertades civiles ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. Estos defensores estarían presentes en los casos en que el tribunal tramite asuntos que son novedosos o importantes. Es decir, son casos que un tribunal no ha juzgado con anterioridad.

Esta es una propuesta que Obama no puede implementar por su cuenta, pues se trata de otra rama del poder público y el Congreso tendrá que reformar la ley para cambiar la forma en que ese tribunal funciona.

Cambios en el personal: Obama ordenó al Departamento de Estado que designe a un funcionario de alto rango que coordine las controversias diplomáticas que se presenten con respecto a la tecnología y a la recopilación de datos. En la Casa Blanca, un alto funcionario será designado para que las garantías al derecho a la intimidad y la privacidad sean observadas. Obama también quiere centralizar el proceso por el que se hacen peticiones de información de inteligencia a Estados Unidos y que provienen de gobiernos extranjeros. Obama ordenó a un asesor de alto nivel de la Casa Blanca, John Podesta, que revise ampliamente la información disponible sobre la privacidad de las personas e incluya en dicho estudio a expertos de la industria y del tema de la intimidad.