Una suma de looks muy básicos y bastante predecibles, salvo contadas excepciones, fue el saldo que dejó la jornada política de hoy en cuanto a moda y estilo. "Casi todos los candidatos eligieron camisas celestes o blancas, sweaters escote en "V" o sacos azules. Está demostrado que las camisas celestes hacen más atractivos y seductores a los hombres", expresó César Juricich en diálogo con Infobae.
El diseñador aseguró que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, fue uno de los hombres mejor vestidos frente a la urna junto a su mujer, Karina Rabollini, quien también estaba impecable con su cabello recogido y anteojos de sol. El funcionario eligió un look formal, y se mostró de saco y camisa a rayas.
Para Juricich, el vicepresidente de la Nación Amado Boudou fue otro de los candidatos mejor vestidos, con un saco azul y una camisa, aunque no opinó lo mismo de su novia, Agustina Kämpfer. "Estaba vestida de cóctel y eran las once de la mañana. Me pareció desubicado ir a votar con un vestido de alto verano. Tendría que haber sido más sobria, ya que es la pareja de un vicepresidente", disparó.
El entrevistado indicó que "no le gustó para nada" el chaleco que vistió el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, aunque justificó su elección. "Hay que tener en cuenta que es domingo y que la jornada va a ser muy larga, así que por eso eligió ropa cómoda", expresó. También tildó de "demasiado deportivo" el look que eligió Horacio Rodríguez Larreta. "Se puso un cardigan de frisa para ir al gimnasio".
Ante los ojos de Juricich, el candidato del Frente Unión por la Libertad y el Trabajo, Francisco de Narváez, fue el peor vestido de la jornada, luego de que el político se presentara a sufragar con una remera básica de color gris y un sweater escote en "V" color violeta. Sin embargo, por la noche se lo vio impecable, con una camisa blanca y saco oscuro.
Otro de los que eligieron un sweater fue Sergio Massa, el candidato a diputado del Frente Renovador. Fiel a su estilo simple para vestir, votó en una escuela de Tigre y eligió una camisa celeste, un pantalón de jean oscuro y un sweater negro escote en "V". Para la noche y arriba del escenario del búnker, cambió su look por una camisa blanca –su fiel comodín– y un saco sobrio. Su esposa, Malena Galmarini, lo acompañó con una campera de color crudo.
Dentro de las mujeres mejor vestidas, el diseñador destacó el atuendo acertado que eligió Gabriela Michetti. "Estaba correcta, bien producida y maquillada, con su cabello atado que parecía desprolijo pero estaba totalmente cuidado, a pesar de que no parecía. Eligió un foulard en colores fuertes, que es la consigna para este verano: fucsia, magenta y colorado. El make up estuvo impecable".
El look de la diputada nacional por la Coalición Cívica y candidata a la reelección por el frente UNEN, Elisa Carrió, fue sentenciado también por Juricich. "Lilita se puso un saco demasiado corto y una blusa demasiado larga. Se sacó el lazo de la blusa y lo enroscó en la correa del morral, que era una mala imitación de Chanel. La blusa le aparece por debajo del saco, parece un delantal. ¿Su pelo? ¡Ininmputable!", opinó.
Pero ¿qué tan importante es la ropa para un candidato? En una entrevista con Infobae, la asesora de imagen Laura Malpeli de Jordaan explicó que en el día de votación los candidatos no deberían alejarse de la manera en que se vienen vistiendo durante la campaña, para no generar en el electorado una percepción de poca coherencia con el modo en que venían usando sus prendas y accesorios.
La especialista sostuvo que lo principal es mostrar coherencia en todas las variables que hacen a la imagen: vestimenta, accesorios, cabello, maquillaje, postura, comunicación verbal y no verbal y comportamiento. "Esto hará que, aun si no compartimos el estilo, no nos "choque" lo que estamos percibiendo del otro. La imagen es completamente subjetiva ya que cada uno de nosotros la forma en base a las percepciones que tiene del otro, y de ahí la importancia de contemplar cada uno de los componentes para emitir una imagen positiva, coherente y mantenerla en el tiempo", indicó.
Pero ¿cuál es el principal error que se ve en los candidatos a la hora de vestirse? Malpeli de Jordaan expresó que la equivocación más grande se observa cuando se visten como creen que los esperaría el electorado pero de manera más bien forzada, en el empleo de frases de este estilo e incluso gestos que se nota que no son naturales de esa persona.
"Más allá de que no todos pueden estar formados en estos temas, cuando observamos una conducta más bien forzada, se percibe de cierto modo y esto puede jugarle en contra al candidato a la hora del voto. Otro riesgo que corre al "uniformarse" como creería que es lo que espera el electorado al que apunta, es alejarse de otras personas, que pueden ser indiferentes o potenciales votantes de su proyecto", aseguró.
Los colores que se emplean también son relevantes. En este mundo tan visual en el que vivimos, toda propuesta tiene un sustento también en cómo se ve y cómo se viste el candidato, que esperamos sea acorde con lo que plantea y con su proyecto. "Si no lo fuera, sentiríamos que algo "no termina de cerrar" o no nos queda del todo claro y esto puede jugar en contra en las urnas", opinó.
Por otro lado, la informalidad permite que el político se vea más próximo a la gente porque no se usan prendas tan rígidas y se suelen emplear colores más claros, que no ponen distancia ni dan tanta sensación de autoridad. Esto es lo ideal en ámbitos en que los candidatos busquen recorrer calles, hablar con vecinos, porque invita a que le planteen sus problemas y preocupaciones de manera más fácil que si estuvieran vestidos de manera formal.
"La formalidad apela a lo sobrio, clásico, denota autoridad, por lo que es recomendable en otro tipo de instancias; por ejemplo, se puede usar en un debate para indicar la seriedad del político o de su proyecto porque no se busca el mismo objetivo que cuando nos vestimos de manera informal. Esto lo hacemos todos los individuos a diario. Por ejemplo, si nuestro estilo es más informal en la vida cotidiana pero trabajamos en un ámbito rígido o tenemos que ir a pedir un préstamo al banco, lo más factible es que alteremos la manera de vestirnos para esa situación puntual, porque acompaña al contexto y nos permite plasmar el mensaje de mejor manera", sostuvo Malpeli de Jordaan.
"A los argentinos les importa cómo visten los políticos, pero no podemos descansar solo en este aspecto o quedarnos con que la vestimenta es lo más importante. Es cierto que las primeras impresiones son determinantes y se forman en un lapso muy breve de tiempo, pero el voto no se decide únicamente por este aspecto. Por ejemplo, un político muy bien vestido, con los accesorios ideales y usando sus mejores colores, con buena comunicación (verbal y no verbal) que demuestre no tener sustento o no conocer o poder explicar a fondo sus propuestas, ciertamente no generará una imagen positiva en el electorado", finalizó Malpeli de Jordaan.