El gobierno británico puso en marcha este lunes un nuevo organismo destinado a luchar contra el crimen organizado, que será similar al FBI de los Estados Unidos, y que llevará el nombre de Agencia Nacional del Crimen (NCA, siglas en inglés).
Según informó hoy lunes la ministra británica de Interior, Theresa May, esta nueva
agencia se centrará en combatir, principalmente, delitos económicos, cibernéticos
y el fraude, y viene a sustituir a varios otros organismos que hacían trabajos
similares.
Esta nueva autoridad no tendrá, en cambio, competencia para luchar contra el
terrorismo, que sigue reservado a Scotland Yard, que trabaja conjuntamente con
los servicios secretos.
La NCA trabajará con las distintas fuerzas policiales regionales británicas y
colaborará con organizaciones similares en el extranjero, según el Ministerio
de Interior, que precisó que la agencia tendrá un total de 4.500 agentes.
El titular de esta autoridad, Keith Bristow, dijo que el objetivo es combatir las actividades de grupos organizados y confiscar sus activos en el Reino Unido.
La creación de la NCA ha recibido las críticas de la oposición laborista, que
considera que se trata de un simple cambio de nombre pues se ha suprimido la
Agencia del Crimen Organizado (SOCA, siglas en inglés), que hacía trabajos
similares.
Al mismo tiempo, el presidente del Comité de Interior de la Cámara de los
Comunes, el laborista Keith Vaz, dijo que la nueva agencia tendrá un
presupuesto bajo, de 473 millones de libras (562 millones de euros) anuales.
La NCA informará directamente a la ministra de Interior y tendrá más poderes
puesto que podrá obligar a las fuerzas del orden de Inglaterra, Escocia y Gales
a facilitarle ayuda y llevar a cabo operaciones policiales.
En Irlanda del Norte, en cambio, tendrá sólo responsabilidades de frontera y
aduana y no de combatir el crimen organizado.