Cómo es la Unidad Penal Nº 39, donde Julio Grassi permanecerá detenido

Ubicada en el Barrio San Alberto, del partido de Ituzaingó, tiene las más variadas críticas por complicidad de agentes y detenidos. Allí se alojaba el violador condenado a 40 años que se escapó en una salida transitoria

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Sospechas de complicidad entre agentes penitenciarios y personas detenidas, debido a las reiteradas fugas que tienen lugar en ese centro de detención, además de denuncias de los vecinos quienes ante las autoridades elevaron su queja por ver salir a las personas supuestamente privadas de su libertad a tomar bebidas alcohólicas a la puerta o hasta a jugar al fútbol, son parte del panorama habitual de la Unidad Penal 39 de Ituzaingó, lugar que aloja a Julio César Grassi, según se confirmó este lunes .


Ubicada en la calle Pringles al 300, del Barrio San Alberto, el centro de detención inaugurado en 2004 fue noticia hace algunos meses por un duro informe emitido por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, que tras hacer una recorrida aseguró que el ajuste presupuestario "limita seriamente la provisión de alimentos para la población penal". "De esta manera, la alimentación de la población penal queda librada a la provisión de alimentos que puedan llevar sus familiares, en el caso de los que viven cerca y tengan capacidad económica de ayuda", asegura el escrito.


En agosto, Alberto Walter Brauton Steimbach (de 41 años), condenado a 40 años de prisión tras una serie de violaciones, en medio de una salida transitoria a casa de su madre logró dormir con un somnífero al efectivo penitenciario que lo custodiaba y se dio a la fuga, hecho por el cual aún se ofrece una recompensa de $300.000 por datos que ayuden a su localización.


En mayo último, dos internos lograron fugarse tras cortar los barrotes de la celda, amenazar a un guardiacárcel con una faca y saltar los muros del establecimiento, según informaron oportunamente; sin embargo, desde un primer momento se investigó la posible complicidad de agentes penitenciarios, debido a las reiteradas falencias en el cumplimiento de sus tareas.


El hecho más recordado que tuvo lugar en ese establecimiento fue en 2011, cuando el 22 de septiembre Carlos Antonio Godoy (de 24 años y condenado a 28 años por el crimen de un joven de 12 en un locutorio) logró escapar del encierro trepando un muro, subiendo un alambrado perimetral y saltando un último muro para luego alejarse al trote. Un guardia confirmó días después que lo vio corriendo, pero pensó que era un vecino de la zona que había salido a dar una vuelta, para aclarar además que en ese punto del penal hacía unos meses se había retirado al vigía que estaba porque pensaron que ya no hacía falta.


Godoy fue detenido un mes después, cuando fue sorprendido robándole un auto a una mujer en el barrio de Castelar, partido de Morón, y fue trasladado a una unidad de Florencio Varela.


La Unidad 39 de Ituzaingó posee, además de la Escuela de Enseñanza Media N° 7, talleres de panadería, mantenimiento edilicio, artesanías, macetas moldeadas, herrería, parquización y carpintería.


Según el Centro Cultural de la Cooperación, la escuela funciona como una especie de embajada dentro de la unidad penitenciaria ya que la única autoridad allí adentro es el director del establecimiento educativo y "el servicio no tiene ningún tipo de injerencia". En este caso, incluso, se da la particularidad de que es una de las únicas escuelas en contexto de encierro donde el director accedió por concurso público y pudo elegir a todo el equipo docente. En el resto de las unidades penales, los directores suelen ser elegidos por el propio servicio penitenciario.