Francisco llamó a los jóvenes a recuperar la fe en la Iglesia

El Papa encabezó el Vía Crucis en Copacabana. Admitió "incoherencias de los ministros del Evangelio", criticó el "egoísmo y corrupción" de las instituciones políticas

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El papa Francisco encabezó la representación del Vía Crucis en las playas de Copacabana durante el quinto día de su visita a Brasil para celebrar las Jornadas Mundiales de la Juventud. Con la lectura de una oración dio inició al acto y un grupo de peregrinos comenzaron el traslado de una gran cruz de madera hacia cada una de las 14 estaciones hacia el calvario de Jesucristo.

Disponiendo de una orquesta en vivo para musicalizar el "camino de la cruz", la compañía teatral encargada en Río de Janeiro generó una puesta en escena moderada y novedosa con el fin de asimilar el relato bíblico a las problemáticas cotidianas de la actualidad.

El Adagio de Tomaso Albinoni contextualizó la última estampa y la crucifixión de Jesús. Un locutor describió el significado de ese hecho en la historia del catolicismo y, con el Papa de pie, representantes de todo el mundo expresaron sus deseos para los tiempos venideros.

      
      

Francisco volvió a orar ante la multitud presente en una noche ventosa y arrancó su discurso:

"Queridos jóvenes. Nos encontramos en los momentos fuertes de la Jornada. Juan Pablo II quiso confiar la cruz a ustedes, los jóvenes, como diciendo 'anuncien que Jesús es la salvación'"

"Una antigua historia de la Iglesia cuenta que el apóstol Pedro, al escapar del emperador Nerón, vio que Jesús iba en dirección contraria. Le preguntó adónde iba. La respuesta de Jesús fue que iba a Roma para ser crucificado de nuevo. Allí entendió que nunca iba a estar solo en el camino".

"Jesús carga nuestros miedos, problemas y sufrimientos. Con la cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia que ya no pueden gritar. Sobre todos los inocentes. Con la cruz, Jesús se une a las familias que lloran en soledad por la pérdida de sus hijos. Como el caso de los 242 jóvenes muertos en el incendio de Santa Maria a principios de este año".

"Se une a todas las personas que pasan hambre en un mundo que se permite el lujo de tirar toneladas de alimentos. Está junto a tantas madres y padres que sufren víctimas de los paraísos artificiales como la droga. Se une a quien son perseguidos por su religión, sus ideas o simplemente por el color de la piel"

"Se une a quienes perdieron su fe en la iglesia por la incoherencia de los cristianos y ministros del evangelio. Y él acoge todo con los brazos abiertos. Carga nuestras cruces y nos dice: 'Ánimo, yo la llevo con vos y he venido a darte esperanza y vida'".

      

"¿Qué ha dejado la cruz en los que la han visto y la han tocado? Deja un bien que nadie nos puede dar. La certeza del amor fiel le dio por nosotros. Que entra en el pecado y lo perdona. Entra también en la muerte para vencerla y salvarnos. En la cruz está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia. Y es un amor en el que podemos creer".

"Fiémonos de Jesús porque él nunca defrauda a nadie. Sólo en Cristo, muerto y resucitado, encontramos la salvación. Con él, la muerte no tiene la última palabra, porque nos da esperanza. Ha transformado la cruz de ser un signo de odio y muerte en un signo de triunfo y de vida".

En referencia a Río de Janeiro, explicó: "El primer nombre de esta ciudad fue precisamente Terra de Santa Cruz. La cruz fue plantada no sólo en la playa hace más de cinco siglos sino también en la historia y corazón del pueblo brasileño. Al Cristo que sufre lo sentimos cercano, uno de nosotros que comparte nuestro camino hasta el final".

      
      
 

"Pero la cruz invita también a dejarnos contagiar por ese amor. Nos enseña a mirar al otro con misericordia y amor. Sobre todo a quien sufre y necesita ayuda. La cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. Muchos rostros acompañaron a Jesús en el camino al calvario".

"Y yo hoy te pregunto a vos: ¿Como quién querés ser? ¿Querés ser como Poncio Pilato, que no quiere ir contracorriente y se lava las manos? ¿Vos querés lavarte las manos y hacerte el distraído? ¿O sos como Maria que no tiene miedo de acompañar a Jesús hasta el final con amor y ternura?"

"¿Vos como quien querés ser? Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿me querés ayudar a llevar la cruz? Hermano y hermana, ¿qué le contestás?", concluyó su intervención ante el agradecido aplauso de los peregrinos.