La FIFA se marchó de Brasil y dejó estadios al desnudo

"Ellos (los responsables de la FIFA) se llevaron las mesas, las sillas, internet, todo, y tuvimos que trabajar con nuestros equipos sobre el techo del banco de suplentes", dijo Rener Lopes, un comentarista de la estación de radio local Esporte Brasilia.

Los estadios comenzaron a ser usados para partidos de la liga doméstica y acusan a las autoridades deportivas de un doble estándar. Las instalaciones destinadas a los medios de comunicación han sido desmanteladas, las rutas a los estadios colapsan con el tráfico y los altos precios de las entradas han dejado asientos vacíos, aseguran los críticos.

      

Andre Doria, hincha brasileño, dijo que "hay un estándar para la FIFA y otro para la liga brasileña", comparando las instalaciones del Estadio Nacional de Brasilia durante la Copa Confederaciones de la FIFA, que terminó hace tres semanas, y la de los encuentros organizados por Terracap, agencia que ahora administra el recinto para el gobierno de
la capital brasileña.

La FIFA tomó el control de los seis estadios que albergaron la Copa Confederaciones semanas antes de que el torneo comenzara y puso a disposición sus propias instalaciones, como modernos centros para los medios de comunicación.

      

Sin embargo, desde que el evento terminó, los puestos de comida han sido sustituidos por precarias instalaciones, los centros de medios de comunicación han sido eliminados y los aficionados tienen que superar un fuerte tráfico para llegar a los recintos, luego de que se dispusiera de rutas especiales para los hinchas durante la Copa Confederaciones.

"La FIFA tiene un nivel de gestión que es propia", dijo Ricardo Araujo, asesor en temas de administración de los estadios y autor del blog Novas Arenas (Nuevos Estadios).

      

"Fuera de estos eventos la responsabilidad se transfiere a los concesionarios y no me parece que están listos para su gestión en el día a día", sostuvo.