El dueño, el CEO y el gerente: tríada de ¿locos?

En tiempos de crisis, en las empresas se genera una disputa interna entre los principales responsables para buscar mejores resultados. ¿Qué se puede aprender de los Tres Chiflados? Un especialista da las claves

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En toda empresa este trío ejecutivo representa el corazón de la misma y cuando más se resquebraja es en tiempos de crisis.

Las pymes, las medianas y grandes empresas en épocas de crisis, cuando los paradigmas del correcto funcionamiento se alteran, deben lidiar más que nunca con sus problemas internos definidos por los roles directivos y sus responsabilidades.

Diego Pasjalidis es experto en estrategias e innovación y fundador de inspirativa.com y fue quien pensó la ocurrente e interesante relación entre las responsabilidades de los roles directivos en una empresa y las características de cada uno de los Tres Chiflados, Moe, Larry y Curly para aplicarlas al liderazgo positivo.

Repasemos entonces el perfil de cada uno de ellos y veamos que podemos rescatar de este trío para incorporar a la otra tríada de liderazgo: el dueño, el CEO y el gerente.

Los tres chiflados

Moe era sin duda el líder del grupo, a veces un tanto agresivo, sólo se hacía lo que él decía. Cuando las cosas no salían como él las había planeado, los otros dos integrantes sufrían las consecuencias.  Larry, por su parte, parecía más serio. Estaba preocupado porque las actividades del grupo se desarrollen como Moe lo exigía.

Finalmente encontramos en Curly, al loco y divertido que implementaba de forma creativa todo lo que Moe deseaba, muchas veces discutiendo con Larry. Parece llevarse todo el protagonismo, pero su capacidad de acción dependía de hacia dónde el grupo se dirigía.

"Si vamos un paso más allá de la imaginación -razona Pasjalidis- podemos hablar de necesidades e intereses de los Tres Chiflados: Moe quería sacar el máximo provecho a sus ideas. Larry, quería implementar lo que Moe decidía, y Curly se divertía haciendo lo que le tocaba hacer en el plan maestro de Moe. La mayoría de las peleas y discusiones se daban por conflicto de intereses y necesidades, por desvíos entre lo que alguien quería, decía y lo que el grupo hacía".

Los tres directivos

Cuando analizamos el perfil de Moe es posible que se asemeje al del dueño o accionista de la empresa. Es, en definitiva, quién ha invertido en la empresa y desea obtener sus dividendos, y si bien puede estar abierto a recibir propuestas, tiene en sus manos la palabra final de lo que se hace y cómo se hace. El accionista "Moe" se preocupa por optimizar el retorno sobre el capital, es decir, que el dinero invertido en la empresa que él ha puesto de su bolsillo brinde sus frutos. Su mirada es la de inversor.

Larry, representa al Gerente General o CEO de la empresa. Larry sigue a Moe, y es el intermediario para llevar a cabo las decisiones que su líder le ha indicado. Posee un margen de maniobra para actuar, pero él es el responsable absoluto de velar porque los activos de la empresa de Moe rindan sus mejores resultados.

Finalmente, tenemos a los Gerentes "Curly". Son los que llevan a la práctica las directivas. Son los que pueden aportar más creatividad, y son los responsables finales de que su parte del negocio funcione de manera eficiente y sustentable. Los Curly son los que se ocupan por obtener los mayores beneficios en cada negocio que le asignen.

Cada uno con su responsabilidad y función, se orientan a satisfacer diferentes intereses. Moe es el inversor y querrá mejorar su relación utilidades/patrimonio. Larry es el administrador de los activos de la empresa y se orientará a optimizar utilidades/activos; mientras que Curly es el
Gerente que debe desarrollar sus tareas operativas para que el negocio genere beneficios y observará la relación utilidades/ventas.

¿Por qué aparece la crisis?

Pasjalidis interpreta un escenario de crisis hipotético en la empresa y aplica el razonamiento de los tres chiflados:

Curly desea lograr más escala, brindar un mejor servicio, y para ello considera que la venta financiada o los descuentos/bonificaciones son una buena estrategia comercial. Larry busca desesperadamente bajar las cuentas por cobrar, por lo que le hace un piquete de ojos a Curly.

Además, Larry tiene que reducir los inventarios estandarizando la producción. Esto a Curly no le agrada porque quiere diferenciar su propuesta de valor con los clientes, así que le devuelve el ataque con un tirón de cabello. Ingresa Moe a escena: para mejorar su rentabilidad, toma la decisión de endeudarse; pero recae en Larry la responsabilidad de trabajar más duro para conseguir pagar el préstamo. Golpe de Moe a Larry, y nuevo piquete de ojos para Curly, que deberá subir el precio a riesgo de perder clientela. Antes de que nos demos cuenta, los empleados de la empresa (siendo fieles a cada uno de los personajes) comenzarán una guerra de tortazos que será difícil de detener.

Ya no importará quién tiene razón, sino cada uno buscará hacer prevalecer su postura mientras la empresa entra en colapso.

"Para evitar esto es imprescindible organizar los objetivos a través de una vinculación adecuada, lo que se logra mediante la construcción de un panel de control balanceado. Esta no es tarea sencilla: los tableros de comando normalmente son confeccionados contando con una serie de errores conceptuales y estratégicos que terminan por profundizar la mala relación entre los diferentes niveles de una organización", concluye el especialista.