Los holdouts de la Argentina, tanto los fondos buitre NML y Aurelius, rechazaron la propuesta argentina como era previsible. Tanto los acreedores como la Argentina hicieron hincapié en la "fenomenal" ganancia que podía tener cada uno.
En la presentación que hiciera el equipo económico, se había resaltado que en caso de tomar la fórmula Griesa (pago al 100% de la deuda) los acreedores obtendrían un retorno del 1.380%. Decía Economía que con un canje, la ganancia de los "especuladores" llegaría igualmente al 148 por ciento.
Obviamente los abogados de los fondos no esquivaron la guerra de las matemáticas. En el escrito, al que tuvo acceso
, dicen que "incluso bajo la propia matemática de la Argentina, este
que se debía al primero de marzo 2013. Además, estos bonos
Agregan que estos nuevos bonos (asumiendo que son similares a los ofrecidos en 2005 y 2010) potencialmente "podrían incluir una amplia gama de cláusulas y pactos que sustancialmente protejan menos a los acreedores y los perjudiquen el valor real de la propuesta".
"Esta propuesta es sustancialmente peor que cualquier oferta de canje antes, incluso en el supuesto improbable de que los bonos que la Argentina ofrece se negociarán en el mismo valor que los bonos existentes de otros canjes", sostienen.
Por el contrario, lo que piden estos bonistas es que se afirme la sentencia de Griesa. Así, cuando la Argentina haga su próximo pago, tiene que pagar el 100% de lo que debe actualmente los fondos.
"Con su última presentación, la República de Argentina continúa su patrón de largo y consistente incumplimiento de sus obligaciones contractuales, desafiando las leyes de los Estados Unidos y despreciando a los tribunales. El Gobierno de la Argentina claramente cree que el imperio de la ley no se aplica", dispararon en el escrito.
Próximos pasos
Después del ping pon entre Economía y los acreedores, ahora será el turno de los tres jueces: Reena Raggi, Daniels Barrington Parker y Rosemary Pooler. Ellos deberán definir para qué lado se inclina la balanza.
Se cree en el mercado financiero que estos jueces podrían fallar en contra del país (ya dijeron que no pueden obligar a los acreedores a tomar una oferta de canje) pero manteniendo la sentencia en suspenso. Los tiempos que se manejan no son claros, y algunos hablan de que no tardaran más de un mes en dar su veredicto.
De ahí, el Gobierno evaluaría la opción de ir a apelar ante la Corte Suprema de Justicia. Un tema no menor ahí es que aquel que pide por la participación de la Corte debe pagar un fianza por el monto total del litigio, o sea, los u$s1.400 millones. Algo políticamente poco atractivo. Antes que eso, habrá que ver qué suerte corre el Bank of New York Mellon (el agente de pago de los bonos argentinos).
Si la entidad queda también en la sentencia en contra habría problemas para pagar los bonos performing. Ya avisó Amado Boudou (algo también resaltado en el escrito de los fondos) que el país está buscando un plan B para pagar incluso con un fallo desfavorable fuera de los EEUU.
En medio de todo esto, se metió la política de los Estados Unidos. Según comentan fuentes bien informadas, el Departamento de Estado estaría jugando a favor de una sentencia en contra de la Argentina. Quien estaría haciendo algo de lobby a favor es el Tesoro americano, mientras que el Departamento de Justicia estaría en una posición neutral.