La economía de Brasil está acelerándose de forma gradual a medida que las medidas de estímulo del Gobierno empiezan a hacer efecto, dijo el ministro de Hacienda.
El funcionario reiteró que la inflación está bajo control y que el país aún disfruta de fundamentos económicos sólidos pese a la desaceleración doméstica y en el exterior.
El Gobierno de Dilma Rousseff ha recortado impuestos y entregado miles de millones de dólares en créditos a bajo costo para sumar impulso la recuperación aún débil de la mayor economía de América Latina.
Pero los analistas advierten que esa estrategia aceleró la inflación, que se está acercando al 6,5% anual, el techo del objetivo oficial.
El Banco Central está cada vez más presionado para subir las tasas de interés desde sus actuales mínimos históricos, para controlar los precios en un país que aún no olvida los estallidos inflacionarios de dos décadas atrás.
"Seguiremos (combatiendo la inflación) para que la inflación no afecte al consumo y al crecimiento o que provoque cualquier malestar en el país", dijo Mantega durante una presentación ante la comisión de Asuntos Económicos del Senado brasileño.