Nacía el 'Piojo' Yudica, un DT multicampeón que fue condenado al olvido

Hace 77 años, el 26 de febrero de 1936, nacía en la ciudad de Rosario José Yudica, quien sería un habilidoso puntero izquierdo, pero que lograría sus mejores reconocimientos como entrenador. Tras su retiro como futbolista, el hincha 'leproso' iniciaría su exitosa trayectoria como técnico, y se convertiría en el primer DT en consagrarse campeón de la Primera del fútbol argentino con tres equipos diferentes (Quilmes, Argentinos Juniors y Newell’s). Además, consiguió el histórico ascenso en 1982 con San Lorenzo. Pese a su ‘rico’ palmarés, no volvió a trabajar desde 1997. ¿Será por haberse plantado ante los 'barras'?

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Un 26 de febrero, más precisamente el de 1936, nacía en la ciudad de Rosario José Yudica. El 'Piojo' como fue apodado dio sus primeros pasos en el fútbol en el club Evita Estrella de la Mañana y de allí saltó directamente al club de sus amores, Newell's. Y fue en la 'Lepra' donde debutó en 1954 y deleitó a propios y extraños con su gran habilidad por la banda izquierda. Y fue después de cuatro años cuando le llegó la oportunidad de pegar el salto, al ser comprado por Boca. Pero lo que para algunos era todo un sueño y una meta por alcanzar, para él no fue la mejor opción: "Hubiese sido mejor llegar a River. No por gustos personales, sino por el estilo de cada uno. En realidad, yo era un jugador para Independiente o Racing. Boca era el único equipo que no me tendría que haber comprado. Y me compró". 

Tras esto, el 'Piojo' tuvo fugaces pasos por Vélez, Estudiantes, Platense, Quilmes, Deportivo Cali (donde encontraría su 'segunda casa'), Talleres de Escalada y San Telmo, club donde se retiró en 1971. Pese a su inteligencia y habilidad, Yudica sólo obtuvo dos títulos en esos 17 años que vivió de la 'redonda' en sus pies (campeón en 1969 con Deportivo Cali y en 1970 con el lenco de Remedios de Escalada).

Pero sus mejores años, o al menos los más gloriosos, estaban por llegar. Fue seis años después de 'colgar los botines' que comenzó su carrera como entrenador. Su primer equipo fue el 'Cervecero' y no sólo logró salvarlo del descenso, sino que al año siguiente lo consagró campeón del Metropolitano 1978. Y lejos de quedarse a 'saborear las mieles del éxito', en 1980 el 'Piojo' partió a Estudiantes, donde estuvo sólo un año para luego regresar a Quilmes –que había perdido la categoría- y devolverlo a Primera. Al año siguiente dirigió su primer y único equipo grande, San Lorenzo, donde repitió su último logró, lo coronó campeón en la B y lo devolvió a la máxima división del fútbol argentino.

En 1985 con Argentinos Juniors alcanzaría su mayor gloria consiguiendo tres títulos y dos de ellos nada más ni nada menos que internacionales (Nacional 1985, Libertadores 1985 e Interamericana 1986). Años más tarde le llegaría su mayor alegría personal, al consagrarse campeón con Newell's en la temporada 1987/88: "Me sucedió lo que, quizás, no le sucede a nadie. Ser hincha del club, ex jugador y, además, entrenador campeón. Es como una de esas películas que no se olvidan". Con ese nuevo título se convirtió en el primer DT de la Primera del fútbol argentino en ser campeón con tres equipos diferentes (más tarde, esta marca sería igualada sólo por Américo Rubén Gallego).

Y pese a que fue al 'Bicho' al que le dio los mayores logros, también fue allí donde atravesó uno de los peores momentos de su vida. Fue en 1992 cuando la barra se acercó a un entrenamiento a recriminarle los motivos de la mala campaña del equipo. Y la fuerte personalidad del rosarino lo llevó a confrontar con ellos y se negó a brindar explicaciones. Ante esto, los violentos comenzaron a agredir a su hijo –era su ayudante- y él respondió sacando un arma y disparando al aire, para luego alejarse a las corridas. Años más tarde, el 'Piojo' reconoció: "Hoy haría lo mismo. Cuando tuve problemas, ¿a mí quién me defendió? Nadie. Ni los directivos. ¡Y casi matan a mi hijo! Ellos, incluso, son los que, a veces, te mandan esta gente".

      
 
      

Pocos años después de aquella desagradable situación, en 1997, su exitosa carrera como entrenador se cortó abruptamente y nadie volvió a llamarlo para dirigir. Justo en épocas en la que uno de los mejores jugadores del mundo, Diego Armando Maradona, hace mención a lo que es ser un 'exiliado deportivo', el 'Piojo' parece ser un fiel reflejo de esa situación. "Siento que me jubilaron antes de tiempo, pero yo tengo la esperanza de dirigir otra vez. No hago otra cosa que respirar fútbol", avisa el olvidado multicampeón que aún sueña con ser recordado.