El fútbol "grande" pierde a su equipo más ganador

Es un día histórico para el fútbol argentino: se fue al descenso el más ganador de todos los equipos, el del estadio de mayor capacidad, el de los recordados planteles, el máximo proveedor de la Selección Argentina. Y sin lugar a dudas, uno de los dos más grandes del país

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Está claro que este final no es cuestión de un solo torneo, sino el resultado de malas administraciones, malos entrenadores, malas compras, malos rendimientos de jugadores y otras malas decisiones que en su momento parecieron "menores", pero que  fueron vitales para hundir a una de las instituciones más prestigiosas del fútbol argentino y mundial, que terminó manchando su glorioso currículum con una palabra impensada: Descenso.


Un 25 de mayo 1901 nació River Plate. A partir de ahí, el club fue transitando su camino en el fútbol argentino, primero en el barrio de La Boca, para luego ir pasando a diversos lugares, hasta recalar en Núñez. Después de ser reconocido en el  Amateurismo, llegó a la Primera División en 1909. El único título de esa era fue en el año 1920, pero lo curioso es que desde ese 2 de mayo de 1909 (el debut en Primera División) jamás descendió. Es decir, que estuvo más de 100 años en la máxima categoría.


En la década del 30' apareció el mote de "Los Millonarios", gracias a las compras por cifras elevadas para esa época, de jugadores inolvidables como Bernabé Ferreyra y Carlos Peucelle. Luego, a partir de los años 40', dejó grabado en la memoria de todos los futboleros el nombre de "La Máquina".  A propósito: ¿Qué pensarán Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Losteau  -donde quieran que estén - de este momento? Seguramente no podrán creer cómo el club en el que festejaron campeonatos hasta el cansancio, hoy esté condenado a jugar en el Nacional B, siendo el más ganador en la historia del fútbol argentino, con 33 títulos.


En los 50', la institución festejó el primer tricampeonato y tuvo en 1959 el retiro como profesional de Ángel Labruna, otro nombre del  que pueden presumir eternamente los hinchas riverplatenses, por ser uno de los máximos goleadores en la historia del fútbol argentino. Después  llegó una sequía en la década del 60' sin títulos, pero con el dato a favor de que por primera vez alcanzó la final de la Copa Libertadores de América –cayó con Peñarol y allí nació el mote de "gallinas"-, en 1966. No obstante, la década del 70 empezó igual, hasta que los famosos 18 años sin festejos se cortaron en 1975.


Luego de la recuperación y de llegar a la final de la Libertadores de 1976 –perdió con Cruzeiro-, nadie se imaginaba que el descenso iba a acechar en los 80'. Sin embargo, River se salvó y pudo salir adelante, para así poder llegar a la cima del mundo en 1986, cuando ganó la Copa Libertadores y la Intercontinental: la máxima alegría de los hinchas, quienes en la década del 90' se marearon de tantas vueltas olímpicas, al punto que nuevamente ganaron la Libertadores y volvieron a jugar la Intercontinental, perdiendo ante Juventus.


Después de apariciones rutilantes como Aimar y Saviola, llegó la década del 2000. A partir de ahí, una primera mitad con títulos, pero con algunas derrotas dolorosas que empezaron a aparecer. Sin embargo, en 2005 fue empeorando la situación, con un equipo que ya no era respetado por los denominados "chicos" y que sufrió eliminaciones humillantes en Copa Libertadores. Pese a ello, lo deportivo podía curarse, de no ser por las aberrantes administraciones que terminaron en este final intolerable para todos los hinchas, quienes asistieron atónitos a un espectáculo que parece una película de ciencia ficción: ver cómo su amada institución sufrió - un 26 de junio de 2011 - la mancha más negra y profunda de sus 110 años de historia.