Quién es Moshen Rabbani, el acusado en la causa AMIA que se reunió con D'Elía

Se trata de un clérigo musulmán que tenía vínculos fluidos con los servicios secretos del régimen de los ayatollah. Está acusado de ser el cerebro del ataque terrorista que dejó 85 muertos en Buenos Aires. Interpol aprobó el pedido de captura presentado por el fiscal Nisman y avalado por el juez Canicoba Corral

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Casi alegremente, Luis D'Elía reconoció que durante su visita turístico-política a Irán tuvo "un cruce" con Moshen Rabbani, uno de los acusados por la Justicia de la Argentina de ser el organizador y el cerebro del ataque terrorista más grave que sufrió el país durante toda su historia. El piquetero de la Federación de Tierra y Viviendas estuvo en Teherán con su mujer ?que también es diputada provincial- Alicia Sánchez y con el militante ultraizquierdista Fernando Esteche.

Pero muchos no recuerdan quién es Rabbani y por qué el encuentro con ese personaje es uno de los acontecimientos más graves que cometió D'Elía. Cortar calles en forma ilegal, conducir la ocupación de una comisaría o golpear a manifestantes que protestaban contra el Gobierno representan casi un juego de niños cuando se entiende quién es el interlocutor que eligió tener el piquetero y ex funcionario nacional.

Rabbani fue incluído dentro de la lista de acusados de perpetrar el atentado. Pero en noviembre de 2006, el juez federal que investiga el hecho, Rodolfo Canicoba Corral, consideró que el rol que había tenido el clérigo era diferente al de los otros. El magistrado, en línea con lo que había planteado el fiscal Alberto Nisman ?después de una laboriosa, documentada y precisa investigación-, consideró que Rabbani fue el organizador, el cerebro del irracional ataque terrorista.

El pedido de captura que elaboró Nisman y respaldó y dispuso Canicoba Corral (en noviembre de 2006) no tuvo la categoría conspirativa que le adjudica D'Elía. Las propias autoridades de Interpol dieron crédito a las acusaciones y dictaron una normativa para que el caso Rabbani sea tratado como el de los criminales más peligrosos del mundo: si una Policía nacional toma conocimiento de la presencia de Rabbani en su país debe inmediatamente detenerlo y enviarlo a la Argentina.

El religioso se ganó semejante "prestigio criminal" después de una extensa vida pública en la Argentina. Antes de organizar el ataque a la AMIA ?según lo establecido por las investigaciones- el consejero de asuntos culturales de la Embajada de Irán había tenido una actividad destacada dentro de su comunidad. Llegó en 1983 y desde el principio se lo conoció no sólo como un clérigo del barrio porteño de Floresta: sus íntimos sabían de sus conexiones fluídas con los servicios de inteligencia y los militares que respondían al gobierno de los ayatollah.

Esos vínculos estrechos fueron los que le permitieron escalar posiciones y llegar a un lugar destacado dentro de la comunidad islámica en la Argentina. Enseñó religión en instituciones islámicas y acrecentó desde 1983 hasta 1994 (poco antes de fugarse para buscar la protección de su gobierno) poder e influencia entre los musulmanes locales.

Según las investigaciones, Rabbani fue la "figura clave de la planificación de los atentados al centro comunitario y a la embajada". Pero para D'Elía eso no es grave. En una entrevista con Radio 10 lo dijo sin pruritos: "Hay un imputado que es Rabbani, que es una autoridad religiosa que trabajó 14 años en la Argentina. Es una persona muy querida en el barrio de Floresta".

Semejante definición le fue impuesta por D'Elía para una persona que enfrenta la sospecha de ser el responsable ideológico en el país de la agresión más brutal que sufrió la Argentina de una nación extranjera en los últimos años. El ataque no fue contra la comunidad judía, sino contra todos: las 85 víctimas fatales lo demuestran.