General Motors y el gobierno de Barack Obama llegaron a un acuerdo de reorganización

Es porque la mayoría de los tenedores de bonos de la automotriz aprobó el canje de deuda. Hoy anunciará su quiebra, la tercera más grande en la historia de los EEUU. El gobierno norteamericano asumirá el control, a la espera de los próximos pasos que encarará Obama

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General Motors y el Gobierno de Estados Unidos finalizaron el domingo planes para que la golpeada automotriz se reorganice, ya que la mayoría de los tenedores de bonos ayudaron a despejar el camino para presentar la bancarrota de la automotriz el lunes.

Se espera que el presidente Barack Obama discuta el lunes en forma pública los próximos pasos de GM mientras el Gobierno federal se prepara para asumir el control de más de dos tercios de la compañía en intercambio por decenas de miles de millones de dólares de ayuda.

La quiebra de GM sería la tercera bancarrota más grande en la historia de Estados Unidos y la mayor y más compleja en los anales de la industria.

Se espera que sea presentada en Nueva York, donde su rival Chrysler está en las etapas finales de una operación supervisada por la corte que incluye una alianza con la italiana Fiat.

GM ha estado perdiendo participación en el sector desde inicios de la década de 1980, cuando tenía el 45 por ciento del mercado estadounidense. La automotriz se vio afectada por su dependencia a un lineamiento dominado por camiones y por una profunda caída en la demanda, mientras los créditos se estrechaban en el 2008.

Desde la semana pasada, GM ha estado apurándose en completar una serie de acuerdos de último momento que intentan acelerar el proceso de quiebra, que la verían emerger con un mayor porcentaje de propiedad del Gobierno estadounidense.

Aquellos acuerdos incluyen un nuevo contrato para el sindicato United Auto Workers y un pacto para salvar del colapso a la automotriz Opel -unidad de GM-, tras negociaciones mediadas por el Gobierno alemán.

Apoyo de inversionistas
Los tenedores de bonos han sido una de las últimas piezas en caer en medio del complicado entramado de la bancarrota de GM, dirigido por un grupo de trabajo designado por la Casa Blanca y encabezado por el ex agente financiero Steve Rattner.

Los inversionistas que representan cerca del 54 por ciento de los 27.200 millones de dólares en bonos de General Motors expresaron su apoyo a un canje mediado por el Tesoro estadounidense, que podría ayudar a acelerar el proceso de quiebra de la automotriz.

Elliot Sloane, portavoz de una comisión ah hoc de aproximadamente una decena de grandes tenedores de bonos de GM, indicó que inversionistas que representan cerca del 19 por ciento de los papeles de la automotriz renovaron su apoyo a la propuesta de canje de deuda antes del plazo final del sábado.

A fines de marzo, el Gobierno del presidente Barack Obama dio un plazo de 60 días para que el fabricante de vehículos reestructurara y cerrara acuerdos concesionarios con su sindicato y tenedores de bonos.

Desde inicios de año, el Gobierno estadounidense ha destinado 19.400 millones de dólares en financiamiento de emergencia para la automotriz con base en Detroit.

Obama dijo en una entrevista con NBC, que se emitió el fin de semana, que el Gobierno tenía que controlar a GM para evitar un fracaso que podría haber derribado a otras compañías e impactado más a la economía erosionada por la recesión -especialmente el duro golpe al medio oeste donde las automotrices tienen su sede.

"Mi preferencia habría sido quedarme fuera de ello por completo", dijo Obama.