Carlos Custer, un aliado de la Iglesia en la Rosada

El Gobierno para causar una buena impresión ha llamado a Buenos Aires al embajador argentino en el Vaticano yl sindicalista que es un hombre querido por la mayoría del episcopado

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Si bien no trascendió un temario oficial del encuentro de hoy entre el presidente Néstor Kirchner y la cúpula de la Iglesia, hay varias cuestiones que, seguro, expondrán los obispos. Entre ellas el conflicto que afecta a los miles de colegios católicos que, al decir del presidente del Consudec, ?puede obligar a cerrar los colegios si no se toman las medidas necesarias?.

Aquí se espera un gesto concreto que permita superar las presiones que viene imponiendo el sindicato de docentes privados (SADOP). Los obispos consideran que no se pueden pagar las mejoras salariales si el Estado no sube los aportes a la enseñanza privada.

El otro tema es la concurrencia o no del primer mandatario al Congreso Eucarístico Nacional. Los esfuerzos del secretario de Culto, Guillermo Oliveri, han sido muchos pero todavía no hay respuesta oficial aunque sí confirmó la asistencia el vicepresidente, Daniel Scioli.

Hoy llega al país el cardenal Julio Terrazas Sandoval, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, que representará a Juan Pablo II como legado pontificio.
Siempre estos representantes son recibidos por el jefe de Estado y hasta ahora no hay nada concreto. Si fuera a la cumbre, los temas nacionales se diluirían en una reunión ?casi de protocolo?, dijo a Infobae uno de los obispos.

De lo contrario, ¿cuándo se realizaría este encuentro? En momentos en que la Argentina ha abandonado la alineación que, en otros tiempos, mantuvo con la Santa Sede en temas fundamentales que hacen a la defensa de la vida, sería una ?descortesía mayúscula? no prever un momento de diálogo.

El Gobierno para causar una buena impresión ha llamado a Buenos Aires -y estará presente en la reunión del martes- al embajador argentino en el Vaticano, el sindicalista Carlos Custer. Es un hombre querido por la mayoría del episcopado, que siempre hizo referencia a su compromiso eclesial y para muchos ambientes eclesiales es ?un modelo de sindicalista católico?.

Como se observa, hay muchas preguntas sin respuesta. Tal vez todo pueda sintetizarse en una sola: ¿alcanzarán los esfuerzos de Oliveri y de Custer para orientar una relación que se ha complicado y que, para los obispos, requiere de gestos que puedan mejorarla?

Tito Garabal