Merel, la perra mestiza que ayuda a testificar a los niños en la justicia

El animal pertenece al Programa de Testigos Infantiles en Ontario, Canadá, y se especializa en dar apoyo emocional a los menores el momento de declarar. Su historia

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Merel suele posar su cabeza sobre la rodillas o los pies de los niños para transmitirle calma
Merel suele posar su cabeza sobre la rodillas o los pies de los niños para transmitirle calma

La experiencia de testificar ante una Corte de Justicia puede ser traumática y angustiante para cualquier persona. Probablemente los niños sean los más perjudicados cuando tienen que declarar en un escenario cargado de ansiedad y desolación. En Ontario, Canadá, un tribunal encontró una fórmula de aligerar el estrés de los más pequeños: su nombre es Merel, una perra mestiza de un año y medio.

Merel es una trabajadora del sistema judicial canadiense. Es la única colaboradora no humana en integrar el Palacio de Justicia local. Su labor consta en acompañar, tranquilizar e inspirar paz a todo aquel que necesite cargarse de sosiego y mesura para emitir su opinión ante el tribunal, en el marco de una coyuntura capaz de sobrepasar el umbral de nervios humano.

Merel tiene un año y medio y desde hace casi un mes colabora con el sistema de justicia canadiense
Merel tiene un año y medio y desde hace casi un mes colabora con el sistema de justicia canadiense

La perra es la primera de su clase en formar parte del "Child Witness Program" –Programa de Testigos Infantiles, una organización sin fines de lucro que coopera con familias y niños-. Hace casi un mes que cumple funciones de sostén, confort y apoyo a los niños, acaso testigos o víctimas de casos criminales. Rachel Crawford, coordinadora de la iniciativa, se preguntó luego de identificar el impacto positivo en los primeros seis casos en los que participó Merel cómo alguna vez trabajó sin ella: "Ayuda a construir una relación instantánea. Los chicos pueden entrar y comenzar una conversación que nos permite empezar con una buena preparación sobre lo que se hará en la corte".

Merel cambia la naturaleza, la atmósfera de niños que al enfrentarse al tribunal se encuentran "nerviosos y asustados", tal como indicó la profesional. "El sistema judicial no está ciertamente pensado para niños. Ellos suelen estar muy ansiosos por no saber qué esperar en esas situaciones", precisó Crawford. La presencia de la cachorra que se entrenó con la organización Nacional de Perros de Servicio resulta ser muy tranquilizadora para sus interlocutores. "Cuando los chicos llegan al juzgado suelen estar muy nerviosos pero con Merel saben que es un lugar seguro para ellos y se sienten libres en contar su historia", puntualizó la coordinadora del programa.

Rachel Crawford, la coordinadora del Programa de Testigos Infantiles, junto a Merel
Rachel Crawford, la coordinadora del Programa de Testigos Infantiles, junto a Merel

"Merel es muy amable y amorosa. Ama estar con personas. Suele sentarse al lado del asiento de los testigos con su cabeza sobre la falda de los niños o sobre sus pies", detalló Crawford. Es la historia de la perra que ayuda a enfrentar las situaciones de angustia y estrés de los niños ante tribunales de justicia. Testificar con la compañía de un perro puede sanar el susto de los más vulnerables.

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