Cuáles son las 7 leyes del deseo amoroso

Por qué resulta tan difícil encontrar y sostener una relación de pareja adecuada es uno de los interrogantes más frecuentes. Las claves para lograr vínculos más sanos y duraderos

Compartir
Compartir articulo
Lograr el “vínculo perfecto” muchas veces es más difícil de lo que parece (iStock)
Lograr el “vínculo perfecto” muchas veces es más difícil de lo que parece (iStock)

"Vivieron felices y comieron perdices" es la frase protagonista y que aparece con mucha frecuencia en historias y cuentos. Lo cierto es que este ideal de amor no suele darse tan fácil en la vida real, por el contrario, para muchos es algo completamente difícil de alcanzar. No obstante, están quienes no tienen ningún obstáculo en cuestiones del corazón.

Iñaki Piñuel, es psicólogo por la Universidad Complutense de Madrid y Executive MBA, explica en su libro "Las 5 trampas del amor" la importancia de comprender cómo funciona el deseo amoroso y cómo este sigue una serie de leyes que explican los fenómenos de pareja más complejos.

Los celos, la rivalidad, la envidia, los triángulos amorosos, el "donjuanismo", la violencia doméstica o el apego al perpetrador son algunos de los problemas más comunes dentro de las uniones violentas o tóxicas, de las cuales muchas veces encontrar la salida se transforma en una misión imposible.

El deseo no es espontáneo, sino copiado del otro

Los seres humanos somos “levados” a desear a quienes son deseados por otros (iStock)
Los seres humanos somos “levados” a desear a quienes son deseados por otros (iStock)

Según Piñuel todo deseo humano es prestado por parte del que generalmente ignorándolo se convierte en modelo. Por medio de la observación atenta se puede rastrear quiénes, en el pasado, fueron los modelos que designaron cuáles serían los futuros objetos amorosos.

"La propaganda romántica nos lleva a creer la mentira de que deseamos desde un fondo personal o individual", detalla el autor. Por eso es importante es conocer el origen de la base de ese sentimiento y reconocer si se quiere vivir en la verdad y aplicar la sabiduría interior en las relaciones que se tienen.

El deseo depende de un modelo

La repetición compulsiva lleva a una persona a confundir amor con maltrato (iStock)
La repetición compulsiva lleva a una persona a confundir amor con maltrato (iStock)

Es habitual que se conviertan en ejemplo aquellos que conviven más cerca de una persona, ya sea física o emocionalmente: padres, hermanos, profesores, compañeros de trabajo, amigos o parejas. De allí se desprende el hecho de que los "modelos a seguir" suelen ser los seres humanos más cercanos. Por eso, la confluencia de los deseos entre modelo e imitador es por lo tanto algo esperable y no algo excepcional.

El deseo se refuerza si encuentra oposición o dificultad y se debilita y desaparece tras su consecución

Para solucionar este tipo de conflictos es necesario tener conciencia de su existencia (iStock)
Para solucionar este tipo de conflictos es necesario tener conciencia de su existencia (iStock)

Cuanto mayores sean las dificultades por alcanzar a la persona que uno cree que le gusta, más grande será el deseo. Son muchos los que quedan "prendidos y prendados" de deseos intensos por los objetos amorosos más imposibles, entablando relaciones afectivas con narcisistas extremos, mujeres fatales, bad boys y psicópatas integrados.

La mutua imitación entre ambos miembros de la pareja crea reciprocidad

La convivencia es la situación de mayor riesgo si se tiene un “vínculo mimético” (iStock)
La convivencia es la situación de mayor riesgo si se tiene un “vínculo mimético” (iStock)

La imitación del imitador sobre el modelo puede y suele revertirse produciendo un doble vínculo en el que el imitador se transforma en el modelo y el modelo en el imitador. De esta forma se originan todo tipo de "escalamientos miméticos", tanto positivos como negativos.

La reciprocidad negativa ocasiona un conflicto sin objeto

Cuando se detecta el problema es importante recurrir a un especialista (iStock)
Cuando se detecta el problema es importante recurrir a un especialista (iStock)

Una de las consecuencias más "increíbles" del mimetismo y de la violencia exacerbada que genera entre las parejas es cuando estas se convierten en mutuos imitadores debido a la desaparición del objeto de deseo a medida que avanza el litigio.

"La rivalidad mimética" entre las parejas frecuentemente culmina en situaciones violentas, en donde no hay mediación posible. Esto se da en los divorcios, en donde, a partir de un determinado momento la pelea se desplaza sobre uno de los miembros de la pareja, que es tomado como un objetivo al que hay que vencer.

El mecanismo mimético hace pensar que la culpabilidad es del otro y que este fue quien inició el conflicto

La falta de comunicación fomentan y empeoran este tipo de vínculos (iStock)
La falta de comunicación fomentan y empeoran este tipo de vínculos (iStock)

"Los mitos son la historia que nos contamos a nosotros mismos para poder entender algo que nos resulta incomprensible. Pretendemos así obtener una explicación y dotarnos de una representación del problema que nos está ocurriendo", expresa Piñuel.

El escalamiento violento fundamentado en la imitación mutua termina con la destrucción mutua asegurada de ambos miembros de la pareja

En medio del “escalamiento” uno de los miembros de la pareja decide “destruirse” para destruir al otro (iStock)
En medio del “escalamiento” uno de los miembros de la pareja decide “destruirse” para destruir al otro (iStock)

A partir de determinado momento, aquellos que forman parte de un vínculo que se encuentra en constante conflicto, se imitan y sobrecompensar el antagonismo del otro. La única posibilidad de escapar al conflicto y a su derivación en la violencia cotidiana es constatar y detectar si se tiene un carácter mimético, además de reconocer cuál es la causa auténtica que genera esto.

LEA MÁS: