Los videojuegos son parte de la vida cotidiana, para algunos como hobby, para otros una distracción y también están aquellos, pocos, que son un trabajo. Las consolas están allí, esperando el momento de llevar a los jugadores a un mundo fantásticos, a una guerra o jugar un dirigir al Real Madrid.
Diferentes estudios abordaron cómo su uso afecta la vida y se descubrió que, por ejemplo, interrumpe los patrones de sueño y puede generar un despertar violento en algunos tipos de personas, pero ¿cómo afecta en la cama?
Esto es lo que se preguntaron investigadores de la Universidad Sapienza de Roma, Italia, y para ellos cuestionaron a 396 hombres, de entre 18 y 50 años, sobre sus hábitos sexuales. De ellos, más de dos tercios aseguraron jugar una hora al día.
"Aunque los videojuegos son divertidos, un uso excesivo de ellos podría tener consecuencias en los aspectos más íntimos de la vida", dijo Andrea Sansone, autora principal.
Los resultados revelaron que aquellos que pasan una hora por día frente a una consola "duran más tiempo en la cama" o "son menos propensos a eyacular prematuramente".
El trabajo, publicado en The Journal of Sexual Medicine, explicó que esto no se debe a que los "gamers" tengan virtudes desconocidas o una habilidad diferente, sino que esta prolongación del acto se debe al desinterés.
"Podríamos suponer una relación entre el menor interés por las actividades sexuales en hombres que usan videojuegos y los efectos psicológicos positivos en el control de la eyaculación. Se puede suponer que el 'estrés del videojuego' podría conducir a la hiperprolactinemia, posiblemente resultando en la pérdida del deseo sexual", explicó Sansone.
Además, sostuvieron que otra razón puede ser que "jugar con frecuencia libera altos niveles de dopamina" y que esto "podría causar tolerancia en el reflejo eyaculatorio y un interés disminuido en el coito".
En el mundo, se especula que hay más de mil millones de personas que juegan videojuegos cada año. En Argentina, la última encuesta "Consumos culturales y entorno digital", realizada por el Ministerio de Cultura en 2013, detalló que el 35% de los hombres y el 23% de las mujeres son consumidores de algún tipo de juego electrónico
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