El hipo es una manifestación que incomoda, una contracción involuntaria del diafragma que quiebra la respiración, que rompe con la armonía del momento y, muchas veces, desespera, atormenta, destruye una reunión social y lleva a su vocalizador a buscar soluciones inmediatas, recetas rápidas que aniquilen el mal.
Al comer, beber demasiado rápido, al ingerir refrescos con gas, tomar alcohol o hasta por la ansiedad se puede desencadenar este acto involuntarios. Generalmente no es peligro y su duración promedio es de dos minutos, aunque puede prolongarse generando la molestia.
Sin embargo, existen otros tipos de hipo conocidos como persistente, aquel que tiene una duración superior a las 48 horas y suele ser un síntoma de enfermedades que causan la irritación del nervio frénico.
O aún más extremo, el refractario que dura más de un mes. Una manifestación incapacitante que dificulta realizar las tareas necesarias de la vida; alimentarse, dormir o hacer ejercicio. Una condición rara que afecta a una persona de cada 100.000 en el mundo
El récord del mayor ataque de hipo de la historia lo sufrió el estadounidense Charles Osborne, durante 68 años, más precisamente de 1922 a 1990
Existen diferentes métodos para eliminarlo, en los casos normales. Algunos más conocidos, rozan lo mítico, la leyenda urbana, otras ganan espacio a medida que las tradicionales no funcionan.
Aguantar la respiración
Inhalar lentamente hasta que no haya más espacio y sostener el aire durante 30 segundos. Luego exhalar lentamente hasta que los pulmones se vacíen por completo. Es probable que se deba repetir cuatro o cinco veces. Además, se puede mirar hacia arriba así el diafragma se estira por completo.
Cambiar el ritmo
Otra manera muy conocida es la de cambiar el ritmo de la respiración. Inspirar y exhalar por la boca de forma constante a diferente velocidad. Eso sí, se lo debe hacer sentado para no marearse y no por más de un minuto.
El vaso de agua
Sin dudas la más popular. El agua fría ayuda a que el músculo del diafragma se descongestione, pero para eso se debe beber el vaso de agua de golpe, tragando sin respirar. También se pueden dar pequeños sorbos de agua mientras se aguanta la respiración al mismo tiempo.
Estirar el cuerpo en la puerta
Uno de los menos conocidos contempla una serie de ejercicios. Respirar profundo y contener el aire durante 30 segundos; llevar las manos a la parte superior del marco de una puerta; inclinarse hacia adelante hasta que se sienta que la espalda se arquea y el abdomen se estira, permanecer así por 30 segundos, mientras se retiene el aire.
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