Teté Coustarot, la eterna belleza argentina: "Elegí no pelearme con el tiempo"

Como modelo, conductora o locutora supo construir una carrera lejos de la banalidad. Retrato de una mujer que cultivó una amistad con Ernesto Sabato y Susana Giménez. La mujer que no busca combatir el paso del tiempo, sino aprovecharlo

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Teté, siempre elegante (Verónica Guerman)
Teté, siempre elegante (Verónica Guerman)

Cuando Teté Coustarot ingresa al Pony Bar, del Hotel Four Seasons de Buenos Aires, las miradas parecen detenerse, la elegancia de su andar, que engalanó tantas pasarelas, sobrevuela la atmósfera y ella, segura, simpática, devuelve la gentileza con una mirada cordial, que solo logra generar más sonrisas.

A lo largo de su carrera se dio ciertos "gustos" gracias al talento que la convirtieron en un ícono femenino argentino, una mujer que pudo romper con los estereotipos de las mannequins, que trascendió el mundo fashionista y se erigió como una personalidad de la cultura.

–Cuando te eligieron Reina de la Manzana en Río Negro tenías apenas 15 años. ¿Alguna vez pensaste que te iba a pasar todo lo que te pasó en la vida?

–No, no, nunca proyecté ni pensé "voy a hacer tal cosa". Me di cuenta de que si uno hace bien lo que hace, lo que le toca hoy, entonces lo bueno ya va a venir. Por eso hay que poner la atención y la energía en el hoy, en lo que uno hace. En mi casa aprendí que cuando aparece un trabajo lo tengo que recibir con alegría, y después trato de hacerlo de la mejor manera. No hay pequeños trabajos.

Luego de haber sido elegida como Reina de la Manzana llegó a Buenos Aires para una entrevista. El destino la cruzó con el gran escritor Ernesto Sabato, que le preguntó: "¿Te gusta leer?" Ella respondió de manera afirmativa y a la semana recibió una carta del autos de Sobre héroes y Tumbas.

Teté en sus inicios como modelo
Teté en sus inicios como modelo

"En ese momento no tenía dimensión de lo que me estaba pasando. Matilde su mujer, esa mañana se había levantado y había leído la nota mía en el diario…y Ernesto Sabato estaba con ella. El era un hombre siempre preocupado por la realidad, un poco angustiado con muchos dilemas y la mujer le dijo: 'Mira Ernesto tu mensaje llegó a una chica de la Patagonia de 15 años, mirá qué importante'. Así que bueno, el me agradecía que le había hecho pasar un buen momento, me dijo que si necesitaba cualquier consejo estaba siempre en una librería en la calle Sarmiento, que cuando volviera le avisara. Así que con mi hermana, cuando regresamos fuimos a tomar un café. Yo en la entrevista contaba que quería ser periodista y que me encantaba Pablo Neruda. Y me dijo: 'Cuando me encuentre con Pablo (Neruda) le voy a pedir que te dedique un libro. Y lo hizo…lo hizo, ¡lo hizo! Y así fue, ¡Ernesto Sabato se acordó de pedirle a Pablo Neruda que me dedique un libro! Fue algo excepcional. Siempre tuve una cosa muy especial con Sabato, el fue muy generoso conmigo".

En sus inicios en la televisión estuvo al frente de Conversando con Teté y Once Once, ambos del viejo Canal 11. Ya en los '90 fue la presentadora del ciclo de cable Teté y, entre 1991 y 1996, junto a Fernando Bravo, condujo el icónico Siglo 20 cambalache, por Telefe.

–Sos conductora, locutora, modelo… ¿Cómo te definís?

–Soy una mujer que trabaja hace muchos años. Lo disfruto, mi actividad no me cansa y no me quejo. Lo que hice toda mi vida fue responder a una curiosidad básica, siempre quiero saber el por qué. Y me mantengo informada, por eso descubrí mi vocación desde muy chica y a los 16 años elegí estudiar Periodismo en la Universidad Nacional de La Plata. Como consejo, me gusta decir que hay que encontrar lo que a uno le gusta.

Teté Coustarot, impecable como siempre (Grupo Mass PR)
Teté Coustarot, impecable como siempre (Grupo Mass PR)

–¿Sentís que te quedó algún objetivo en el tintero para realizarte profesionalmente?

–Sería injusto decir que me falta algo. Toda mi vida tuve múltiples actividades, pero soy muy ordenada y no dejo nada para mañana. Me encanta vivir con plenitud cada cosa que me toca. Y aparte trabajo mucho, viajo por todo el país, y eso me completa. Muchas actividades son a beneficio, como los festivales multitudinarios, conducir ante 20 mil personas, y eso me fascina. Yo tengo memoria, sé lo que es vivir en un lugar que no es la Capital Federal.

La popularidad le llegó como partenaire de Roberto Giordano durante los desfiles veraniegos y tanto es así que aquella famosa sentencia "Qué noche Teté" se convirtió en un trade mark que la persigue en la calle y hasta en el palco que, está fanática de Boca, posee en La Bombonera. Y ella siempre sonríe, es parte de su historia. Y tanto es así que adoptó esta frase para el programa que conduce en Radio 10.

–El de Giordano supo ser el mejor show de desfiles de la Argentina. ¿Qué te queda de esa etapa?

–Fue increíble, muy divertido, él es un hombre con mucho sentido del humor. Y en esas producciones todo era posible, desde poner a 100 modelos en una pasarela hasta que Nicole Neumann saliera a desfilar montada a un caballo. Cuando Roberto me contaba lo que iba a hacer, yo no le creía,… ¡y al final pasaba! En lo personal, además, me sirvió para darme cuenta de que podía resolver cualquier situación. Todo era un imprevisto, por ahí se levantaba un viento que nos volaba los papeles. Fue fantástico.

Teté, una mujer que supo y sabe romper lo moldes (Adrián Escandar)
Teté, una mujer que supo y sabe romper lo moldes (Adrián Escandar)

Debido a su carrera, Teté es una figura mediatizada, un rostro reconocible, pero poco se sabe de su vida privada, de lo que sucede cuando las luces se apagan. En pareja con Carlos Gaziglia desde hace 12 años, confiesa que "no existe una fórmula para mantener una relación, ¡todos los días es un invento nuevo!".

"Creo que hay que intentar relacionarse desde el buen lugar, desde el amor; entender al otro y, en lo posible, que te entiendan a vos también. Y saber que los dos están en un mismo barco, pero hay que seguir juntos solo si así lo quieren. Si las malas caras y las discusiones sobrepasan a los momentos de felicidad, hay que irse. Y tratar de no hacer pareja con alguien que no hable, porque si no, nunca sabés lo que pasa. No hay recetas, pero si hacés algo bien, seguramente será por eso. ¡Así que les deseo suerte!".

–¿Y tu nieta Sayi? ¿Es el amor de tu vida?

–¡Sí, Sayi! Es una cosita superior, pero ya no tan chiquita: cumple 18, es toda una mujer. Tenemos una relación independiente, viajamos juntas, la paso a buscar por la puerta del colegio y la ayudo para la fiesta de egresados. "Gracias, qué sería de mí sin vos", me dice. Me alegra profundamente cuando la veo, me provoca mucho orgullo. Y es muy parecida a mí, es impresionante cómo los genes se van pasando.

En un evento cultural, junto Viviana Zocco, Hinde Pomeraniec y Beatriz Sarlo (Nicolás Stulberg)
En un evento cultural, junto Viviana Zocco, Hinde Pomeraniec y Beatriz Sarlo (Nicolás Stulberg)

–Se te ve espléndida. ¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?

–Elegí no pelearme con él, es un disparate. Trato de estar de la mejor manera posible, tener lindo el pelo, maquillarme y vestirme con lo que yo sé que me queda cómodo y bien. También tengo una genética muy buena.

–No puedo dejar de preguntarte por tu gran amiga, Susana Giménez. ¿Qué tipo de relación tienen? ¿Se escriben por chat a las 2 de la mañana para hablar de hombres?

–¡Nos conocemos desde los 20 años y nunca nos distanciamos, imaginate! Hablamos de absolutamente todo, como hacen las amigas, y tenemos una enorme confianza, nos cuidamos. Es una relación de amistad muy relajada, no hay planteos, cero rosca. Por supuesto que podemos tener visiones opuestas de algunas cosas, pero yo me río mucho con Susana, ella es muy optimista y muy graciosa. Y es como la ves: no hay una Susana detrás de cámara y otra delante.

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