"La música es el único camino para salvar al mundo": la palabra de Pappo en tres históricas entrevistas a 13 años de su muerte

Recogimos lo dicho por el músico en distintos momentos de su vida. El guitarrista por excelencia del rock nacional falleció el 25 de febrero de 2005 a los 54 años

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Norberto “Pappo” Napolitano
Norberto “Pappo” Napolitano

Leer y escuchar a Norberto "Pappo" Napolitano siempre es muy interesante. Es por eso que hoy, al cumplirse 13 años de su muerte, más que repasar la vida y trayectoria de este músico excepcional, decidimos reponer tres entrevistas que brindó en diferentes momentos de su vida.

Recogimos las charlas que el "Carpo" tuvo con las revistas Pelo, en 1974; Expreso Imaginario, en 1981; y Gente, en 1993.

La elección no es aleatoria. Buscamos -a propósito- entrevistas de tres décadas diferentes para mostrar cómo pensaba y se manifestaba en distintos períodos de su carrera. ¡A disfrutar de la palabra del gran guitarrista de nuestro rock!

“¿Aquí no pasa nada?”, el título de la entrevista con la revista Pelo. (Foto: elsitiodepappo.com.ar)
“¿Aquí no pasa nada?”, el título de la entrevista con la revista Pelo. (Foto: elsitiodepappo.com.ar)

1- Revista Pelo – Enero de 1974

Una vez más Pappo ha decidido irse del país. Como antes, como algunos otros también adujeron, el motivo aparente es el de "aquí no pasa nada". Sin embargo, también afirma que su grupo "ya dio todo lo que tenía que dar". Ese parece ser el real motivo: "Mi grupo ya no suena bien -dijo- por eso me tiraron piedras en All Boys". Lo que sigue es un breve reportaje para indagar los por qué de la decisión.

Haga lo que haga Pappo se permite cierta vigencia constante, que hace que la gente lo recuerde, aún después de un largo período de inactividad: es, quizás, el más sorprendente personaje que ha tenido nuestro rock.

Abominable, absurdo, simple, cómico o grosero, la gente todavía no sabe si despreciarlo o aceptar sonrientemente sus arranques personales, o musicales. En la entrevista que sigue, Pappo explicó algunas de sus ideas.

No todas se entienden claramente y hay algunas desconcertantes, que violan los límites de la coherencia. Pero, por lo menos, son tan él mismo como su rock, cuadrado y agresivo.

-Pelo: ¿Por qué te vas de la Argentina?

-Pappo: Me voy porque acá no pasa más nada. Voy a Estados Unidos a tocar con unos músicos reventados de blues. Lo único que me interesa es tocar blues. Siempre dije que me voy a morir tocándolo. Además acá un músico tiene siempre mil problemas de equipos, de organización.

Lo único que me interesa es tocar blues. Siempre dije que me voy a morir tocándolo

-Pelo: Pero por lo que se puede apreciar vos estás muy bien equipado. Además no siempre el equipamiento es fundamental para la música.

-Pappo: Yo tuve que laburar dos años como un loco para tener estos equipos, y ahora ya no me sirven, quiero algo mejor. Aparte en todo este tiempo la música se fue cada vez más abajo.

-Pelo: Sin embargo tu grupo ahora está muy bien equipado. ¿Por qué no aprovechar este momento para dar lo que vos querés, acá en tu país?

-Pappo: No quiero volver atrás en las preguntas.

-Pelo: No se si vuelvo atrás o adelante, lo único que me interesa es saber los reales y concretos motivos de por qué largas todo y te mandás a mudar.

-Pappo: Sí, y no pienso volver.

Norberto Napolitano en sus comienzos
Norberto Napolitano en sus comienzos

-Pelo: ¿Dejás material grabado?

-Pappo: Sí, quedan dos long-plays más. Uno es un rejunte de temas grabados en vivo. El otro trae temas nuevos.

-Pelo: ¿Afuera vas solo o con tu grupo?

-Pappo: Solo, Pappo's Blues no puede existir más. Ya dio todo lo que tenía que dar. Estamos todos supergastados. Hace ya un tiempo que yo quiero destruirlo.

-Pelo: ¿Qué te impidió hacerlo?

-Pappo: Nada, ahora lo destruyo.

No escucho la música de acá. No me interesa

-Pelo: Voy a volver atrás. ¿Vos no viste el proceso de grupos que empezaron de atrás y hoy se la bancan en todo sentido, por poder de convencimiento y evolución musical?

-Pappo: No se, no escucho la música de acá. No me interesa.

-Pelo: ¿Pero podés negar la evolución de grupos como Aquelarre, por ejemplo?

-Pappo: No, no lo niego.

-Pelo: Vamos a otro punto. Como todos conocés que aquí existe un sistema de publicaciones que son las encargadas de ensalsar y promocionar a todo tipo de individuos, sin importar la calidad en absoluto. Cuando el rock dejó de ser una pequeña elite para ser algo de más peso, todas esas publicaciones que habían sido reaccionarias con el rock pretendieron absorberlo para su provecho. Uno de los más absorbidos fuiste vos. ¿No creés que la mayoría de las veces se deforma el verdadero contenido de las cosas que dicen y proponen los músicos?

-Pappo: Y claro, loco, cada uno hace lo que puede.

-Pelo: Por ejemplo, a vos te hizo una nota la revista Gente. ¿Cómo fue? ¿Te pusieron lo que vos querías decir?

-Pappo: Si, lo que pasó fue que ese día los tipos vinieron después de almorzar, y estábamos todos en curda. Los quisimos joder y dijimos cualquier cosa. Y los tipos lo pusieron.

La entrevista con Expreso Imaginario. (Foto: elsitiodepappo.com.ar)
La entrevista con Expreso Imaginario. (Foto: elsitiodepappo.com.ar)

2- Revista Expreso Imaginario – Noviembre de 1981

El recital está promediando. El músico comienza a rasguear suavemente su guitarra acústica, mientras un piano lo acompaña. Las luces sobre el escenario van disminuyendo su intensidad. Y la balada se prolonga, se estira. El clima, primeramente sutil, va pasando en forma casi imperceptible al aburridito… Hasta que, en el medio de la popular se escucha el grito: "¡Viva Pappo!"

-Hay quienes dicen que sos un mito. ¿Vos qué hacés ante esta afirmación? ¿Te reís? ¿Los escuchás y no les das pelota? ¿O los escuchás y les creés?

-En realidad, no sé bien lo que es ser un mito. Pero si viene un pibe y se acerca a mí, y él cree que soy como un mito, como un prócer… no sé, él se sentirá bien. Si lo cree, a mi no me molesta.

-Tus incondicionales seguidores dicen, también, que no hay como vos en el país, comandando una viola. ¿Sos el mejor guitarrista argentino?

-No sé, a mi me gusta lo que hago, tanto como lo que hacen los demás. Para mí, el mejor vendría a ser aquel que está en su mejor momento. Uno tiene ciertos momentos donde toca mejor. Pero uno no es mejor que otros. A lo mejor yo tengo una mala noche y puedo tocar desastrosamente. Y si tengo una noche buena, puedo tocar como los dioses. Lo mismo pasa con todos los guitarristas.

A mi me gusta lo que hago, tanto como lo que hacen los demás

-Ahora, ¿cómo es el asunto? ¿Vos sos un músico de rock nacional? ¿O sos un argentino que hace rock and roll?

-Yo soy un músico de rock nacional. El rock no lo inventé, pero mi música es nacional porque está fabricada acá. Puede tener muchas raíces e influencias de Chuck Berry, de los Stones, porque ahí está todo, pero es lo mismo que si te ponés a fabricar un teléfono. Y lo hacés acá, nacional. Pero el teléfono no se inventó en Argentina. ¿Quedó claro, no? ¿Lo dejamos ahí? (risas).

Dos flacos caminan por la calle, a la madrugada. Salen de un recital de rock and roll.

-El mejor recital del año fue el de Pappo en Obras, loco.

-Sí, la verdad que mató. ¿Pero a vos te parece que fue lo más?

-¡Más bien! El Carpo la gastó. Y Riff no es ninguna batata…

-Pero mirá que en este mismo año estuvo Queen… Y fue un recital tremendo… Y también Serú la hizo de goma…

-Jeje… Queen… Serú Girán… ¿Sabés como se debe cagar de risa Pappo con eso?

Yo soy un músico de rock nacional. El rock no lo inventé, pero mi música es nacional porque está fabricada acá

-¿Qué opinás de la llegada de Queen al país?

-Y… para mí estuvo bien. Porque eso abre la mente de la gente. Y ahí te das cuenta de las ganas que todos tenían de ver un grupo grande, en un concierto gigante. Además, Queen es un grupo de rock and roll. El hecho de que se juntaran tantos miles de personas por día, demuestra que la gente no se puede expresar, porque acá no se lo permiten. Porque si hubiera grupos como Queen cinco veces por año, en vez de una sola, ya cambiaría un poco el asunto. Lo mismo pasa con los grupos nacionales. Yo pienso que el movimiento ahora está creciendo. Todo el mundo me pregunta: ¿Qué pasa con el rock nacional? ¿Por qué, en la época en que estaban Pescado, Color Humano, Aquelarre, Vox Dei, nosotros, había más festivales? Yo digo que lo que va a pasar, dentro de poco, es que van a salir cada vez más grupos. Lo importante no es darle bola a uno solo, sino darle bola a cada grupo, dentro de lo que hace. Buscarle lo bueno y lo malo.

-¿Te gusta Police?

-Police es un grupo para escucharlo después de veintidós botellas de champagne. Es un alivio escuchar a Police después de eso…

-¿Y qué pensás de Serú Girán?

-Serú Girán… Lo empecé a escuchar hace bastante. La primera vez no me gustó. Pero después empecé a escucharlo bien, y encontré algunas cosas. Creo que David Lebón es un excelente músico. Por sobre los demás, me gusta él en Serú Girán. Ojo, que todos tocan muy bien… En definitiva, tengo una buena opinión de esa banda. Pero no es la música que haría yo…

-¿Spinetta?

-De él no te puedo decir nada porque lo quiero más como amigo que como músico. Entonces, no te puedo dar una opinión. Te podría decir, solamente, que dentro de su mambo, está muy bien.

De Spinetta no te puedo decir nada porque lo quiero más como amigo que como músico

-¿Has escuchado nuevos grupos de rock and roll?

-Sí, había unos grupitos muy lindos, pero se ve que cerraron los lugares y no fueron más. Esos grupitos punk, de pendejitos de 15 y 16 años. Mataban, pero los cortaron.

-Si hay algo que no te bancás, dentro de la música que anda girando por el país, ¿a quiénes mencionarías?

-No quiero tener juicios como Charly García con Palito Ortega (risas). Podría opinar, pero me callo la boca…

Palos por la cabeza

-No hay que hacer comparaciones con otros grupos, como algunos intentan. Raúl Porchetto toca la música de él; Spinetta Jade toca la suya; Serú Girán, la de ellos, y Riff la de rock and roll de Riff. No hay que comparar, porque es ridículo. Cada uno está haciendo música distinta. Porque si siguen los palos por la cabeza, en el momento en que a vos te de ganas de escuchar rock and roll, no vas a tener nada, y vas a decir: "¡Qué boludo, le dimos tanto al rock and roll, y ahora no hay ningún grupo!"

Parezco Tato Bores… Un poco de agua, por favor….

-El long play de Riff tuvo críticas no muy elogiosas, que digamos…

-Sí. ¿Vos hiciste la crítica del Expreso?

-Sí, ¿por?

-Jeje, no… por nada. Mirá, el primer long play es un envión que nos dimos nosotros mismos. De ahora en adelante, vamos a tratar de mejorar más. Hasta que se pudra. Porque llegará el momento en que se va a pudrir. De parte nuestra, o del público, o del periodismo.

-¿Por qué?

-Porque muchas veces el periodismo te sacude la cabeza, o al público no le gusta más, o el conjunto se pudre solo. Son tres cosas. O por ahí se ponen todos de acuerdo y duran… Los Beatles.

Yo creo que a Riff lo tienen que tomar como a un grupo más, para escuchar. No como un grupo para criticar. Para que dure…

Y tiene que haber muchos más grupos. Porque si somos sólo cuatro, ¿cómo nos vamos a hacer la guerra entre cuatro, en un país de 27 millones de habitantes, donde nadie entiende un carajo de rock and roll?

Encima vos pasás y te dicen, "uy, rockero". Entonces los pocos que estamos… tenemos que tirar juntos.

Ahora todo se individualizó mucho. Cada uno está en su negocio. Habría que juntarse un día y hacer un festival, por ejemplo, en la cancha de fútbol de Boca, a beneficio de los chicos que no tienen para comer. Tendríamos que ir todos los grupos, olvidándose de la fama y del estrellato que uno tiene.

Pappo
Pappo

La cultura europea

-Hay una cosa que te voy a contar. Yo creo en algo que llamo "cultura europea". ¿Cómo se ve? Se nota en el tipo que, siendo argentino, estuvo en Inglaterra y ha vuelto a tocar acá.

-¿Cuál es la diferencia?

-Y… la cultura europea. Eso es ver a los grupos en vivo, porque uno se da cuenta de un montón de cosas. También tiene que ver si tocaste allá. Con Michel, el actual baterista de Riff, lo hicimos en un grupo que al final no funcionó.

-¿Los argentinos estamos muy lejos de esa "cultura europea" que vos decís?

-Hay gente que está cerca. Pero vos salís a la calle y te das cuenta enseguida por qué no hay tanto rock and roll en este país. Este es un lugar gris, diferente. Es una isla apartada de lo que es, para mí, la diversión. Es un lugar tranquilo, y a mí los lugares tranquilos no me gustan mucho.

-¿Eso es malo?

-¡Eso le hace mal a la gente! Y hace que nosotros no vayamos adelante. La juventud está muy influenciada por las generaciones mayores. Y de repente no va a los conciertos porque cae la cana… Allá en Inglaterra no pasa nunca. ¡Cómo va a pasar eso! Por eso digo que estamos bastante atrasados. Estamos diez años atrás. A lo mejor, dentro de cien años esto puede cambiar…

Nosotros, en este momento, estamos como en un campo de Daniel Boone. Lleno de trampas para osos. Y nos tenemos que fijar bien dónde pisamos. Tenemos que tener cuidado dónde apoyamos las botas… (risas).

-¿Vos no te has cansado de seguir luchando contra eso?

-Yo no lucho. Yo hago música porque me gusta, y tengo amigos que piensan igual que yo, y lugares donde me siento cómodo. Tengo un mundo aparte, donde nos gusta lo que hacemos, y nos llevamos bien. Ya llegamos a ignorar un poco a Buenos Aires, porque no nos interesa. Nos interesa hacer nuestro propio mundo, y que vendría a ser como si estuviéramos viviendo materialmente acá, pero con la cabeza en Europa. Esto no tendría que ser. Yo a veces camino por la calle y me agarran unas ganas terribles de irme. Pero ahora estoy acá y… bueno.

Vos fijate una cosa. Fue Riff a Obras, y había 3.500 personas, un jueves que llovía. Y ahí no cabía la represión. Y fue una fiesta, volaban los paraguas, los pullóveres, se agitaban banderas. Vos fijate las ganas que tiene la gente de divertirse. Lo que pasa es que no tienen lugar dónde hacerlo. La próxima vez que estemos en Obras va a ir, seguro, toda esa gente que ya nos vio. Y mucha más. Ese momento fue inolvidable. Había una calentura de locos. Y se rompieron pocas cosas. Ocho butacas, nada más.

-¿Qué pensás de la violencia en el rock?

-Acá no hay violencia. O sea, la violencia que puede haber, sería en el escenario. En el rock no hay violencia, hay euforia. El rock empieza, como dice Keith Richard, en algo físico. El rock es físico: te hace mover, y a veces no te das cuenta y rompés algo. Pero no creo que sea a propósito.

En el rock no hay violencia, hay euforia

La rueda de la música

-Hace años que vengo diciendo lo mismo: la música es una rueda. Y se va modernizando, a la vez. Es como un dínamo. Un dínamo tiene cinco contactos, por ejemplo. Cuando giran, van cambiando. Y la música va rotando como el tiempo, invierno, primavera, verano, otoño. Entonces en cada punto de contacto, pasa una cosa distinta. La música es una época. Y cuando va cambiando la época, cambia la música. Pero cada vez es más moderna. En este momento se está tocando la música del año '50, pero mucho más moderna, con otro sentido. Porque estamos en este momento.
Ya se va a cambiar, y vendrá otra vez el jazz rock, y todo así…

-Acá no pasa eso…

-No, y por eso debo despotricar contra la Argentina. Acá no se dan cuenta de lo que ocurre.

-Dentro de esa rueda musical que siempre da vueltas, vos asegurás que siempre hiciste lo mismo. ¿Por qué se habla, entonces, de Riff como un grupo new wave?

-No somos un grupo new wave. Pero al principio teníamos idea de hacer algo así.

Está por comenzar el recital. Las populares están colmadas. En la platea se van llenando los últimos vacíos. Algunas blondas niñas de infartantes mini faldas hacen delirar a la tribuna. Hasta que surge el cantito: "¡El que no salta, es un cheto!"

Y todo termina, invariablemente, en un "preguntale a los chetos cómo pegan los rockeros…"

Esa cuestión es eminentemente argentina. Dividir y separar: los ´chetos´ por un lado, y por el otro, los ´no sé cuanto´. Cada uno es como es. Y los demás también

-¿Qué opinás de los chetos?

-¿Chetos? ¿Qué es eso? (risas). No, los chicos esos que andan en moto, son chicos sanos (risas). Yo no puedo hacer eso porque soy enfermo (más risas). A mí me parece que está bien. Esa cuestión es eminentemente argentina. Dividir y separar: los "chetos" por un lado, y por el otro, los "no sé cuanto". Cada uno es como es. Y los demás también. Si yo veo en la calle a un tipo que anda sin ropa de cuero, no digo que es un boludo. A lo mejor él opina distinto que yo, y cree que soy un boludo porque ando con ropa de cuero…

El día que la cortemos con la moda, va a ser perfecto. A mí me parece bien que haya de todo. Si les dan con un caño a los chetos, y un día me agarran ganas de verlos bailar, no voy a poder ir a verlos porque los hicieron desaparecer. Nosotros, con el grupo, estuvimos en "Música total", que es un programa cheto, según dicen. Ahí, la gente de la conducción, del ballet, de la producción, es macanuda. Les gusta el rock and roll. A veces voy a boliches, y estoy con esa gente. Veo que está todo bien. Creo que la gente se está uniendo cada vez más.

-Ahora se está produciendo un acercamiento de adolescentes a tu música. ¿Eso lo necesitabas?

-¿Cómo no voy a necesitar esa renovación? Para mí es como empezar de vuelta. Además, esos chicos tal vez ni sepan que existió un Pappo's Blues. Para ellos, ahora, el fato es Riff.

-El acercamiento al rock de alguna parte de la juventud, ¿te suena a real? ¿O es una pose?

-No importa lo que sea. Si hay pose, es porque hay interés. Puede haber falta de conocimiento, y como no conocés el asunto, te ponés en pose y listo. Pero de tanto estar en pose, lo conocés.

No importa como hayas llegado. La meta no es llegar a ser rockanrollero. Podés ser médico y que te guste el rock and roll. Va un abogado en su auto, y pone un cassette de Riff (risas). Tome esto, señora, para los nervios (más risas).

-Hablemos de lo que has hecho en tu carrera. ¿Hay algo de lo que te arrepentirías?

-De muchas cosas…

-¿Por ejemplo?

-Me arrepentiría… Mirá, me arrepiento de haber reconocido, recién ahora, mis posibilidades musicales. Y de no haberlo hecho diez años antes.

Me arrepiento de haber reconocido, recién ahora, mis posibilidades musicales. Y de no haberlo hecho diez años antes

-¿Cómo?

-Bueno, arrepentirse es algo que no va bien con esto. Yo no me arrepiento nunca. Lo que te quería decir es que, recién ahora, me doy cuenta que estoy tocando bien la guitarra. Y me da bronca.

-Sin embargo, hay quienes dicen que siempre tocaste bien la guitarra… ¿Para vos, no?

-A lo mejor, recién lo siento así. Antes lo hacía, pero era algo más automático. Ahora, con respecto a todo lo que he hecho me puedo mandar pifiadas como cualquier ser humano, pero lo que hice, por algún motivo fue. Y generalmente no me arrepiento de lo que hago. Ah, si de algo me arrepentí, es de haber vuelto a la Argentina. Pero después me fue bien y se me pasó…

-¿De qué otras cosas renegás?

-De una cosa: ¿Por qué me tocó a mí salir en la tapa del Expreso con esta cara? Le podría haber tocado a otro más lindo…

El mito villano del rock

-¿Te gusta como quedó el álbum?

-El long play quedó bastante argentino… (risas)

-¿Por qué?

-Y… en el estudio se escuchaba de la p… madre. Después, cuando se pasó a la cinta, se desmejoró. Por otro lado, en Argentina hay muy mala pasta, y las máquinas de prensado son de última. Fijate que las que ya no se usan más en Estados Unidos, todavía no llegaron acá. Por todo eso, creo que el long play está muy bien, dentro de nuestras posibilidades. Y a nosotros nos gusta. No es lo que queríamos, pero está bien.

Ojo que Riff es un grupo que suena muchísimo mejor en vivo, que en estudio. El disco es un documento que dejamos, sobre todo.

-El sonido de Riff tiene cositas de AC/DC, ¿verdad?

-Claro, hay influencias. En Europa, yo vi a AC/DC y a un montón de bandas más. Otro grupo que me gusta mucho es Specials. También vi a The Clash, que es uno de los sobrevivientes del punk.

-Esta es la primera vez que formás un grupo, en el verdadero sentido de la expresión. ¿Tu actual dirección musical, más heavy metal, es producto de esta nueva formación?

-Lo que cambió es la época. Pappo's Blues tuvo su ciclo y chau. Llegó el momento en que a Pappo's Blues no lo soportaba nadie, porque era una especie de Mito Villano del Rock. Y como era demasiado pesado, qué sé yo, no sé bien lo que pasaba, hubo que cambiar. Y lo hice porque a mi me interesa tocar, sentir que estoy en actividad. Porque, si no, me enfermo de la cabeza. Soy fanático de la música. Estoy una semana sin tocar y me vuelvo loco…

El especial de la revista Gente. (Foto: elsitiodepappo.com.ar)
El especial de la revista Gente. (Foto: elsitiodepappo.com.ar)

3- Revista Gente – Septiembre de 1993

Norberto "Pappo" Napolitano nació en Buenos Aires el 10 de marzo de 1950. A los 19 años ya había tocado con Los Gatos, Manal y Los Abuelos de la Nada. A los 20, lideraba Pappo's Blues. Hoy es una especie de mito. Y vivo.

-¿Todo tiempo pasado fue mejor?

-No, nunca mejor que ahora.

-¿Por qué?

-Yo siempre dije que tendría que haber nacido en Estados Unidos, porque la clase de música que yo hacía en el '69 con Pappo's Blues era para otro país. Adaptarlo fue un sacrificio bastante denso, porque era música que no existía en la Argentina. Si me hubiera gustado otro tipo de música, como el tango, el jazz o el folklore, que era lo que se escuchaba acá, mi carrera hubiera surgido más rápido. Eso pensaba al principio, pero después de que salió el disco me di cuenta de que yo había revolucionado el mercado con "Pappo's Blues I".

-¿En esa época quiénes hacían blues? ¿Vos y Manal?

-Yo trabajé con Manal. Tocaba el piano y cantaba algunos temas, pero después decidí hacer la mía. ¡Bah! En realidad yo era un invitado de Manal porque Javier (Martínez) era muy amigo mío. Después me encontré con Black Amaya, con David Lebón, hicimos el trio, grabé el disco y empezó a ir bien la cosa.

-¿Alguno de ustedes tenía una remota conciencia de lo que estaban empezando?

-No, ni idea. Era una cuestión física y espiritual. A mi me gustaban mucho los Rolling Stones, Chuck Berry, The Animals. Y tuve la suerte de tener un amigo que viajó a Estados Unidos a comprar equipos para Los Gatos y trajo discos de Taj Mahal, Albert King… Yo empecé a escuchar esa clase de música, que no era exactamente los Stones o Chuck Berry. Ya era un blues más viejo, más elemental. Nosotros no hacíamos esto con fines de lucro, porque esa música no era conocida en la Argentina. Pero la cosa empezó a andar muy bien y luego grabé Pappo's Blues 2, 3, 4, 5, 6.

-¿De qué pensabas ganarte la vida?

-No; yo a los 19 años ya tocaba en Los Gatos, ya ganaba plata, ya era un músico profesional. No con la experiencia que tengo ahora, por supuesto. Yo jamás hubiera imaginado que podría estar en la situación que estoy ahora. Me acuerdo que tomaba el famoso 99, que nos llevaba a tocar a La Cueva de Pueyrredón y nos pagaban 1.000 por noche, que me alcanzaban para tomarme el colectivo y comprarme una docena de churros cuando salía. Yo aparte trabajaba en el taller de mi papá, y a la noche me iba a tocar. Y ahora veo que hay un montón de gente que se crió escuchando mi música.

-(Interrumpe Juanse, de Los Ratones Paranoicos, casualmente presente durante la entrevista). Yo me crié escuchándolo a él. Lo primero que escuché en castellano que entendí y me gustó fue Pappo's Blues. Ese disco era nuestra Biblia.

-Vos tocaste con Los Gatos, con Manal, con Los Abuelos, con Conexión Nº 5… ¿Por qué te invitaban? ¿Les caías simpático?

-Me invitaban porque para esa época había revolucionado a la Argentina con mi manera de tocar. No había muchos guitarristas. Estábamos yo, Claudio Gabis (de Manal) y no muchos más. Entonces tenía una especie de amistad con Claudio: yo aprendía cosas de él y al revés, intercambiábamos cosas… (piensa un rato y cambia de tema) Yo nunca salgo a lugares que no tengan nada que ver con la música. Estoy muy compenetrado con la música. Sí tuve hobbies, como los fierros, las motos…

-Las mujeres…

-Mujeres… no tengo problemas porque hay una que me gusta mucho y ya palmé ahí.

-Y además sabés que esto va a salir publicado.

-No, es verdad. Y bueno, mi gran amor, ahora, a los 43 años, son las guitarras. Quiero comprarme todas las que hay… (vuelve al tema anterior). En la vieja etapa nosotros éramos los más representativos, con Manal, Los Gatos, Almendra y después Pappo's Blues. Era una cosa nueva que surgía en Argentina y que ahora tiene tres generaciones. Es por eso que en los recitales veo fans de Pappo's Blues con los hijos. Y tengo amigos que me dicen: "Mis hijos me robaron tus discos, dame otro".

Estoy más profesional, tengo la conciencia de que soy músico, antes no me daba cuenta

-¿Qué hiciste para ser hoy una especie de leyenda? ¿Cómo fuiste cambiando?

-Estoy más profesional, tengo la conciencia de que soy músico, antes no me daba cuenta. Esta es una profesión y hay que cumplir sus requisitos. Hay muchas cosas a las que antes yo no les daba importancia. También tiene que ver con todo lo de alrededor. Ahora lo cuidan al músico y antes no. Antes la plata se la llevaba el empresario y el músico se quedaba con las sobras, ahora no. Tiene que ver con la creencia de cada músico. En mi caso se valora lo fiel que me mantuve a mi propio estilo. Hubo muchos cambios en el mercado, como cuando salió el jazz rock. Todo el mundo se puso a tocar eso y yo me fui del país. Y hoy sigo tocando lo mismo. Yo creo en lo que hago y eso se nota en el escenario.

-¿Cómo te trata el show business?

-En el mundo del espectáculo todos suben y bajan. Subí con Pappo's Blues en el '69, bajé, subí con Riff en el '80 y bajé, y ahora subí de nuevo. Pero dicen que la tercera es la vencida. Creo que esta etapa es la mejor, porque estoy entrando en un campo que no me esperaba, el internacional. Es algo muy fuerte que ando buscando desde que empecé a tocar. Tocar con B.B. King, con Albert Collins, en el Festival de Blues de Long Beach, en el Madison… Antes era lo mismo pero acá. Mi ilusión era tocar en Obras. Y llegó el día y me puse tan contento como estoy ahora. Mi ilusión era ganar un Disco de Oro, y bueno, me lo gané a los 43 años… Toqué en fiestas para amigos, para 20 personas, para 10.000, pero lo fundamental es tocar.

-¿Sos capaz de explicar qué sentís al tocar?

-No te lo puedo explicar. Siento un orgullo por la música… que la música me adoptó. Porque está en el aire. La música es el único camino para salvar al mundo.

La música es el único camino para salvar al mundo

-¿Cómo te llevas con la evolución tecnológica?

-Hay muchos aparatos: distorsionadores, delays, racks… El progreso existe técnicamente. Pero hoy me doy cuenta de que el cable, el amplificador y la guitarra me bastan.

-¿Pensás en algo cuando componés?

-Voy viendo. A veces las letras salen solas. Y otras veces las hago trabajando, me quedo tres noches sin dormir hasta que la letra diga algo. Y a veces una letra simple dice mucho más que una letra complicada. Y he hecho letras bastante largas, otras bastante cortas. No sé, "El blues de Santa Fe" es como una película, pero no dice tanto. Y hay canciones que tienen que ver con la vida misma, como "Me estoy viniendo viejo".

-¿Y te estás poniendo viejo?

-Yo no, yo estoy fenómeno. Yo nací músico, toda mi vida me dediqué a esto y, pese a los altibajos, todavía estoy en la ruta. No pienso parar de tocar.

La historia de Riff

-Riff fue una etapa muy importante de mi carrera y de mi vida. La viví como todo lo que hago: cuando la cosa deja de tener magia ya no es compatible con mi personalidad. A mí me gusta que arriba del escenario haya un pequeño vuelo, una magia, y todo lo que hago va en ese sentido.

-En esa etapa la prensa los acusó muchas veces de violentos.

-No éramos violentos. Siempre dije que era entusiasmo del público. Es simple: en un lugar donde entran 1.000 personas, y se llena, y entran 1.500, algo se tiene que romper. Era todo un poco confuso, no sabíamos manejarlo desde el escenario y el público no sabía cómo comportarse, si romper cosas estaba bien o mal. Ahora se sabe, se va a ver música y nada más, se va a gozar del espectáculo.

"Mi vieja"

-¿Cómo es tu madre realmente?

-Mi vieja es una persona normal… Como cualquiera, como la tuya.

-Tengo que reconocer que mi vieja se hubiera espantado un POCO de que su hijo se dedicara a la música, usara ropas de cuero, pelos muy largos y esas cosas…

-Bueno, mi mamá siempre me decía algo: "Vestite mejor", "Cortate el pelo". Pero al final se cansó, no me dio más bolilla, se resignó. Ahora está muy contenta con que me vaya bien.

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